Llegaron tras dos semanas de vacaciones en Nueva Zelanda donde terminaron en por lo menos 3 ocasiones asistiendo a la policía de alguna forma, por más trivial que fuera. Sherlock no podía dejar de ser Sherlock y John adoraba verlo trabajar. Además, consideraba más divertido verlo hacer deducciones que mirar la televisión en el hotel, de modo que eso hicieron. Algunas veces se sentaban en los sillones junto al fuego y el doctor le pedía que dedujera a los turistas. Aquellos días en la cabaña en la montaña, cuando la nieve era demasiado espesa para salir a recorrer los senderos o esquiar, tuvieron sexo. Otros días, sin importar que tan bonito dia para esquiar llegara a ser, se quedaron juntos en la cama y continuaron teniendo sexo. Eso terminó por cerrarle la boca a John cuando discutieron sobre el nombre. El termino 'vacaciones sexuales' era mucho más apropiado que 'luna de miel' Según Sherlock y su compañero no pudo debatirlo. El caso es que volvieron a Londres para encontrarse con un centenar de noticias en las revistas. Habían hecho un acuerdo de evitar utilizar sus celulares por lo que no estaban preparados para portadas de diarios con ambos tomados de las manos recorriendo Nueva Zelanda. Tampoco se esperaban la prensa que los abordó en el aeropuerto, donde un auto de Mycroft iría a buscarlos. Pero se encontraron con él en persona, parado con sus brazos cruzados entra la gente con carteles esperando familiares. Siquiera antes de darles la bienvenida les resumió la situación. Por su parte, ambos acababan de pasar los mejores días de su vida, un par de fotos no les molestaban.
- Tras lo que hiciste con Magnussen, Sherlock, te pedí que mantuvieras un perfil bajo. Los que te dejaron en libertad no están contentos -
- Estábamos en otro continente Mycroft - se quejo el hermano menor.
- Y no es como si nos hubieran encontrado teniendo sexo en un callejón - agregó John en tono burlón y Sherlock se rió.
Aquel día estaba particularmente de buen humor. El mayor de los Holmes suspiro y les pidió que lo acompañaran al auto, el doctor preguntó por las maletas pero este les aseguro que ya tenían a alguien encargándose. John siempre se había preguntado lo sencilla que sería la vida de Mycroft con tante gente a su disposición, pero siempre había llegado a la conclusión de que no la envidiaba.
Cuando salieron y cruzaron entre los reporteros que querían la exclusiva del romance que de todas formas habían estado implicando desde el principio, no hicieron comentarios, pero cuando el hermano mayor entró al auto Sherlock se detuvo y miró a su esposo. Se sentía profundamente enamorado, por lo que le preguntó:
- ¿Podemos besarnos? -
John se sorprendió de inmediato, pero tras una risa, asintió. Entonces el detective sujeto la mejilla del doctor y se acercó a él para depositar suavemente sus labios contra los suyos. Los flashes estallaron por todas partes, y el rubio no sabia que pasaba por la cabeza de su esposo; por otra parte, estaba seguro de que su única intención era molestar a su hermano. O tal vez esas vacaciones le habían sentado demasiado bien. No tenían nada que ocultar, estaban completamente enamorados.
Se separaron cuando escucharon un grito de '¡Sherlock!' desde dentro del auto, y se rieron como idiotas mientras subían al vehículo.
Sí, definitivamente estaban completamente enamorados.
N/A: no me detesten, este es uno corto. Se que muchos no estarán de acuerdo con Sherlock haciendo esta clase de demostraciones publicas, pero me pareció divertido. Se vienen unos capítulos un poco más dramáticos, así que estén preparados. Nos vemos en los comentarios!!
ESTÁS LEYENDO
La historia sobre nosotros - Parte 2 (Johnlock)
Fanfiction'Ambos, John y Sherlock, estaban profundamente enamorados el uno del otro, de eso no había duda. Sin embargo, tras aquella conversación en el laboratorio Barts, tras aquella confesión y aquel beso, había un 50% de probabilidades de que las cosas ent...