La mayoría del tiempo la pasaba recordando los momentos que marcaron mi vida, momentos especiales que me hicieron cambiar y la mayoría de ellos tenían que ver con mi hermano. Si no fuera por él no me encontraría con vida, claro que el carácter de mi hermano fue influido por nuestro padre, él sabía que en cualquier momento podríamos quedarnos solos y crió a mi hermano de tal forma que pudiera cuidar de mí y de sí mismo.
Padre...aún recuerdo lo mucho que le molestaba que pregunte cosas acerca de cómo solía ser el mundo, pero cuando sucedía eso recurría a mi madre.
Ella nos contaba historias que su madre le había contado y así sucesivamente, no querían que pensáramos que siempre fue así, aunque claro con el tiempo se van olvidando ciertas cosas pero yo no podía olvidar lo que contaban, forzaba a mi madre a recordar todo lo que le habían dicho, mi padre rara vez compartía algunas cosas sobre ello pero, cuando lo hacía, dejaba notar el odio que tenía hacia las demás personas, mi hermano siguió sus pasos, el no deseaba saber cómo solía ser el mundo antes de que naciéramos nosotros.
"Es una pérdida de tiempo saber eso, Kiara. Pensar en el pasado no hará que las personas cambien", sonreí mientras recordaba lo que Aarón solía decir.
Pero yo no pensaba así antes, cuando era niña solo intentaba entender por qué las personas empezaron a ser malas, por qué llegamos al punto en el que debíamos ocultarnos.
****
Fui corriendo a la pequeña cama que compartía con mi hermano mientras jalaba a mi madre conmigo, no podía esperar más a que me contará esas historias.
-Apura Aarón, que no tengo tu tiempo- me quejé mientras subía a mi cama y saltaba sobre ella.
-Otra vez con eso enana? Pensé que ya había logrado de convencerte de que esos cuentos no ayudan en nada-dijo empujándome para echarse a un lado de la cama.
Le saqué la lengua y me senté, vi a mi madre sonreír y sentarse en la silla, me miró y en ese momento me di cuenta de que prácticamente me mandaba a echarme para luego dormir.
-Bueno, que quieres que te cuente ahora? -preguntó mientras acomodaba la pequeña manta que teníamos.
Sí, todo lo que teníamos era pequeño, vivíamos en el sótano de una casa abandonada, alguna vez pregunté por qué no podíamos usar las habitaciones del segundo piso o siquiera almorzar en algún cuarto grande de esos que habían arriba y en ese momento fue donde me contaron por primera vez como era el mundo afuera y quienes eran las personas malas.
-TODO! Desde el principio-grité emocionada.
-Silencio, Kiara- dijo mi madre enfada-Es tarde y sabes que no debemos hacer ruido-
-Lo siento-
-Está bien, bueno, sigamos con lo anterior, sabes que no recuerdo muy bien todo, además, debes descansar-dijo mi madre mientras se levantaba para apagar una de las lámparas a fuego que teníamos.
-Bueno mamá, que pena, ni modo, a dormir- era obvio que mi hermano estaba burlándose.
-Oh no, mamá por favor-dije mientras le daba un codazo a mi hermano y él se quejaba.
-Bueno, te contaré un pequeño resumen -se volvía a sentar en la silla.
-No importa, sólo cuéntame- dije echándome de lado para poder verla.
-Hace mucho tiempo atrás las personas podían vivir tranquilamente o bueno, la mayoría de ellas ya que siempre hubieron guerras más pequeñas entre grupos de personas que vivían en ciertos lugares. Llegó un momento en que el mundo empezó a desmoronarse por la falta de comida y agua. Las personas que estaban al mando de esos grupos, creo que solían llamarse ciudades o países, no recuerdo muy bien cuál de ellos era, pero bueno, sus líderes empezaron a luchar por adueñarse de lo poco que había, fue ahí donde las personas...-
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Survive
Science FictionNo, ahora no, por favor! Caí de golpe sin saber con qué había tropezado y no pude levantarme, no podía distinguir nada además de sombras, después de muchos intentos logré levantarme pero a los dos pasos sentí como jalaban fuertemente de mi cabello...