1. De aquella primera vez que Sherlock le dijo a John: Te amo.

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Ambos estaban profundamente enamorados el uno del otro, de eso no había duda. Sin embargo, tras aquella conversación en el laboratorio del Barts, tras aquella confesión y aquel beso, había un 50% de probabilidades de que las cosas entre ellos fueran terriblemente mal. La primer semana como algo más que amigos, pero sin definirse como pareja, fue especialmente complicada. John, quien finalmente comenzaba a aceptar abiertamente su bisexualidad, debía trabajar sobre sus propios prejuicios consigo mismo, y como él creía que la sociedad los veía. Por su parte, Sherlock no podía dejar de mirarlo, haciendo su tarea de detective un tanto complicada. La última vez que se había atrevido a entregarse de esa forma a otra persona, había salido terriblemente herido. Y la posibilidad, o la realidad, de que John sintiera lo mismo por él, bueno, era simplemente demasiado. No sabía cómo comportarse a su alrededor, no sabia como se suponía que debía complacerlo. Y quería hacerlo, quería hacer todo lo que hiciera falta para que John no se fuera jamás de su lado. Quería amarlo como el doctor se lo merecía, y tenía miedo de que su rudeza, o su personalidad en general, lograra alejarlo. Tenía aquella oportunidad que creyó que jamás tendría, y sentía que era demasiado riesgoso ser él mismo, cuando en realidad, eso era todo lo que John quería.

PoV John.

Él llevaba toda la semana actuando especialmente extraño. Quiero decir, era bastante obvio para ambos que las cosas cambiarían, pero jamás pensé que él dejaría de ser el bruto insufrible que adoraba. En aquellos primeros días nuestra convivencia era bastante parecida, así como nuestras actividades  diarias. Yo cumplía mis turnos en la clínica a medio tiempo y lo asistía en sus casos las 24 horas, sin dudarlo. Eso no iba a cambiar, no tenia porque. Pero el detective parecía nervioso a mi alrededor, y  por un momento temí que se hubiese arrepentido.

Supongo que esta no era la manera en la que pensé que se darían las cosas. Tampoco  creía que de inmediato nos veríamos envueltos en una relación de pareja adolescente llena de hormonas. Pero Sherlock parecía más frío ahora cuando me besaba por las mañanas (si a apenas presionar nuestros labios juntos se lo puede llamar beso) que en nuestros últimos 6 años de amistad. Algo, sin ninguna duda, estaba yendo terriblemente mal. Y yo estaba sentado en mi sofá con el diario abierto aquella mañana a una semana exacta de la confesión y no estaba leyendo en absoluto. Sherlock, sentado en el suyo con su laptop en el regazo, lo sabía perfectamente.

- ¿Necesitas algo, John? - me pregunto luego de un rato dándose por aludido.

Mi Sherlock Holmes diría algo como 'puedo escuchar tus molestos pensamientos y preguntas desde aquí'.

- ¿Qué si necesito algo? Si, al único detective consultor del mundo, pero no está aquí - comentó con sarcasmo.

- No se a que te refieres - acepto, aunque creo que si lo sabia.

- ¿Somos amigos, Sherlock? - le pregunté directamente.

- Eso espero, si - 

- ¿Y somos algo más? - él me miró unos segundos antes de asentir - y tu sigues siendo tu, y yo sigo siendo yo, ¿verdad? -

- Ve al punto, John - me pidió, y me alegré de que ese tipo de respuestas estuvieran aún allí.

- Desde hace una semana que actúas diferente -

- Bueno, las circunstancias son diferentes - explicó con su voz analítica. Era un poco sexy - el paradigma de nuestra relación ha cambiado y los participantes debemos adaptarnos a ella.

- ¿O sea que yo también debo cambiar? - le pregunté exasperado.

- No John, tú eres perfecto - el enojo desapareció para dejar perplejidad.

Este es el asunto: en toda la semana jamas habíamos vuelto a hablar sobre el tema. Ninguno de nosotros era especialmente demostrativo, al menos no de forma denotativa, aunque ambos por razones diferentes. Supongo que estábamos un poco avergonzados, sin importar que tonto suena. Él tenía razón, teníamos que adaptarnos al nuevo cambio, pero no lo estábamos haciendo nada bien.

- Teniendo en cuenta que soy, obviamente, el menos experimentado en lo que relaciones se refiere, supuse que sería mejor que aprendiera a actuar como es debido dentro de una. Esperaba que eso fuera lo que tu querías - continuo - reconozco que llevo días cambiando mis maneras de tratarte constantemente porque puedo ver en la tensión de tus hombros y arqueo de tus labios cuando algo te incomoda o desagrada. Estoy probando distintas opciones que te conformen, aunque acepto que hasta ahora no he logrado que lo haga ninguna.

- ¿Y por qué diablos harías algo como eso? - le pregunté una vez más exasperado, pero si, con el corazón mucho más ablandado.

- Porque te amo, John - para ese momento yo había bajado el diario y el la laptop. Me quedé petrificado en mi asiento mientras el me miraba fijamente desde su sofá - y quiero que seas feliz... ¿Qué sucede?

Lo mire unos cuantos segundos sin poder hablar hasta que comencé a tartamudear como un imbécil.

- Es... es que tu... Sherlock, dijiste... - alzo la ceja esperando que continuara - dijiste que me amas.

- Bueno, es cierto ¿no? - suspiro - creí que estaba claro.

- Lo se pero... - sacudí la cabeza - no lo habías dicho de esa forma, no tan directamente... lo siento - me levante y camine hasta su sofá, donde me puse de cuclillas junto a él - tú, tal y como eres, es todo lo que debes ser. Sin cambios.

- ¿Aunque sea un imbécil? -

- Aunque tenga ganas de matarte - sonrió de costado - las cosas han cambiado, pero nosotros no tenemos que hacerlo. Solo acepta de buen agrado cuando haga esto - me levante apenas para presionar mis labios contra los suyos de forma sutil, pero con mucho sentimiento - y seré el hombre más feliz del mundo; porque yo también te amo - me miraba con aquellos ojos cambiantes llenos de vehemencia y sentía que si no me separaba pronto, comenzaría algo que no estaba seguro que Sherlock estuviese preparado para continuar. En ese asunto sería paciente, lo valía. Por eso mismo me levante y lo mire directamente a los ojos para decirle - aunque podrías hacer el té de vez en cuando.

Se rió por un instante y asintió. En ese instante, ambos en bata y a primera hora de la mañana, sentí que a partir de entonces, nada podía ser tan malo siempre que estuviésemos juntos.

N/A: Lo prometido es deuda. Este es el primer capitulo de la secuela que tantas ansias tenía de escribir. Como pueden ver los nombres de los capítulos y (más o menos) de que se tratara cada uno ya esta determinado. Como comente en el aviso sobre la secuela, pertenece a un post de tumblr, si no lo vieron, vayan! Ademas, al contrario de 'La historia sobre nosotros' que estaba escrita con formato de Blog, este irá variando las primeras personas así como la tercera, para ponerlos en contexto. Gracias a sus cumplidos por mi forma de narrar como Sherlock, me animare a usar su primera persona, espero hacerlo bien. También, funcionando como secuela, tendrá muchas referencias con la primera parte, así que si eres nuevo (bienvenido!) o simplemente no la recuerdas ve y léela primero. Jugara con los tiempos después de la confesión pero antes de la boda que escribí para el epilogo, espero no marearlos. Y por ultimo, la primera parte esta concursando en los Wattys y les agradecería eternamente su apoyo, ya que sería muy hermoso para mi.

Ahora si, muchísimas gracias por leer, es hermoso estar de vuelta, y nos vemos en el siguiente capitulo.

La historia sobre nosotros - Parte 2 (Johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora