2-INSCIDENTES

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Había llegado a Corea hace una hora y aun esperaba a que vengan a buscarme, odiaba cuando me hacían esperar y el aeropuerto estaba lleno de adolescentes, parece que estaban esperando a alguien, no le di tanta importancia y me senté a esperar.

Ya estaba cansada de esperar así que decidí levantarme y dirigirme a la salida iba a llegar sola a mi destino, estaba llegando a la salida del aeropuerto y sentí como las adolescentes empezaron a correr hacía la salida empujándome y molestándose conmigo.

-quítate, ya vienen nuestros opas- me dijo molesta una chica que debe de tener unos 17 años la mire mal, haciendo que se intimidara con mi mirada, ella me había empujado y me decía que me corra, quien se creía.

-mira niña, si tienes que ver a alguien no es mi problema, así que no empujes que yo si estoy para algo importante- no era necesario decirle nada más con mi mirada bastaba para que entendiera que estaba molesta

-lo siento-se disculpó haciendo una reverencia y se fue

Logre salir de aeropuerto aunque con algo de dificultad, esas niñas eran muy molestas no dejaban avanzar, logre ponerme en la vereda y esperar a un auto para que me lleve, pero no había ninguno así que me puse a esperar, tome mi celular y me fije la hora estaba por llamar a la persona responsable de mi mal humor hasta que sentí como me empujaron haciendo que soltara mi celular de la mano, este cayó al piso y se rompió la pantalla y de desarmo lo que normalmente pasa con esas cosas por eso las odiaba, pero lo necesitaba para comunicarme.

Me di la vuelta dispuesta a matar a la persona que me había empujado y me encontré con un joven, estaba en shock por lo que había sucedido y únicamente miraba el celular, las adolescentes ya no estaban gritando, nos habían rodeado para ver que estaba pasando.

Vi acercarse a un chicos de piel un tono más alto que el que me había tirado el celular a nuestro lado miro el celular en el piso luego al joven y luego a mí.

-lo siento, lo vamos a pagar-se disculpaba haciendo varias reverencias

-lo siento mucho, no fue mi intención empujarte- se disculpó el joven que me había chocado, estaba por responder con una grosería pero vi que mi transporte había llegado y se bajaron 3 hombre de traje negro y se acercaron rápido haciéndose lugar entre las adolescentes.

-lo sentimos mucho señorita no sabíamos que iba a llegar antes de tiempo.

-¿dónde está Uriel?

-está esperándola en la casa señorita

-entonces vámonos- no le di importancia a los jóvenes que estaban en frente y estaba dispuesta a irme y olvidar todo, pero oí a esas adolescentes decir que era grosera, me di la vuelta y las encare realmente este no era mi día.

-mira niña yo no fui la que empujo a nadie y es a mí a quien rompieron el celular, así que no te atrevas a decir que soy grosera, más bien ustedes lo son, por no dejar respirar a las personas, creen que a ellos le gusta que estén todo el día sobre ellos, no sé quiénes son pero estoy segura que en este momento están totalmente avergonzados por lo que ustedes dijeron, ellos están tomando la responsabilidad por sus errores así dejen de fastidiar- se lo había dicho de frente y sin rodeos haciéndolas callar me di la vuelta para irme pero antes de hacerlo mire a los dos jóvenes –les mandare la cuenta del celular-

Subí a la limusina que me estaba esperando y mire por la ventana, todos se habían quedado sorprendidos al verme subir a ese auto, mire al joven que me había empujado, recogía mi celular mientras murmuraba; me había llamado niña mimada, simplemente sonreí, tenía que saber quiénes eran esos chicos.

No todos los ángeles tienen alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora