The New Girl |Narlena & Harlena|

Capítulo 9.

Brian se fue horas después y yo opté por subir y encerrarme en mi habitación y luego se me ocurrió escribir un diario de mi vida, fue la mejor idea que tuve para desahogarme. Si, suena de niña pequeña, pero es una buena forma. Comencé a escribir y escribir. Eran tantas cosas que decir, tanto que contar. Comencé por describir quién era. Así comenzó esto... Como una simple aventura y escritura en una vieja libreta.

Después de tanto pensar se me fue el tiempo y al ver a la ventana ya había oscurecido. Tuve que tomar unas toallas y  apurada salí saltando rápidamente, fui a ducharme. Después de 20 minutos enrollé una toalla en mi cuerpo y otra en mi cabello.

–Selena, nos vamos a las 7:45– gritó desde la cocina mi apurada madre.

Quité la toalla de mi cabeza y comencé a desenredar mi cabello hasta dejarlo totalmente caído. Me gire a ver mi despertador 6:28 p.m. Bien, tengo suficiente tiempo. Tomé mi secador y después de 10 minutos mi cabello se encontraba secado, Falta peinarlo. Me senté frente a mi closet y comencé a buscar algo que colocarme. Quería lucir elegante y a la vez casual, elegí una camisa de cuello largo, negra y sin mangas. Unos vaqueros pegados negros y unos tacones del mismo color. Me vestí y comencé a peinarme. Me dejé el cabello suelto con pequeñas ondas en las puntas. Y me decidí por maquillarme. Tomé un poco de base y me la aplique, luego el polvo traslucido. Me aplique algo de sombra y de labial color rosa, gel para pestañas con volumen extra, color transparente y por último, rubor. Listo. Me veo en el espejo frente a mí y abro la caja negra que me dio Brian para así sacar la hermosa cadena y colocármela.

Al bajar encontré a mi mamá con un lindo vestido azul, algo corto, tenía mucho tiempo sin verla tan alegre, con una gran sonrisa en mi cara bajé las escaleras. ¿Qué pasará? ¿Qué le voy a decir cuando esté frente a él?…

Muy ansiosa por llegar, subí al auto, el vecindario donde Niall vivía se encontraba a unos 5 minutos en auto, así que la espera no tardaría mucho.

Al llegar, pude notar que donde él vivía era realmente un lugar fuera de mi alcance, veo detenidamente y noto que esa es la casa de…Vanessa? Ella y Niall son vecinos. Bueno. Su vecindario era muy diferente al mío, pues había mansiones de dos o más plantas y con muchas ventanas, con un enorme jardín de hermosos árboles gigantes y platas ordenadas, era tan interesante el simple hecho de tener dinero y obtener todo esto. Llegamos a un portón con la letra H y un escudo. Okey, tienen su propio escudo, claro.

Era hermoso y ha diferencia mi vecindario que tenía casas de 2 plantas con jardín donde todas las plantas estaban secas. Bueno, a mi madre no le daba tiempo de regarlas por su trabajo y a Brian mucho menos. Y por supuesto yo, con gran flojera, nunca me levantaría a hacerlo. Y un pequeño garaje.

Al bajarnos no habíamos llegado a la puerta cuando ya el mayordomo nos había abierto. Con gran amabilidad nos invitó a pasar hasta su patio para cenar.

Era muy hermosa su casa y muy grande. Tenía pisos de una blanca cerámica, tan pulida que incluso podía ver mi reflejo. Tenía una larga escalera y detrás de esta, largos ventanales que cubrían toda la pared del fondo, dejando ver un hermoso patio con piscina iluminada y una cancha de Tenis. Nos dirigimos hasta allá y quedé paralizada al ver el hermoso lugar. Me acerqué lentamente y vi al Sr. y la Sra. Horan sentados en una mesa frente a la piscina. Al verme sonrieron y se levantaron, tendiendo sus manos para que nos sentáramos.

–Hola, bienvenidas– contestaron. Yo asentí y me senté justo al lado de mi madre. Comenzaron a hablar de cosas, a las que no les prestaba atención pues buscaba algo con la mirada o mejor dicho, a alguien. Al momento no vi a Niall, me extrañé mucho y de un momento a otro aquel rubio salió, dándome una buena vista de él, me guiño el ojo y se acercó a mi oído –Te gusta lo que ves?– susurró y al verlo quede muy sonrojada. Estaba segura de que mis mejillas estaban rojas y que mi rostro estaba pálida. No sabía que Niall podía ser tan…encantador. Mirándonos a los ojos nos saludamos con un beso en la mejilla. Se veía tan guapo. Llevaba puesto una camisa a cuadros roja, manga larga, desabotonada en los 2 primeros botones, con sus mangas arrugadas hasta la parte alta de sus muy tonificados brazos y unos vaqueros negros con botas del mismo color.

Su padre decidió que después de que cenáramos, nos conociéramos mejor así que el mayordomo nos preparó una fogata, tuvimos una gran cena y estuvimos un poco incómodos. No dejábamos de mirarnos y reírnos.

–Gracias por la cena, ¿Dónde coloco el plato? pregunté muy agradecida. –Yo te acompaño para que sepas dónde es, dijo Niall.

Sus padres con una gran sonrisa lo vieron. Levantándome de la silla lo seguí a la cocina, colocando mi plato en el Lavadero, Niall me tomó por el brazo girándome, tomándome por la cintura, intentando darme un beso, yo no dejándome llevar lo separé.

Aún muy cerca y con sus brazos en mi cintura, entraron a la cocina sus padres.