PoV Sherlock
Sussex era cálido en verano, y todo parecía predispuesto para que las abejas trabajaran de la forma que debían. Si polinizaban las nuevas flores que crecían en el jardín entonces tal vez esta vez soportarían el invierno. O era completamente posible que mi esposo simplemente tuviera que plantarlas de nuevo. Apenas el rosal se mantenía en pie sin importar lluvias y tormentas. Tal vez si acercaba los paneles a aquel manzano ellas terminarían formando uno propio, y planeaba mantenerlas controladas, a pesar de que no tuviera como finalidad la producción miel. O John me asesinaria.
-Sherlock - me llamo desde la puerta, sin querer acercarse mientras el criadero estaba abierto.
Lo amaba, pero el no sentía mi pasión por la apilcultura. Al menos le interesaba la jardineria. Típico retirado, aunque no iba a decircelo.
-¿John? - le dije mientras llegaba a la entrada de nuestro hogar.
-Los editores quieren juntar todos los relatos posibles y publicarlos en orden - me comento, y sentía su sonrisa interior, su orgullo. Y me sentía feliz por él, de verdad, aunque no entendía a que iba.
-¿En que puedo ayudarte, amor mio? - pregunte y su cara se ensombrecio.
-Tu permiso Sherlock, ¿estas de acuerdo? -
-Has publicado nuestras aventuras durante años en nuestro tiempo en Baker Street, y en internet - dije, un tanto burlón - ¿ahora pides por mi permiso?
-Pero esto es un libro, es real - explico.
-Es 2036 John, nada es mas real que el internet. Se que siempre quisiste hacer algo tangible con tu trabajo, soy feliz de que lo hayas logrado y es lo que querías -
-Nos fuimos del 221 porque necesitabas alejarte de ese mundo, somos dos ancianos... Si hubiera entrevistas... Periodistas ¿esta bien para ti? -
Sonreí de costado. Coloque mi arrugada mano contra su arrugada mejilla. La sujeto con su mano derecha y recostó su cabeza ligeramente sobre ella. Aquel cariño y amor eterno no había cambiado, seguía inmutable, envejecido con los años, volviéndolo algo incluso mas fuerte.
-Aquellos años fueron los mejores de mi vida - le dije - y cualquier tiempo que la vida me permite pasar junto a ti es simplemente perfecto. Recordarlos no es doloroso, no me importa la nostalgia, mientras sigamos aqui, en nuestro presente.
-Te lo prometí ¿verdad? Te prometí que me quedaría junto a ti siempre -
Nos besamos delicadamente. Nuestra vejez nos había vuelto lentos, y torpes (mas a él que a mi, de ser sincero) y ya no teníamos la clase de intercambio pasional que antes. Pero no lo necesitabamos. Nuestra mutua compañía era mas que suficiente. Y sin embargo...
-Si ese libro es publicado asegúrate de que incluyan 'la historia sobre nosotros en el' - comente y recibí una mirada sorprendida de aquellos ojos azules que no habían perdido su intensidad.
-¿De verdad? - preguntó.
-Puede llegar a ser útil en el futuro - explique y sus ojos se volvieron tristes, sabiendo a que me referia.
-No es hereditario de tu familia... Mycroft fue un caso aislado que...- intento convencerme.
-Vivi mi vida forzando a mi cerebro a funcionar como un disco duro, en contra de su voluntad. Y ha sido útil hasta este mismo momento - solté - si mi cabeza decidiera darse a si misma un descanso... No puedo culparla - sabia que iba a objetar con algo medico, y él era un excelente profecional, incluso daba clases en una pequeña universidad de la ciudad, pero lo detuve - solo es prepararse para una posibilidad John.
Asintio, con los ojos cerrados. Volví a depositar un delicado beso en sus labios y recostó su cabeza contra mi pecho, dejando su bastón caer al rodearme entre sus cálidos brazos.
-Por cierto, feliz aniversario, Sherlock - me dijo, y escuche su sonrisa en su voz, aunque hubiera enterrado mi cabeza en su cabello blanco.
20 años...
-Feliz aniversario, John -Abrí los ojos, separe mis manos que se mantenían debajo de mi barbilla y lo vi sentado en su sofá del 221b, frente al mio. Me miraba con curiosidad, con una taza de Earl Grey entre sus manos. Podía oler su té favorito a gran distancia.
-¿En que estaba trabajando ese cerebro tuyo esta vez? - me pregunto, divertido.
Su piel tenia las arrugas de siempre, su cabello seguía de aquel rubio claro, y no importaba como, seguiría siendo el hombre mas exquisito, bello y cálido del planeta. Existía la posibilidad de que yo no fuera imparcial al decirlo, pero tampoco me importaba.
-Envejece conmigo - le pedí directamente - dame la oportunidad de observar como nuestro cabello se torna blanco y nuestras manos unidad se vuelven erraticas. De tener un hogar alejado de la ciudad, donde ya nada importe mas que nosotros, juntos.
John me observo extrañado al principio, preguntándose como había llegado a aquello, y supongo que termino por resignarse. Conocía demasiado bien el funcionamiento de mi cerebro como para que algo lo sorprendiera.
-Te prometí eso en nuestra boda - comento, dejando la taza a un lado y levantándose mientras yo le comtestaba.
-El matrimonio son solo papeles - masculle y se rió.
Se acerco a mi, apoyando sus manos en los apoyabrazos de mi sofá y se inclino hacia mi, acercando su rostro al mio.
-Si tengo que prometerte cada día de mi vida que jamas voy a dejarte, entonces voy a a hacerlo. Haré lo que sea necesario para convencerte de que no hay nada capaz de alejarme de ti - sonrío- la única posibilidad de que eso pase es que ya no me ames y no quiero parecer egocéntrico pero...
-No, eso no va a pasar - le aseguré.
-Entonces deja de pensar en ello... - susurró - y besame, idiota.
Y así fue. La noche caía lentamente, el día terminaría, y nuestro tiempo exclusivamente para ambos también. Pero teníamos el resto de nuestras vidas, y en aquel momento decidí que aprovecharía cada segundo.N/A: espero haberlos hecho llorar (?) en fin, tal vez el tema de los años no es preciso, hagamos como que hice la cuenta realmente, aunque lo cierto es que no es así. Lo siento por eso. El próximo es el último capítulo! Espero que hayan disfrutado de este tiempo que pasamos juntos. Nos vemos en los comentarios!
ESTÁS LEYENDO
La historia sobre nosotros - Parte 2 (Johnlock)
Fanfiction'Ambos, John y Sherlock, estaban profundamente enamorados el uno del otro, de eso no había duda. Sin embargo, tras aquella conversación en el laboratorio Barts, tras aquella confesión y aquel beso, había un 50% de probabilidades de que las cosas ent...