Si lo veíamos bien había corrido en círculos << seguro Forrest era más inteligente >> al chocarme con Christian me golpeé fuertemente contra su abdomen, así que el mayor afectado fue él, creo que del choque tan fuerte le saqué el aire… al principio creí que iría directo a la cárcel por esto, porque, bueno, estaba él allí, tendido en el suelo tratando de tomar aire inútilmente y yo allí. Observándolo nomás, sin hacer nada.
Recuerdo que pensé que si él moría yo sería la culpable de todo, y empecé a imaginar mi vida en la cárcel y sin poder evitarlo comencé a llorar (lo que imaginé fue muy feo, si mi mamá me trata mal cuando se le entra el demonio imagínense yo, este pobre alma en la cárcel) las lagrimas no cesaban…
-yo no quiero ir a la cárcel por asesinato- dije entre sollozos.
-los menores de edad no van a la cárcel, y no morí, si eso esperabas- dijo Christian mientras se levantaba del suelo.
Al escuchar “los menores de edad no van a la cárcel” las lagrimas cesaron como por arte de magia.
-¿ah, no? ¿No iré a la cárcel? – dije con una sonrisa enorme.
A veces me asombraba lo ingenua que podía llegar a ser.
-no, no irás a ningún lado…- dijo él agarrándome por los hombros y colocándome de espaldas a él << ay que miedito>>
Cada bello de mi piel se erizó al tacto “que genial” – pensé con una cara de idiota (de eso estaba segura)
Christian me guió hasta las bancas del parque y me hizo sentar enfrente de él, yo me encontraba con la cabeza inclinada hacia abajo, aun no podía superar todo lo que había pasado desde que lo conocí, si hacemos un recuento en estos momentos yo sería “la chica… psicópata indigente con complejo de fantasma que rapta, escupe chocolate e intenta asesinar personas” ¿Podría ser peor?
-¿por qué siempre que me acerco a ti termino afectado de alguna manera? ¿No puedes ser normal?- dijo con cierta gracia.
Me quedé callada, a fin de cuentas él cree que soy muda, ¿no?
-sé que hablas, así que responde- dijo algo serio.
¡¡ Mierda, Maldita sea la hora en que me encontré con él!
- No soy normal, así de simple- le dije un poco…, ya no sé ni cómo, supongo que era algo entre apenada y furiosa.
¿Cómo se le ocurre decirme anormal? << Debió morir>>
- Eso es algo que no tienes que decir, eso se puede apreciar a la distancia que quieras- dijo burlándose.
¡¡Ahooora si, ahora si lo mato!!
- Yo soy una niña buena, yo soy una niña buena, yo soy una niña buena, no debo golpear a nadie- me susurraba a mí misma. Pero el muy desgraciado no pareció entender que yo le hablaba a mi otro yo…
-las niñas buenas no vienen equipadas con esos senos tan grandes- dijo riéndose fuertemente.
¡¿Pero qué le pasa?! ¡¿Qué hace viendo mi busto?! ¡¡Maldito!!
En ese momento se me pasaba una sola cosa por la mente, golpearlo, ya era suficiente, ¿qué le pasa al desgraciado?, no lo pensé mas y agarré una botella plástica que había al lado del asiento en el que me senté y se la puse de sombrero ( es decir, lo golpeé en la cabeza) creí que la botella estaba vacía, pero no fue así, la botella estaba llena de arena << a la gente buena le pasan cosas buenas, ¿si ves Christian?>>
Sin ningún remordimiento me levanté del asiento, di media vuelta y tomé camino rumbo a mi casa.
Sin contar que ese día casi duermo en la calle, como un sucio perro, el resto de la noche fue excelente, tenía mis chocolates, había golpeado al puto de Christian y mi madre no me había golpeado y ya no estaba con el demonio adentro. << agh, que magnifico>>
ESTÁS LEYENDO
Una tonta chica llamada VIOLET -------> (en edición)
HumorViolet es una chica de apenas 17 años que ha dedicado los años de su vida a tres simples cosas: -Comer -Respirar -Cometer tonterías Su historia comienza desde los 13 años, cuando conoce a Christian, un chico tres años mayor que ella con el cual fant...