Encounter Ghostly [Pausada]

"Seis malditos meses"

Capítulo 5

Todo empezó a desmoronarse como los cuadros y adornos.

— Si no lo recuerdas, pues te haré recordar. —Su voz revelaba todo el odio que sentía hacia mí.

Henry y Riley caminaron acercándose más a mí, pero fue un error, un vidrio venía directo a mi rostro, pero Riley recibió el impacto.

— Riley. —Ahogue un grito, ella sangraba sin cesar porque el vidrio había perforado su mejilla izquierda.

— ¡Maldito! —Henry se acercó a "él".

— Cuidado con lo que dices. —Ahorcó a henry elevándolo en el aire.

— ¡Déjalo en paz! —Mis emociones estaban revueltas, quería llorar de impotencia pero a la vez estaba furiosa.

— Escúchame bien Ash, en dos días, traerás a todos tus amigos más cercanos y vivirán aquí durante seis malditos meses.

— ¿Qué? —Pregunté incrédula.

— Lo harás o sino... —"Él" presionaba cada vez más fuerte el cuello de mi hermano asfixiandolo.

— Esta bien, lo haré, déjalo ya.

— Como digas. —Soltó a mi hermano en el aire, dejándolo caer al suelo.

"Él" fue desapareciendo poco a poco hasta esfumarse por completo, y todo parecía volver a la normalidad.

— Henry... —Me acerqué a prisa a él.

— No te preocupes por mi ahora. —Ladeó su cabeza de izquierda a derecha— Rápido ve por el botiquín. —Se acerco a Riley, que solo maldecía a lo alto.

Y para mi mala suerte, el botiquín estaba en el sótano, ¿Acaso algo mejor no podría pasarme?

Di unos pasos, insegura, hacia la puerta que llevaba al sótano, tome el picaporte y abrí lentamente, trague saliva y me arme de valor para bajar por las viejas escaleras.

Intenté prender la luz pero recordé no había electricidad para este lugar, cogí el móvil y activé la linterna con la cuál alumbraba mi camino.

— Ashley... —Salté del susto, ese susurro lo escuche tan cerca de mí.

Seguí caminando, pero más rápido, quería volver a estar arriba lo más antes posible, estando en el último escalón tropecé con un recuadro. En la imagen aparecía un chico simpático, ojos azules, cabello castaño, sonrisa perfecta.

— ¿Lindo, no? —Me estremecí al volver oír las palabras tan cerca a mí.

— Déjame en paz. —La voz era varonil, la misma voz que hace poco la relacionaba con la sombra.

—No lo haré Ashley, no después de lo que hiciste.

Dejé el recuadro a un lado y busqué el botiquín, me llevó unos dos minutos hasta que lo encontré, una vez con el botiquín en mis manos, la linterna se había apagado, la volví a encender nuevamente para poder retornar el camino de donde había venido, pero cuando pasé al lado del recuadro tuve la necesidad de verlo nuevamente, el rostro de aquel chico era familiar para mí, pero necesitaba verlo con más detalle, cuando tomé el cuadro nuevamente, este se encontraba con unas manchas de sangre. Lo solté dejándolo caer al suelo y provocando que el vidrio se rompiera.

— Me largo de aquí ahora. —Subí rápido las escaleras.

— No olvides lo que te dije, sino ya sabes que pasará. —Me detuve justo en el último escalón antes de salir.

— Ojalá te pudras en el infierno. —Finalice "la pequeña charla" luego de cerrar la puerta.

— Ashley, ayúdame con Riley. —Henry acariciaba su cabello castaño.

— Es solo una cortada, nada grave. —Intente calmarlo, aunque eso es difícil.

— ¡Como que nada grave, está sangrando demasiado! —Rodé los ojos, Henry exagera cada vez que se trata de Riley, el amor, el amor.

— Te echaré alcohol para desinfectar la herida, ¿Esta bien? —En mi mente ya sabía como Riley odia el alcohol.

— No Ashley, sabes que lo odio. —Sus uñas se aferraron al mueble en el que estaba sentada.

— Es por tu bien. —Saque algodón y luego lo remoje con alcohol.

— Maldición.

Fui lo mas delicada que pude pero aun así no pude evitar sus chillidos, se que no le gusta el alcohol en sus heridas, desde niña evitaba todo tipo de heridas en su cuerpo. Siento que esto es mi culpa, ese vidrio debió herirme a mi.

— Listo. —Con mi muñeca hice a un lado el sudor que corría por mi frente, si tan solo por una simple cortada mis glándulas sudoríparas se activan a mil, no me imagino si fuera doctora, definitivamente todos mis pacientes terminarían en la morgue.

— Amor, salgamos de acá. —Henry la abrazo por la cintura ayudándola a caminar, era realmente exagerado, ni que la herida la hubiera dejado inválida.

Reí por lo bajo por como se comportaba Henry, siempre tan protector pero exagerado.

— Ashley, deje mi celular caer de la impresión en la habitación de tu madre. ¿Podrías alcanzarmelo?

— ¿Yo? —Señale mi pecho y abrí los ojos sorprendida.

— Si tú, Ash.

— ¿Es broma, cierto? —Los miré incrédula.

— No, ¿Tienes miedo acaso? —Riley sonrió a medias.

— No nada que ver. —Reí— ¡Solo hay un maldito lunático que quiere matarme!, ¿Por qué temería a algo como eso?

— Vas mejorando tu sarcasmo. —Guiño el ojo, Riley suele ser muy... irritante, pero de todos modos es mi amiga y la quiero como es.

— Solo iré por esta vez.

¿Porque siempre me mandan a traer todo a mí?, ¿Creen que soy inmune a cualquier cosa?, ¿Que no me va a pasar nada o qué?.

— Ashley, ten cuidado, te esperaremos afuera. —Gritó mi hermano, se supone que tendría que cuidar de mí, me vengaré por lo que hacen.

— Me las pagarán. —(Claro, si salgo viva de esto).

Entré nuevamente a mi casa, todo era un desastre, nos esperaba mucho que limpiar. Las escaleras lucían aún peor, ¿Que es bueno para quitar manchas de sangre?, lo averiguare en el celular de Riley, una vez arriba vi el celular en medio del corredor, tomé aire y caminé lentamente hasta llegar a este.

— Tranquila ashley, no te va a pasar nada malo. —Mi corazón latía a mil, la primera regla en una película de terror es: NO SEPARARSE, y lo primero que hago es separarme, soy una genio.

Lo tomé y en el mismo instante la puerta de mi habitación se abrió para dejar en misterio lo que había detrás de ella.

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-Roony Nayde ✍