Capítulo 16

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-¡Oh Dios! Más fuerte.- Chillo el rubio aferrándose de las blancas sábanas de la cama de su amante.

-¿Más?.- Comento en tono burlón el mayor clavando sus dedos en la cintura del ojiazul bajando la velocidad de sus embestidas provocado que este último soltara un sonoro gemido.

-Por favor, Jos, bebé,no seas malo.- Lloriqueo el menor mordiendo fuertemente su labio inferior formando enseguida un leve puchero, meneando las caderas en un símbolo de necesidad.

-¿Malo? Yo no soy para nada malo, al contrario soy demasiado bueno a decir verdad, ¿o tú que piensas?.- Gimoteo en tono burlón el ojimiel aumentando el ritmo de sus embestidas de forma drástica tocando el punto dulce del ojiazul, el cual soltó un chillido aferrándose aún más fuerte a la cama.

-Eres demasiado bueno, pero sigue, no pares por favor.-

El de mechones azabache tomo levemente el cabello rubio de su compañero para besarlo en los labios, mordiendo fuertemente el labio inferior.

Fue cuestión de segundos para que el rubio explotara en un sin fin de sensaciones que le nubló la vista y tenso sus músculos provocando que su compañero se corriera fuertemente en su interior aumentando aún más las sensaciones.

El mayor beso levemente la espalda baja de su novio proporcionándole una nalgada al momento de salir de él.

Lo tapo con la sabana acomodándolo sobre su pecho besando su frente, mordiendo el lóbulo de su oreja y enterrando su cabeza en su cuello.

-Te amo.- Susurro el ojimiel delimitando el rostro de Alonso con los dedos prestando principalmente atención a sus rojos y hinchados labios.

A lo que él ojiazul solo asintió y se aferró más cayendo rápidamente en los brazos de morfeo, acción por la cual el de cabellos azabache solo suspiro.

Y sin más se dispuso a dormir mareado por todos los pensamientos que se alojaron en su mente.

Se levantó un par de horas después admirando al menor dormir enrollado en la sábana blanca, se veía como un ángel de mechones dorados y perfectos labios cereza, se veía tan inocente y puro que era imposible pensar en lo que había sucedido la noche anterior.

Le dolía verlo así saber que no era suyo completamente pero a fin de cuentas era estupido pensar que podía cambiar su actitud o sus costumbres.

Porque por Dios, José no era tonto y mucho menos ciego, sin tomar en cuenta que poseía una gran inteligencia para todo lo teórico, probablemente su único problema era que amaba demasiado a Alonso, tanto, como para pasar todas las fallas que este tenía.

Pero en eso consistía el amor en aceptar a la persona tal como era, aunque eso para el mayor dolía malditamente tanto que no sabía si iba a aguantar.

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Nuevo Capítulo!
Boom! Los amo! 💜

Love Me Again [Book #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora