Capítulo 9.

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Cuando baje las escaleras en busca de mí tan ansiado desayuno solo pude encontrarme con Mathew.
-Buen día señorita Amy-
-Buenos días Mathew- me detuve a saludarlo mientras buscaba a Austin con la mirada.
-Que tal durmió anoche?-
-Bastante bien, gracias por preguntar- yo seguía buscando a Austin cuando Mathew me dijo:
-El señor Mahone está afuera esperándola-
-Gracias Mathew, supongo que nos veremos luego. Adiós- dije despidiéndome con la mano mientras él solo se alejaba silenciosamente.
-Wow- fueron las únicas palabras que lograron salir de mi boca cuando al salir al porche pude ver un hermoso deportivo negro con Austin apoyado en el capo de brazos cruzados.
-Que bien que ya estés lista, sube nos vanos ahora-
-No vamos a desayunar?- mi preocupación principal en ese momento era la comida, como en la mayoría de las ocasiones, pero es que además muero de mi hambre.
-Empaque algo para el camino- dijo mientras se subía al auto.
Subí al asiento del copiloto y de inmediato nos pusimos en marcha. Durante los primeros minutos del viaje en los que llegamos a la ciudad camino a la autopista, yo solo me dedicaba a pensar en cuáles serían las intenciones de Austin con este viaje. Les podrá sonar un poco paranoica y también algo ególatra pero lo cierto es que había considerado que Austin podría ser un psicopata obsesionado conmigo, y por esa razón había estado planeando todo esto para que yo me enamorar de él de a poco y no quisiera volver a mi hogar. Suena bastante más loco ahora que lo pienso bien ,pero lo cierto es que a medida que pasaba el tiempo parece más probable. No veo la hora de volver a casa. En ese momento me di la vuelta para mirar a Austin, y llegue a fijarme a su brazo derecho que estaba en el volante. Están totalmente cubierto de tatuajes, aunque me quede mirando uno en específico. RS, eran las iníciales tatuadas en su piel. Todos sus demás amigos lo tenían. Esto me lleva a que otra de mis hipótesis parezca aún más probable. Austin, junto con sus amigo podrían ser una pandilla de mafiosos, no encontraba otra explicación. En primer lugar, por lo visto Austin no era un mantenido ni estudiaba en la universidad, y tampoco había visto evidencia de que sea un empresario millonario. Por dios como pude ser tan ciega!!!! Motocicletas, una inmensa mansión, autos de lujo y dinero de sobra para "comprar" a una mujer en el mercado negro sin siquiera divagar. Estaba en el auto con un mafioso, el cual lo más probable es que estuviese armado. Aún peor, que pasa si en realidad esto del "día en la playa" era en realidad una simple coartada para deshacerse de mí y sacarse un estorbo de encima, es obvio uno de sus amigos le dijo la noche anterior que yo podía ser un problema para el, tal vez ya era hora de solucionarlo antes de que sea mayor.
-Austin -me atreví a llamarle sin más, debía salir de la duda inmediatamente, si quería matarme o lo que fuese, sería mejor que lo hiciera ahora mientras podia arrepentirme de haberme sentido tan atraída hacia el.
-Quien eres?- pregunté finalmente consiguiendo su sorprendida mirada, y que rápidamente se orillará al borde de la carretera.
-A que te refieres... sabes que olvídalo sé perfectamente a que te refieres, digo no eres estupida-
Yo solo podía observarlo aterrada de su respuesta, sin palabras ante la situación.
-Mira Amy... esto es muy complicado. Pero quiero que sepas que fuera de todo me gustas de una manera indescriptible. Jamás había sentido lo mismo por alguien más. Se que creerás que estoy loco porque apenas nos conocemos pero... ahhhh- dio un largo suspiro mientras apoyaba su cara contra el volante. Que acababa de escuchar. Austin me había confesado que estaba loco de amor por mi!!!!! La única forma de la que pude reaccionar fue acercarme lentamente aún en silencio hacia él.
-Amy, debo contarte lo que en realidad soy... porque me duele mucho seguir ocultándotelo-
Justo cuando el término de decir esto levanto la cabeza del volante y me miró fijamente, con esos hermosos ojos pardos que no podía ignorar. Antes de que pudiera darme cuenta estaba cerrando los ojos y uniendo mis labios con los suyos, en un perfecto y muy esperado beso.

Mi propio chico malo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora