3. La intimidad es una cosa delicada.

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Llevaban 5 semanas y tres días juntos, y John no podía creer que lo estaba contando. Por su parte, Sherlock sí podía creer que no lo necesitaba para recordarlo, pero se preguntaba porque guardaba información tan irrelevante en su cerebro. Pero no le importaba.

El problema comenzó el día que Sherlock le pidió que se quedara en su cama. Ambos simplemente estaban allí acostados, luego de un día largo y un caso especialmente cansador. Sabian que luego de correr por Londres durante casi dos horas, se merecían un descanso. Entonces al llegar al 221B, y luego de decidir que el sofá era demasiado pequeño y la habitación de John estaba demasiado lejos, solo se quedaron allí, mirando hacia el techo. Al principio ni se tocaban, vencidos por la agitación y el sueño. Pero cuando Sherlock descanso la cabeza en el pecho del doctor (accion que le llevó mucha deliberación al detective) este comenzó a enredar sus oscuros bucles entre sus dedos.

- me gusta - susurro Sherlock sobre su pecho, y John sonrió con escalofríos.

- ¿que juegue con tu cabello? -

- Que estés aquí - lo corrigió y al principio este se sorprendió, pero luego, gradualmente, se dejó llevar lo suficiente.

O tal vez un poco de más.

PoV John.

Cielos. Mierda. Cielos. Eso no podía pasarme. En la ducha, en mi cuarto, no allí, no con Sherlock junto a mi. Aunque claro, su forma de susurrar contra mi pecho había sido el principal causante.

- Lo siento - me levanté repentinamente y con mucha más brusquedad de la que quería. Él casi cayó al suelo y en ese revuelo pude salir antes de que lo notara. O eso esperaba.

Fui directamente hacia el baño y me encerré allí, viendo como crecía dentro de mis pantalones en contra de mi voluntad. Me insulte a mi mismo unas cuantas veces en mi cerebro.

- ¿John? - me llamó desde el otro lado de la puerta. Momento oportuno para preocuparse por mi bienestar.

- Todo está bien, Sherlock - masculle - solo necesito una ducha.

Y una de agua helada.

Él no insistió. No se porque tenía la sensación de que lo había notado, porque era Sherlock y el siempre notaba todo, pero el detective parecía ciego a aquellas cosas, o se obligaba a serlo a conciencia. Yo ni siquiera sabía si en algún momento llegaríamos a hacerlo, y no estaba molesto por ello. Lo amaba, sería paciente, no me importaba; pero aún era un humano, y no podía evitarlo. Él era hermoso después de todo. Había llegado a verlo solo con bata mucha veces en nuestra larga convivencia y podía decir con seguridad que...

Ducha helada.

Pero no soluciono nada, tome mi erección con una mano e intente con todas mis fuerzas no pensar en él mientras lo hacia, aunque me fuera un tanto imposible. Lo deseaba. Pero sería paciente. Él lo valía.

Al salir de la ducha me coloque mi propia bata y salí del baño. Cuando no lo vi por allí tocando el violín o bebiendo té asumí que había ido a dormir. Ambos estábamos realmente muy cansados. Y Moriarty, o su estúpido fantasma, obligaba a mi novio a moverse por todo Londres, dejando pequeños mensajes de 'Te lo debo (IOU)' y cosas por el estilo. No sabia porque jugaban así con él, no sabía porque querían mantenerlo entretenido, pero una cosa era segura: funcionaba. Claro que Sherlock...

- Sherlock - dije sorprendido. Él estaba allí sentado, en mi cama, con sus manos juntas, sus codos sobre sus rodillas y sus hermosos ojos cerrados. Cuando dije su nombre, sin embargo, los abrió y me miró directamente.

- La intimidad es una cosa complicada - susurro.

- ¿Disculpa? - le pregunté. Aquella afirmación no tenía mucho contexto, él debía entender que yo no estaba escuchando sus pensamientos.

- Lo siento John - se levantó y colocó enfrente de mi - estaba considerando las posibilidades, alternativas, formas de complacerte pero...

- ¿De que mierda estas hablando? - podía sacarme de mis casillas.

- Se lo que sucedió en mi habitación - aceptó y mis orejas se prendieron fuego de la vergüenza - no es algo de lo que estar avergonzado - se adelantó a mis pensamientos - de hecho, es algo por lo que tal vez debería sentirme halagado, según se. Pero como dije John, la intimidad es algo delicado para mi. Subi porque quería decirte que entiendo tus necesidades y que si deseas hacerlo con alguien más, estar con alguien que pueda complacerte yo...

- ¿Estas diciendo de que si me acostara con cualquier otra persona tú estarías de acuerdo? - le cuestione acercandome mas y mas - ¿que no te haría daño?

- Por supuesto que sí - masculló, evitando mirarme a los ojos.

- Yo no quiero tener sexo con nadie, ¿bien? tu eres al unico que quiero, aunque no pueda tenerte de esa forma. Estoy bien con eso, lo respeto -

Cuando al decirle aquello me miro, lo bese. Estaba oscuro, y yo estaba desnudo debajo de mi bata, pero solo lo bese.

- Pero tienes curiosidad, ¿verdad? - me pregunto cuando nos separamos - quieres saber si he estado con alguien alguna vez.

- No tienes que decirmelo -

- Lo hice - susurro y me sorprendí. Supongo que era algo normal, pero que era normal con Sherlock Holmes - cuando era joven pasó algunas veces. Con un hombre, por supuesto - suspiro - pero cada una de aquellas veces yo estaba - me observó con culpa - drogado.

- ¿Que? - sostuve su mejilla. Parecía estar recordando tiempo innecesariamente difíciles.

- Sentía que no podía hacerlo de no estarlo y... - lo bese una vez más. Y otra vez cuando comenzó a hablar, y así hasta que entendió la indirecta y sonrió - gracias John.

Nos acostamos en mi cama luego de que yo me vistiera. No tardó en dormirse, y parecía haberse liberado de una presión enorme. Yo estaba feliz de que confiara en mí lo suficiente como para confiarme algo tan importante, tan íntimo. Ahora lo sabía. No era virgen. Tal vez, alguna vez, cuando él estuviera listo para hacerlo sin necesidad de un estupefaciente, sin presiones ni obligaciones, cuando el único motivador fuera el amor que ambos sentíamos por el otro, lo haríamos. Pero por ahora me bastaba con dormir junto al hombre cuya presencia evitaba toda mis pesadillas. 

N/A: voy a pedir disculpas porque soy muy mala escribiendo escenas +18. Pero voy a intentarlo. Lo cierto es que es verdad, escribir sobre intimidad es una cosa delicada, y quiero que este bien. Desde ya muchas gracias por leer, nos leemos en los comentarios!

La historia sobre nosotros - Parte 2 (Johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora