Capitulo 3

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Aun no aterrizamos, falta al menos media hora y no creo que pueda soportar más, debo bajarme.
Los asientos van de a dos, y una chica con su bebé están junto a mi.

— Señorita, hay un asiento sin ocupar allí adelante, tiene mas espacio y se encuentra más cerca del baño.— ofrecieron a la señora junto a mi. Está asintió agradecida, y se cambió de lugar.

Al fin, media hora sin el llanto de ese bebé.

•••

Me encontraba caminando por el aeropuerto. Buscando a Mattew como si lo fuera a reconocer, ni siquiera sabía cómo era el, ni el sabia como era yo. Supongo que vendría con los típicos carteles con tu nombre escrito, o al menos eso esperaba...

Mis pies me dolían mucho, viajar con zapatos de plataforma no había sido nada placentero. Me dirigía a los baños cuando alguien toco mi hombro.

— Disculpa, ¿Tú eres Paula Evans?

— Soy yo— dije suponiendo que el sería Mattew.

— Soy Mattew, es un placer conocerte- Me dijo sonriendo. Mattew era alto, cabello y ojo oscuros, era lindo y era... mi hermanastro.

•••

Mattew me guió hasta su coche y subió mi maleta. Me senté en el asiento copiloto y comenzó a conducir.

—¿Como ha sido el viaje?— preguntó mirando hacia la carretera.

—Pues no muy bien— solté — Tuve que soportar un bebe a mi lado llorando todo el viaje— dije algo enojada. Estaba muy cansada y esperaba no volver a escuchar el llanto de un bebé en poco tiempo.

El río.
— En el avión te dan audífonos, debías ponértelos y no escucharías al bebé.

Tonta, Paula, Tonta.

Luego de un momento de silencio sonreí ante todo este cambio.

—¿Te sientes bien?— preguntó.

—Realmente es extraño, mi madre no ha querido que me quede sola y hace un momento nos conocimos, va a ser extraño...

— Mi padre ha hablado conmigo y tú madre no quiso dejarte aquí con un extraño, pero temia por tu seguridad y mi padre le prometió que te cuidaría...

— Lo se, ella solo quiere lo mejor.

Llegamos y su casa era verdaderamente grande; el piso blanco y brillante al igual que las paredes, lá sala con grandes muebles rojos que se ven muy cómodos, televisión grande, escaleras con alfombra y quien sabe como sería arriba.

— Entonces... te mostraré tu habitación— Dijo guiándome hacia arriba. El tomo mi maleta y comenzó a subir

La habitación era muy bonita. Mi cama blanca con sabanas y abrigos morados, cortinas blancas y muebles blancos con decorado. También había un baño en mi habitación. Este era mi sueño.

— Con mi padre decoramos la habitación, en realidad, el pagó y yo la decoré. Tenía que darte una buena bienvenida— dijo sonriendo.

— ¡Gracias! me gusta mucho... — Le dije y lo abracé, el me sonrió. Y al instante me separé repentinamente.

¿Por qué lo abrace? Hace diez minutos no lo conocía. Eso fue incomodo.

—No hay de que, estaré en la cocina, baja a comer cuando termines de instalarte.

Viviendo Con Mi HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora