Silbido Letal

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— Garleneeeeinh, despierta cariño — Una voz tenue y dulce como el de una madre llamaba a Garleneinh mientras le acariciaba suavemente el rostro.

Garleneinh abrió los ojos tratando de recuperar la visión que aún se mantenía en blanco, como un destello de luz. Miró a su alrededor y divisó botellas de Alcohol, una aguja con hilo empapada de sangre y una hierba que no lograba distinguir.

— ¿Qué... qué me pasó? — Garleneinh trataba de hablar con una voz firme pero muy vacilante, gracias al fuerte dolor que sentía en su cabeza.

— ¿Lo ves? — Dijo Lazetheez hablando suavemente, con una voz muy delicada y una sonrisa maternal en la cara.

— Ahh — Garleneinh no pudo evitar dar un gran suspiro — Me pregunto cómo lograste encontrarme. ¡Y ya basta de caricias, que no soy un niño! —

— Si no te hubiese seguido, quizás estarías como un estropajo viejo y maltratado en medio del bosque. Me lo debes — Dijo Lazetheez con un tono tranquilo y una sonrisa victoriosa en la cara, acercándose a Garleneinh lentamente.

— ¡Aaaah!, ya basta Lazetheez — Dijo Garleneinh quitando lo más suavemente que podía la cara de Lazetheez — Ahora... ah, mi cabeza. Ahora tengo que ir donde el Gran Maestro para comenzar la misión que me tenga que encomendar—

— ¡Ja!, que buen chiste — Río Lazetheez irónicamente tomando del hombro a Garleneinh— Que no se te olvide que caíste cuesta abajo del monte Osiris. Estuviste inconsciente durante tres días y tienes un corte de diez centímetros en la cabeza... Ah, tu misión ya se le fue encomendada a otro — 

— ¿¡Qué!?, no puedo creer que haya estado inconsciente durante tres días... Al menos dime que me han encomendado otra misión de reempla... — Garleneinh se tocó todo el cuerpo notando que llevaba un nuevo traje — ¿Qué es esto?... —

—Bueno... Al parecer nuestro Gran Maestro te quiso obsequiar un nuevo traje táctico elogiando tu hazaña y tus extraños métodos de asesinato y uso de armas — Lazetheez se le acercó lentamente indicando con su dedo — Tu nuevo traje posee una correa diagonal provista de siete kunai y una funda de espada en la espalda... Dijo que algún día serías capaz de enfundar la espada correspondiente —

— Ni yo mismo podría entender al gran maestro, así como es de sabio es tan difícil de comprender... — Garleneinh abrió los ojos de súbito y preguntó con un tono de vergüenza y preocupación — Espera...¿¡Quién me cambió la ropa!? —

Lazetheez agachó la mirada sonriendo y se le enrojecieron notablemente las mejillas, demostrando cierta culpabilidad y pudor en su expresión.

— Creo que ya deberías saber cuál es la respuesta — Dijo Lazetheez acariciando el hombro de Garleneinh y saliendo de la habitación.

— Ah... — Suspiró agotado Garleneinh con un pequeño tono de frustración — Me pregunto hasta dónde pretende llegar esta mujer —

Garleneinh no pudo evitar la molestia que sentía en su cabeza y se comenzó a palpar la cabeza, notando que en ella había una sutura bastante larga, tal y como había dicho Lazetheez. Pese a que se sentía un poco mareado al tratar de levantarse de la cama, lo logró con tranquilidad y moviendo la cabeza por el gran mareo que le provocó de golpe el hecho de pararse se apoyó en la mesa que tenía más cerca. Una vez se sintió mejor abrió los ojos de nuevo y miró a su alrededor retomando el control de su equilibrio y volviendo a su estado normal y estable. Se paseó un poco al rededor de la sala, dando pequeños saltos y corriendo de un lado al otro para lograr estabilizarse por completo y volver a su trabajo y su entrenamiento. Cuando se sintió mejor se dirigió hacia la puerta sin poder evitar la presencia de un objeto que nunca estuvo ahí, un trozo de papel doblado y un lápiz de carbón sobre él. Garleneinh se dirigió hacia el papel, lo tomó y lo abrió pensando en que podría contener en su interior.

Umbra Inter UmbrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora