El Comienzo

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No fue hasta que me hube duchado y tomé el desayuno que reparé en el teléfono de nuevo. No sé por qué, con solo mirarlo, me hacía sentir incómoda. Decidí llevarlo a la policía ese día.

Estaba a punto de meterlo en mi bolso, cuando la pantalla se iluminó.

Nuevo mensaje: archivo adjunto.

Controlé la pantalla. El mensaje provenía también de un número restringido. Me estremecí.

El Teléfono De Los SuicidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora