32- COMO SI NUNCA HUBIERA EXISTIDO

61 11 0
                                    


Con Haniel

Cuando me dijo que me iba a hacer conocer el infierno me reí internamente, no se daba cuenta de que vivo en el infierno desde que me quito mi vida.

Vi a Giss luchar consigo mismo, quería asesinar a Raziel pero no podía, mis ojos se fueron cerrando de a poco, tenía mucho sueño y sabía cuál era la razón, al no tener nada de esencia la turmalina empezó a quemarme lo cual significaba que Raziel no iba a poder ni siquiera disfrutar de verme sufrir porque iba a desaparecer.

Escuche un fuerte estruendo y vi a Uriel en la puerta con sus sirvientes y su arma en mano, se podía ver al mismo demonio en sus ojos, ahora si Raziel no tenía escapatoria.

Raziel: tenemos un invitado sorpresa, ¿Cómo has estado Uriel?

Uriel: mejor de lo que te imaginas

Raziel: Giss ¡¡acabalo!! – ordeno pero Giss no se movió

Uriel: no importa cuánto le ordenes no podrá hacer nada contra mío

Raziel: no importa si fueron amigos, el me obedece a mi

Uriel: es verdad, pero la bala que le dispararon mis sirvientes cuando nos encontramos en el rio contenía mi elemento y por esa razón el no podrá atacarme, si tus sirvientes tienen tu elemento en su sangre no pueden ir en contra tuyo incluso yo le puedo ordenar.

Raziel: si no puede atacarte a ti, entonces necesito entretenerte hasta que pueda escaparme, Giss mata a Haniel

Uriel: bloquéenlo- grito a sus sirvientes quienes se movieron rápido interceptando a Giss quien avanzaba hacia mi decidido a matarme mientras que Raziel trataba de escapar, pero no llego muy lejos una navaja se clavó en su pierna y otra en su talón haciéndolo caer de rodilla vi como Uriel se acercó hacia él y le disparo en un hombro haciendo que Raziel gritase fuerte

Raziel: ¿vas a torturarme antes de matarme?

Uriel: no, pero sabrás que para ti no hay infierno ni paraíso, eres un ser repugnante, tu alma vagara por tinieblas por el resto de la eternidad, no tienes derecho a renacer nuevamente, tu vida termina aquí- apunto su arma a la cabeza de Raziel y disparo sin vacilar.

Raziel había muerto no de la forma que hubiese querido porque Uriel le puso un sello para que su alma vague por siempre sin derecho a volver a vivir, creo que eso era más cruel que simplemente morir.

Uriel: Giss ya basta- le ordeno al ver como trataba de llegar a mí, para cumplir con la última orden que le habían dado

Giss: ¿ahora seré tu sirviente?

Uriel: no, pero si no te lo ordenaba ibas a matarla

Haniel: ya estoy muerta de todos modos, no sé qué tanto te preocupas

Uriel: tan simpática como siempre, encontré una forma para que puedas vivir

Haniel: no seré sirviente de nadie, aparte la turmalina empezó a quemar

Uriel: no quieres tener una vida con Leo, simplemente lo vas a dejar solo

Haniel: si, a pesar de todo, simplemente quiero morir

Giss: Haniel, como has podido cambiar tanto, antes te hubieras aferrado a vivir con tal de estar al lado de la persona que amas

Haniel: eso era antes ahora solo quiero dormir, así que hagan silencio

Cerré mis ojos esperando que todo se acabara pronto, escuchaba susurros y algunos pájaros que cantaban ya que la lluvia había calmado. Abrí los ojos y me encontraba en el bosque de hace años podía sentir el olor a hiervas y flores vi a los animales a mi alrededor, estaba con mi vestido de compromiso esperando a alguien pero esa persona no iba a llegar así que me senté cerca del rio a esperarla

No todos los ángeles tienen alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora