VIII

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Fiesta, momento desagradable y una sorpresa especial.

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El día del cumpleaños deidara llego y con ello las vacaciones improvisadas de la pareja.

Era una costumbre que alguno de la familia fuera a buscar a deidara al aeropuerto, pero esta ved no sucedio lo cual extrañaba mucho a deidara pues nunca hubo ocasión en la que alguien no fuera a recibirlo.

Extraño.

Muy extraño.

Aunque no tuvo tiempo de pensar mucho en ello, aun tenian que ir a buscar las maletas y itachi estaba mas conversador que nunca con..... ¿Con que era? Le perdió el hilo a la conversación al estar pensado en su no recibida.

—primero tenemos que buscar las maletas, segundo tal parece que ir a la empresa y arreglar unos asuntos con algunos odiosos contratistas nuevos que no tienen a nadie a quien joder,dei ¿estas prestando atención?

—¿que? Ah si.

—dei sabes que puede decirme cualquier cosa que te incomode—. Apretó su mano

—lo se, es solo que es extraño que nadie venga a recibirme y no me gusta como se siente—.  Su voz se notaba algo apagada

—esta bien deidara quizás tenían cosas que hacer y no pudieron venir—.

—no me gusta, se siente solitario y no me gusta esa sensación—.

—de acuerdo pero ahora tenemos cosas que hacer, primero terminemos con ese trabajo y después descansaremos—. Dijo itachi mientras tomaba su maleta.

Deidara le siguió a regañadientes, nadie queria trabajar después de una relajantes vacaciones y de mucho sexo de por medio pero quien tenia el derecho de juzgarlo.

Aún era joven por lo que cuando podía buscaba aprovechar su vida al máximo aún si eso significaba arrastrar al azabache mayor con el.

Pidieron un uber para hacer las cosas mas rápidas y llegar lo antes posible a casa, pero es mucho pedir a los idiotas de los socios que mantener la boca cerrada les haría muy bien pero dios no hace milagros en estos días.

Les había tomado 3 horas esa reunión y ni hablar de la forma en la que los miraron por no estar presentables para la ocasión.

A la entrada de la empresa se encontraba minato en su auto esperándolos y con ello el mal humor que tenia deidara en esos momentos desapareció por completo.

Corrió hacia su padre y como koala se colgó de él lo que causo que ambos cayeran al piso entre risas y dolor.

El rubio de larga cabellera aun por mucho que le llegara al orgullo habia extrañado a su dramático padre, no había remplazo para alguien como el.

Único y original.

Todos en el auto de camino hacia la mansion narrando la anecdotas que pasaron en sus vacaciones improvisadas y uno que otro momento incomodo.

—¡¡sorpresaaaa!!— gritaron todos cuando fueron visibles en el comedor.

La cara de deidara era un poema había olvidado por completo que era su cumpleaños.

Con razón nadie había ido a recibirlo.

Ahora si tenia una sonrisa en la cara, aunque no fuera fanatico de las sorpresas siempre adoraba las que le hacian su familia.

Un abrazo familiar era reconfortante y ellos una familia unida y amorosa, claro toda la familia uchiha estaba incluida en este abrazo aunque no fueran tan afectivos en general.

¿Atado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora