Solo te voy a pedir, cariño, que ya no me quieras de lejos.
Quiere a mis pies, que te roban mimos sobre tus piernas dormidas.
Quiere a mis manos, que estropean los macarrones que tan bien te salen echándoles demasiada sal.
Quiere a mi boca, que te muerde el cuello donde siempre te quejas de que te hago moraduras.
Quiere a mi corazón, que se pega a tu cuerpo, y no te deja irte a sentarte solo en tu sillón y te mantiene rehén del sofá.
Quiéreme entera, y no a mis partes clasificadas en álbumes de fotos hechas de píxeles.
Ven a quererme ya, te lo ruego, con mi pasado y con mi futuro.
Pero que sea ya, cariño, y que sea de cerca... Porque la soledad de este amor a distancia me está secando el alma.— Irela Perea