Capítulo 5

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Correr o no correr, otra vez con el mismo tema, creo que nunca me libraré de eso. No conocía muy bien el lugar pero era rápida, podría buscar donde esconderme si giraba en la siguiente cuadra y con suerte encontraba alguna puerta abierta, así podría escapar de ese chico, cada vez lo sentía más cerca, era ahora o nunca.

Me agaché para, supuestamente, amarrarme los cordones de mis viejas zapatillas, tomé un puñado de arena y esperé a que él esté lo suficientemente cerca, me levanté y le arrojé la arena directo a su rostro.

No volqué a fijarme qué había hecho, solo me dedique a correr, al llegar a la esquina doble y busqué algún lugar para esconderme, vidrierías, en serio? No podía tener suerte aunque sea con esto? Todas se hallaban rotas pero igual no eran buen lugar para esconderse ya que eran muy pequeñas y generalmente solo tenían una salida y era la que daba a ésta calle.

Seguí corriendo para buscar en la siguiente cuadra cuando sentí como me tiraban a piso, mis rodillas me ardieron como mil demonios, empecé a removerme para quitar al imbécil de encima pero me sorprendí a hallarme con una chica tratando de sujetarme.

Tomé toda mi fuerza y la empujé a un lado para liberarme, traté de levantarme pero ella volvió a colocarse encima mío, vi su puño y solo me quedó cerrar los ojos, el golpe me dejó anonada por unos segundos mientras ella sujetaba mis manos a ambos lados.

No, esto no quedaría así, le di un rodillazo en su espalda y ella cayó al piso, en ese momento, me levanté y pateé su estómago. Iba a hacerlo de nuevo pero sentí que unos fuertes brazos me sujetaban y me levantaban del suelo, empecé a patalear pero no pude soltarme.

-Suficiente-gritó, la chica con la que había peleado se paró en frente mío.

Me dirigió una mirada asesina mientras sujetaba mis manos y las ató con una cinta...dolía, estaba demasiado ajustado, supongo que era su modo de vengarse. El imbécil me soltó de golpe y caí al suelo, si las miradas matasen el estaría pudriéndose a millones de metros bajo tierra. Pude notar una pequeña sonrisa que borró rápidamente cuando notó que la chica lo miraba.

-Ahora ya sé por qué me dejaste sola ayer- dijo ella molesta.

-Querían capturarla y no pude salir-respondió él sin darle importancia.

Hasta el momento era obvio que ellos se conocían además que vestían igual, supongo que ella estaba armada, rayos, podría haberme matado. El imbécil, ese era su nuevo apodo, bueno, él me tomo del brazo y me ayudó levantarme. Pude notar que era más alto que yo, por una cabeza y media quizá. Ella era más baja que nosotros pero parecía tener mi edad.

-Por lo menos no volveremos sin nada, tal vez podría servir de algo-dijo mientras me dirigía una mirada de superioridad.

-No hables de mí como si no estuviera aquí enana-ésta altanera ya me estaba sacando de mis casillas.

Empezamos a caminar hacia quien sabe dónde y no podía hacer nada más que seguirlos ya que él aún me sostenía del brazo.

-Cuida tu forma de tratarme porque entre nosotros, tú no eres nadie, no provoques tu muerte-dijo mientras sacaba un arma de su bolsillo.

-Claro, eso es lo único que te queda ya que de otra forma no podrías vencerme, cobarde-oculté el temor que tenía a que use su arma.

Ella se acercó a mí y yo di un paso para desafiarla pero Don Aburrido me jaló para él quedar en medio de las dos.

-Entiendo el comportamiento de esta niña pero, tú? Te creí más civilizada, Hailee- le dirigió una mirada desaprobatoria y ella lo ignoró.

Más civilizada? Ellos me llevan secuestrada y yo soy la "menos civilizada"?, Qué rayos le pasa a las personas de ahora?

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