"¿Podré escapar?"

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Capítulo 1

Cada madrugada se escuchaban estruendosos pasos por aquel oscuro y solitario corredor, y estos van en dirección al gran salón.

Una noche me arme de suficiente valor, salí de mi habitación y seguí el sonido que causaban aquellos pasos. Cada vez que me iba acercando, mis manos se helaban y mi corazón latía a mil por hora, el temor me invadía por completo. Decidida, entré a la sala de baile y me sorprendí con lo que me encontré, era mi hermano mayor.

Di un pequeño suspiro de alivio, creí que se trataría de algo más escalofriante.

Henry, mi hermano mayor, hacía unos pasos de baile muy graciosos, solté una carcajada e inmediatamente volteo a verme despavorido.

— ¿Que haces aquí? —Dió unos ligeros pasos hacia mi, mirándome sorprendido.

— Curiosidad. —Dije mientras caminaba por la sala, observando ligeramente a mi hermano.— ¿Por qué estás aquí? y a éstas horas. —Lo busqué con la mirada.

— Practicar algunos pasos de baile. —Se sonrojo notoriamente.— Y tu hermana sabes porqué. —No pude evitar formar una sonrisa en mi rostro.

— Por supuesto que lo sé. —Sonríe sabiendo claramente la repuesta.— Se acerca el baile que nuestro padre organizó e imagino que irás con Riley, ¿No es así?

— Sí, y no quiero hacer el ridículo con mis pasos de baile.

— ¿Como en el baile de promoción en primaria? —Reímos al recordar dicho baile. Henry había invitado a la primera chica en su vida y en todo el baile él no podía evitar pisarle los pies a la pobre niña.

— Soy un caso perdido. —Dijo con una media sonrisa.

— Eso ni dudarlo. —Reí.

El lugar estaba iluminado por la luz que provenía de afuera, aunque no sé como mi hermano podía bailar a estas horas de la madrugada.

— Y... ¿Por qué bailas a estas horas? —Pregunté esperando claramente una buena respuesta.

— No lo sé exactamente. —Se encogió de hombros.— Resultará extraño pero es como  si mi cuerpo se levantará a estas horas por si solo.

— Que extraño, sabía que eras especial pero no tanto.

— Soy único, pero además de eso, cada vez que me levanto siento muchas ganas de salir y caminar. —Henry tomó una pequeña toalla blanca entre sus manos limpiando su rostro sudoroso.— Es por eso que práctico mis pasos de baile para distraer mi mente.

— No es tan extraño eso, caminar es bueno para la salud.

— Sí pero, la sensación que tengo es de caminar por el bosque e ir a lo más profundo de este, y... No volver. —Henry miró sus manos como si no supiera a quién está viendo realmente.

— Hey. —Me acerqué a él tomando sus manos— Estarás bien, son solo sensaciones. Si te tranquiliza, me levantaré a la misma hora que tú lo hagas, así podré hacerte compañía.

Repentinamente, se escucharon objetos de vidrio estampándose fuertemente contra el piso de madera, sentí una pequeña descarga recorrer por mi cuerpo, aquel sonido, que dejó con intriga a mi hermano, provenía de la cocina.

Nos miramos con emociones combinadas, él estaba curioso por descubrir qué pasó y yo solo quería ir de vuelta a mi habitación, me acerqué a mi hermano y lo tomé fuertemente del brazo para esconder mi rostro en su pecho.

— Hay que ir a ver. —Susurró.

— ¿Perdiste la cabeza? —Dije del mismo modo.

— Talvez. —Sonrió.

Henry es de esas personas que añoran vivir en carne y hueso alguna experiencia de miedo puro, lo cual nos hace diferentes a pesar de ser mellizos y tener muchas características en común.

— Una mejor idea es irnos a nuestras habitaciones. —Tiré de su brazo al ver que él avanzaba hacia las escaleras.

— No seas así Ashley. —Henry con su musculoso brazo se aferró al mío obligándome a seguirlo.— Un poco de adrenalina no nos vendría mal.

— No Henry, no pienso bajar. —Forcejeé por liberarme de su agarre.

— Bien, como quieras, bajaré yo solo. —Me soltó sin previo aviso.

— ¡Te espero arriba entonces! —Exclamé en voz baja desde las escaleras y él asintió ante mis palabras.

Subí rápidamente para dirigirme a mi habitación que está estaba casi al final del corredor, pero antes de entrar sentí una punzada en mi pecho, volteé ligeramente mi rostro con algo de temor, y me encontré con la puerta de la habitación de mi madre, esta se encontraba semi–abierta.

Esto se me hizo algo extraño, ella no tiene la costumbre de dejarla así.

Me acerqué a la perilla y empujé la puerta para abrirla por completo, al no poder ver con claridad, desde mi lugar, lo que ocurría en la habitación, me adentré más a ver si todo estaba en orden, pero quedé en completo estado de shock al ver manchas de sangre entre las sábanas y su pijama.

El rostro de mi madre era de tez blanca con un poco de rubor en los pómulos, y sus carnosos labios rosados encajaban perfectamente con su nariz respingada y con sus cejas muy bien cuidadas, pero en esta noche, el recuerdo de la sonrisa de mi madre con sus dientes blancos deslumbrando alegría, se esfumó. Ahora sólo puedo ver su delicado rostro sumamente pálido, lleno de moretones y heridas abiertas.

Sin embargo, no perdí la esperanza de que su cuerpo inerte volviera a ponerse de pie y siguiera siendo la madre cariñosa y atenta que siempre fue con nosotros, quería imaginar que solo estaba desmayada por la pérdida de sangre y con la dudas carcomiendo mis expectativas de ver a mi madre sonreír una vez más, avancé con pasos inciertos y temerosos hacía ella, agarré su muñeca en la cual podía localizar fácilmente su arteria Ulnar, para tomarle el pulso, pero ni un solo latido se hizo presente, la moví esperando a que reaccionara, pero era más que inútil.

Caí de rodillas al borde de la cama, lloré por no poder haber evitado esto. ¿Qué clase de persona es capaz de asesinar a sangre fría?, Y lo que más me inquieta es saber quién hizo esto.

Tomé su mano, esta estaba helada y húmeda por las constantes lágrimas que caían de mis ojos, pensaba decirle cuánto lo lamento, pero escuché un grito, eso hizo que me pusiera rápidamente de pie y saliera corriendo de la habitación, sabía que ese grito provenía de la sala principal.

Henry, fue en lo primero que pensé.

Cuando llegué, la sala que recordaba llena de vida por los hermosos cuadros de pintura y las macetas de flores que aromatizan el lugar, hoy, en esta noche, esta sala representaba todo lo contrario, a cada esquina que veías encontrabas miles de descripciones terroríficas, cabe recordar que no estaba preparada para este momento, no como mi hermano, él veía demasiadas películas de terror que hasta ya se sabía lo que ocurriría después de cada escena. Asustada caminé en busca de Henry, y al verlo en problemas decidí acercarme. Él se encontraba tirando del umbral de la puerta del sótano ya que algo lo tomaba del tobillo para arrastrarlo hacía adentro, sin dudarlo tomé su mano y tiré de él lo más fuerte que podía, entre jalones constantes, finalmente logré liberarlo, él inmediatamente se puso de pie y nos colocamos espalda contra espalda para poder darnos cuenta de lo que pasaba.

Una brisa rozó nuestros rostros, alguien estaba corriendo a nuestro alrededor. Avanzamos poco a poco hacia la puerta principal, la abrí sigilosamente y salimos del lugar.

Me tumbé en el suelo atrayendo mis rodillas al pecho, ocultando ligeramente mi rostro, quería creer que lo que había pasado era un sueño o mejor dicho un pesadilla de la cuál aun no se si podré escapar.

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-Roony Nayde

Encounter Ghostly [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora