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"si las otras desaparecieran tu serias la única reina, yo me encargare de que esa corona este en tu cabeza... solo sigue luchando como ahora. Fueron las palabras del peliblanco, después de decirle esas palabras a la dama vestida de negro se alejó de ella"

Buscaba a la rata alvina por toda la mansión, se suponía que me ayudaría a estudiar, pero no, no está en ninguna parte, en cambio cunado no la necesito la veo en todas partes. Con el cuatro ojos, no está con el traumado menos, con la rata albina dos tampoco, y menos con el pervertido. Joder si no me aprendo esto esa mujer me castigara nuevamente, aunque no sería nada nuevo. Me asomé por la ventana para ver si la veía, pero no volví a encontrarme con esa mujer con uno de sus resientes amantes "Richter" odio su actitud promiscua, vanidosa, egoísta, soberbia y ambiciosa.

Si ella llegara a ser la reina, este lugar se volvería un infierno para todos, en especial para mi aun que me cuesta aceptarlo me agradan mis hermanos, y me dolería matarlos... me haría volverme como esa persona... los odio en espacia a ella.

- Joven Ayato- esa voz se me hacía conocida voltee y al fin alguien que me podría decir de ella- escuche que buscaba a Mitsuki-sama

- ¡Al fin! Donde esta- hiso un ademan para que lo siguiera.

No me paso por la cabeza que estuviera aquí, ni verla mucho menos así. Ja se parece a esa mujer que no sonríe en una pintura como era que se llamaba

- Podrías dejar de mirarme así, me acosas-

- Te vez graciosa- me fulmino con la mirada, ¡se ve aún más graciosa! - te pareces a la lisa mano

- Mona lisa, padre insistió en esto- suspiro, no la culpo yo también odié cuando me retrataron, aunque Salí excelente me molesto estar parado por tantas horas- lamento faltar a la cita de estudio

- miss, por favor no se mueva- la regaño el pintor

- Hay rata alvina sonríe- me ignoro ¡nadie ignora a ore-sama! - oye! No me ignores, esa pintura saldrá horrible sonríe- le seguí insistiendo el único que salió regular en las pinturas fue Subaru, por la razón que no le pico las ganas de sonreír, incluso Shuu sonrió estaba dormido, pero sonreía.

- No-

- My lady! - la regaño,

- Sonríe- me canse si no sonríe, yo le pintare una sonrisa, lastimosamente no conté con la tela en el suelo

- Jajajajajajaja que idiota

- Yes!!! Continúe riendo mi lady- yo quería que sonriera, pero no a consta mía.

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Des pues que la joven de cabellos blancos terminara de posar, aun con una risa burlona en su rostro, caminaba rumbo al salón de estudio, no esperaba la boba caída del peli rojo, en sus 100 años de estadía en esa mansión jamás se había reído tanto. llegaron al estudio para la clase pendiente de Ayato, la ayuda en la materia de matemáticas e idioma donde el oji esmeralda era un caso perdido era urgente si no aprobaba esas materias con la tutora, su madre tomaría severas medidas con él... Aunque eso no era nada nuevo.

- Por ultima ves ¡repollo no es re-chiken! Por favor préstame atención

- ¡No se te entiende!

- Tu eres el cabeza dura, te he hecho hasta dibujitos... tomemos un descanso- suspiro desganada, la frustración al ver al pelirrojo tomar la lección como un juego era demasiado estrenaste para ella.

- Si no fuera por esa mujer, no debería preocuparme por aprenderme esta estupidez

- Aunque esa mujer no te obligara, es necesario que aprendas esto...

- Dudo que tu mama te insistiera así- la peli blanca quito la mirada, habían tocado un tema muy sensible para ella- que te pasa.

- Por lo menos tu creciste en los brazos maternos, aunque no hubiesen sido los mejores tuviste afecto "maternal". deberías valorar eso- le dedico una triste sonrisa

Desde su nacimiento estuvo sola encerrada en su habitación, Richter solo la visitaba para verla comer y entregarle libros, sus institutrices la maltrataban cuando fallaba en algo, nunca tuvo brazos a quien recurrir cuando tenía pesadilla o cuando se sentía sola, su padre la trataba a distancia y hablaba con ella lo necesario y sin contar la carga y vasio que sentía al saber que había sido abandonada por su madre, según lo que le contaron. Creció y aprendió de la compasión gracia a unos niños humanos con los cuales solía jugar, que luego le enseñaron la crueldad al enterarse de su condición inmortal.

- A veces solo a veces me gustaría saber quién era ella y porque me dejo- se apartó de su hermano dirigiéndose al ventanal para ver como los rayos del sol empezaban a ocultarse en las nubes dando le paso a la lluvia - solo, aunque fuera un corto momento abrazarla y que sepa que, aunque me abandono, yo siempre la espere- sus lágrimas salieron en silencio, siendo reconfortada por el peli rojo-

- te ayudare a encontrarla, con la condición que no pierdas ante ellas, promesa...

- promesa- las manos del peli rojo limpiaron lo rastros de lágrimas- bien sigamos con el "re-chiken"

- no!!

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El las sucias y desoladas calles del pueblo una figura encapuchada andaba cerca de las calles del convento de sacerdotes del poblado, en sus manos llevaba una carta y una bolsa de dinero, miraba hacia todos los lados sin perder su porte, al quedar frente a la iglesia dudo en tocar, pero un aroma lo hizo dejar la carta y las monedas en el suelo y desaparecer.

Un joven rubio de unos 18 años de edad abrió la pesada puerta, le pareció sentir una presencia maligna a las puertas del convento, al salir y no encontrar a nadie bajo su arma juntó con su mirada encontrándose con la carta, que no dudo en abrir, sorprendiéndose por su contenido

"La familia real Sakamaki ha caído en pecado, la segunda esposa ha practicado brujería convirtiéndose en vampiro... por favor libérenos"

Nadie creería eso, la familia real no debía mancharse con impureza, era su deber eliminar a esa se lo debía al rey a la persona que lo había salvado de los monstruos chupa sangre, se lo debía... limpiaría la sangre real.

· Queen requiem ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora