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9 meses después

Nick

- Amor, tengo hambre.

Rodé los ojos desesperado. Asentí cansado y ayudé a Judy a ir hasta el auto.

Pensé que tener un hijo, bueno, dos, sería maravilloso. Pero en los nueve meses es un total infierno tener que aguantar los antojos y la bipolaridad de Judy.

Manejé hasta el centro. Sabía exactamente lo que Judy quería.

Pastel de chocolate.

Llegamos a Starbucks y nos sentamos en una de las mesas que había ahí.

Ordené el pastel de Judy y un cheescake para mi. Llegaron nuestros pedidos y empezamos a comer.

- Mmm.., esto esta delicioso.- mencionó Judy con la boca llena. Seguí comiendo ignorando su comentario. Veremos como reacciona.- Hey, dije ESTO ESTÁ DELICIOSO.

Seguí actuando hasta que vi las mejillas coloradas de Judy por el enojo.

- Amor, solo es una broma, ¿está bien? No hay por qué alterarse.- respondí tiernamente.

- Pues no me gustan tus bromitas, Nick.

Dejé el tenedor en el plato con fuerza y me dirigí al baño sin avisar.

- ¡Nick! ¡Espera!.

No hice caso a sus gritos y abrí la puerta del baño metiéndome en este. Puse seguro a la perilla y me senté en el retrete con la tapa abajo.

Pasé mis manos por mi cara frustrado y me quedé en esa posición unos minutos.

Se que el embarazo afecta las emociones de Judy, tornándola bipolar. Pero, ¿pasará esto después? No me gustaría estar peleando por días y horas.

Me levanté y abrí la llave del lavabo. Mojé mi cara y después agarré una toalla de papel y limpié mi cara.

Salí del baño encontrándome con el rostro pacífico de Judy. Me miró y su cara se tornó dulce.

- Amor, lo siento. Sabes que yo..

- Si, no te preocupes. Te entiendo a la perfección. Vámonos.

Pedí los restos de los pasteles para llevar y después nos fuimos de ahí. El trayecto a casa fue callado y la tensión reinó en el aire.

Al llegar a casa, dejé las bolsas de Starbucks en la mesa y subí dejando sola a Judy. Necesitaba estar solo, despejarme por un rato.

Judy

Seguí con mis ojos la silueta de Nick subiendo las escaleras. Al instante, me sentí mal, pero debía darle su tiempo de perdonarme completamente.

Tomé mi preciado pastel de chocolate y un tenedor del cajón de la alacena.

Fui hasta el sillón con el pastel y prendí la tele. Una película sentimental apareció y la quité rápidamente. No quería llorar, por lo menos no ahora.

Busqué una película de diferente género y una de terror fue mi salvación. Comencé a verla mientras comía pastel y en un gran susto mi bajo vientre empezó a doler.

- ¡Nick! ¡VEN POR FAVOR!.- grité con la respiración entre cortada.

Oí sus pasos acelerados bajando las escaleras y me paré llegando hasta el.

- ¿Qué paso? ¿Estas bien?.- preguntó alarmado.

- Creo que... Llego la hora.- dije con dificultad.

Judy & Nick: Juntos por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora