Capítulo 2

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Multimedia: Mercy - Shawn Mendes

—¿Canadá? —dijimos mamá y yo al unísono

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—¿Canadá? —dijimos mamá y yo al unísono.

Mi padre nos observó con una enorme sonrisa, estaba esperando que mamá sonriera también, pero no lo hizo en ningún momento. Abrir una nueva sucursal en otro país, expandir el negocio de padre sonaba tentador y lo era.

Papá era dueño de una pequeña empresa de construcción que había pasado de generación en generación, el abuelo se la dejó a él después de morir. Antes estaba ubicada en Portland, pero después de que uno de los socios se mudará para Minnesota, papá creyó que era buena idea trasladar la empresa y así lo hizo.

Me quedé mirando la reacción de mamá y vi como negó repetitivas veces con la cabeza.

—No, no, no. Lo siento, cariño, pero justo ahora Layla está en su último año, estamos bien aquí e irnos a Canadá haría que este más lejos de mis padres —mamá hizo una pausa—. Y no quiero estar lejos de mis padres.

—Cariño...

—Debo dejar a Layla en la escuela —interrumpió mamá—. Mejor hablamos en la noche cuando procese mejor todo. ¿Bien?

Mamá se despidió rápidamente con un beso en la mejilla y salió de la casa, gritando que la siguiera. Me quedé inmóvil en la cocina, mis ojos fueron a buscar a papá y lo vi con una mueca en los labios.

—Canadá está lejos, papá.

—New York también, cielo —susurró y dejó salir un suspiro, sabía que lo decía porque quería estudiar fotografía allí—. Pero está bien, podemos hablarlo luego, aunque tampoco quería decir que nos íbamos a mudar, solo que abriremos una sucursal.

Sonreí de manera titubeante.

—Literal, dijiste que deberíamos abrir una sucursal y vivir allí.

Escuché la risa baja de mi padre y luego me vio con una enorme sonrisa.

—Antes de decir el vivir allí, mencioné el quizás, cielo, pero solo escucharon el Canadá y vivir allí.

Le sonreí de manera inocente y antes de que pudiera decir alguna cosa la bocina de mamá ya estaba sonando, me despedí de papá y salí rápidamente de casa. No dije nada sobre lo que papá dijo debido a que la cara de mamá era una que decía: No me hables, no quiero escuchar nada.

—Tuvo que ser idea del padre de Anne—dijo con calma cuando freno el carro frente a la escuela—. Sí, eso debe de ser.

—¿Del señor Foster?

—Sí, por ellos nos mudamos de Portland, ahora quizás quieran ir a Canadá —hizo una pausa—. Anne tiene familia allí y quizás...—negó con la cabeza—. Mejor hablo primero con tu padre antes de sacar conclusiones precipitadas.

El recuerdo de un amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora