Capítulo 14
Cuando llegué a casa de Adriana, Víctor ya estaba ahí, lo abracé de inmediato y él respondió a mi gesto, pero sentí poca calidez en sus brazos.
- ¿Qué tienes? – me apresuré a preguntar- ¿estás preocupado? ¿molesto? – acaricié su mejilla -
- No, la verdad no sé cómo me siento, quizás sorprendido, muy sor pren dido – cancaneó -
- ¿por qué?
- A dri a na...
- Ahh sii, yo también me sorprendí – solté aliviada-
- Ahh ya lo sabes, ¡lo supiste antes que yo! Y no me lo dijiste – gritó –
- Me enteré hace unas horas, no había podido decírtelo, pero no tienes por qué preocuparte – giré para ver a Adriana e Isabel que estaban sentadas en un comedor y sonreí, pero extrañamente no respondieron a la sonrisa -
- No es que me preocupe, sino que me siento raro, es difícil de explicar, no sé qué pensar, realmente estoy en shock – y sujeto su cabeza con ambas manos -
- No comprendo por qué tanto escándalo, supongo que es amiga de tu mamá desde hace mucho y por eso se ha unido a nosotros, ¿por qué te sorprendes tanto?
- Gloria, no es eso lo que me sorprende – me miró fijamente –
- Entonces qué es, Víctor, no entiendo – vi nuevamente a Isabel y Adriana, y ésta vez noté sus manos entrelazadas –
- ¡¡¡Ellas son pareja!!! – dijo de una vez –
- ¿perdón? – grité y fruncí el ceño
- Estaba esperando que vinieras para explicarle a ambos con más detalles sobre mi relación con Adriana – habló Isabel pausadamente –
- Pero... si te gustan las mujeres, ¿cómo es que tuviste un hijo? –solté confundida -
- Sé que la respuesta a esa pregunta es muy importante pero antes debo contarles un poco sobre cómo fue mi vida de joven. En mi familia eran muy religiosos, desde pequeña descubrí que era diferente o mejor dicho que no era como la sociedad quería que fuera, descubrí que era mujer y me gustaban las que eran como yo, mientras fui creciendo ese sentimiento y atracción se hacía más fuerte pero sabía que si le decía a mis padres, no me aceptarían y quizás hasta me golpearían hasta que cambiará de idea.
Con frecuencia llevaban jóvenes a casa para que me coquetearan pero siempre me comportaba cortante y evitaba que se acercaran a mí, cuando estos se iban después de ser rechazados, papá me insultaba. Mi adolescencia fue un martirio, vivía escuchando que era un error, que no debí haber nacido si iba a ser así, criticaba mi manera poco femenina de vestir, me golpeó cuando me encontró cortándome el cabello en mi cuarto a escondidas, y me prohibió seguir viendo a mi mejor amiga porque creía que sería una tentación para mí, me trataba como a una enferma.
A los 19 años mi papá dijo que si no conseguía un novio y hacía planes para casarme me enviaría a un convento, que mi deber era tener hijos y servir a mi esposo, creo que en el fondo mi padre ya sabía sobre mi preferencia sexual y por eso me presionó hasta que me casé con el hijo de una amiga de mi madre.
- Pero ¿por qué hizo eso? ¿por qué se casó? – dije perpleja –
- Mi madre enfermó de cáncer terminal, vivió con esa enfermedad por un largo año, y antes de morir me obligó a hacerle una promesa y era casarme con ese hombre, pero antes me dijo de que lo que yo sentía era malo, que era del diablo y que sería un dolor muy grande para ella y mi padre que yo no me casara con un hombre, también me dijo que cuando ya estuviera casada ese mal se iría saliendo de mi cuerpo poco a poco.
- Eso fue muy cruel – interrumpí y sentí la mano de Víctor apretando la mía –
- Eso no fue lo peor – tragó saliva y respiró hondo - a pesar de que amo mucho a Víctor odio inmensamente al hombre que es su padre, procrear a Víctor fue una larga tortura, constantemente me obligaba a tener relaciones sexuales y violentas con él, a veces cuando me golpeaba decía que era para que el mal se saliera y yo ni podía defenderme, me sentía débil, tonta, inferior y muerta en vida. Volví a sonreír cuando nació Víctor y se convirtió en lo más importante de mi vida.
- No te entiendo Isabel, entonces... ¿por qué me tuviste encerrado en ese horrible lugar? ¿por qué no me cuidaste? – gritó Víctor –
- Porque fui ingenua, creí ciegamente en lo que decía Beatriz, como tu padre fue un bastardo torturador temí que al crecer te hicieras así, por eso te dejé en el lugar de las reglas para evitar que la maldad siguiera dentro de ti, y fue hasta después que descubrí que Beatriz les hacía daño en ese lugar, antes confiaba tanto en ella que pasaba mis días trabajando en el laboratorio y casi nunca entraba al lugar de las reglas, hasta que comencé a hablar con Adriana y gracias a ella descubrí la verdadera cara de Beatriz – Adriana apretujó la mano de Isabel y sonrío un poco – ¡Discúlpame Víctor! – lloró - Debiste haber sufrido mucho en ese lugar – alcanzó a decir -
- No te imaginas cuanto, pero mis heridas no se comparan con lo que sufrió Mario, y por eso dejaré a un lado esto, no te reprocharé nada por ahora, lo que importa en este momento es acabar con lo que ha hecho Beatriz.
- Tienes razón, y te agradezco mucho por haber escuchado tranquilamente – pronunció Isabel –
- Gloria, ¿hablaste con Beatriz?
- Si, y le dejé en claro que haría todo lo posible para destruir su laboratorio y su lugar de las reglas o debo decir lugar de las torturas– dije con desdén – me preocupa que seamos pocos pero estoy segura de que podremos hacerlo.
- No te preocupes por eso, poco a poco habrán más de nuestro lado – habló finalmente Adriana – varias personas querrán ayudarnos, no lo dudes –
- ¡Bien! – sonreí -
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Espermatozoides Congelados
AléatoireEsta es una novela corta sobre algo que muchas sueñan; Un mundo sin hombres.. sigue leyendo y descubre si te gusta este mundo Crédito de foto actual de portada: http://www.azoospermia.es/wp-content/uploads/Ausencia-de-espermatozoides.jpg