—¿Pero qué demonios...?—me quejé al sentir que algo impactó en mi cabeza. Escuché unas risitas de mi hermana, llevé mi mano a mi frente donde fue el golpe, miré al suelo recogiendo el cucharón que mi madre solía usar al hacer la sopa.
—¿Estás escuchándome o estás fantaseando con tu amiga?
—¿Tenías que arrojarme esto?—señalé el cucharón para luego dejarlo en el mesón, estaba ayudándola con algunas cosas en la cocina, mi madre regresó al terminar su llamada. Mi padre había llevado su auto a uno de sus amigos que sabe sobre esas cosas, de vez en cuando solía hacerlo para saber como estaba el vehículo.
—¿Terminaste de limpiar las fresas, Delia?—quiso saber mi madre mientras abría el refrigerador sacando algunos huevos.
—Todavía no pero anda arrojándole cosas a su hermano—critiqué mirando el maíz listo y limpio.
—¿No deberías arreglarte, cariño?—me miró antes de romper la cáscara de los huevos.
—Aún no, tengo tiempo mientras.
Justo el timbre de la casa se escuchó, me levanté de la pequeña silla del mesón caminando a la puerta. Al abrir, era Vanessa que sostenía algo en sus manos, sonrió al verme saludándome.
—¿Qué traes allí?—quise saber mientras cerraba al dejarla pasar.
—Mi madre y yo hicimos una tarta de avellanas—explicó señalando la mediana bandeja cubierta con aluminio que llevaba en sus manos.
—Dale las gracias a tu madre—sonreí un poco llevándola a la cocina. Mi madre y Delia la saludaron al verla, los ojos de mi madre brillaron al ver lo exquisita que se veía la tarta.
—¿Enserio la preparaste tú, Vane?—volvió a preguntar mi hermana.
—Ayudé un poco pero se podría decir—sonrió apenada mientras sus mejillas tomaban un tono rosa pero no de la forma que me gustaba, la forma de Jazmín era única. Al pensar en su nombre tomé mi celular enviándole un mensaje, eran las tres de la tarde, no creo que siga durmiendo.
—Darío—miré a mi madre que me pasaba un plato pequeño con un pedazo de la tarta. Sin perder tiempo lo probé sintiendo el exquisito sabor dulce, Vanessa esperaba ansiosa mi opinión.
—Está exquisito—felicitó mi hermana primero.
—Tiene un sabor muy dulce pero a la vez algo...—intenté buscar la palabra llevando otro poco a mi boca.
—Mi madre le colocó un toque de naranja, según ella, eso ayuda a que el sabor esté equilibrado—explicó sonriendo orgullosa por su trabajo.
—Pues felicita a tu madre de mi parte, hicieron un buen trabajo, Vane.
—Gracias, señora Miller.
Miré mi celular con un nuevo mensaje, limpié mis manos para luego revisarlo.
"Tranquilo, no duermo tanto los fines de semana pero gracias por enviarme un mensaje. Estoy bien, creo que algo mejor. ¿Qué haces?"
Observé a mi hermana que buscaba algo en el refrigerador mientras Vanessa y mi madre hablaban sobre la cocina y algunas recetas, miré de nuevo mi celular contestando.
"Intento ayudar a mi madre en la cocina, esto no es lo mío realmente :P "
—Me parece buena idea, ¿No crees, Darío?
—¿Qué?
—Le decía a tu madre que debo pasar por el supermercado a comprar algunas cosas que necesitamos...
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Déjame Conocerte (COMPLETA)
RomanceNo es sencillo ser un chico, la sociedad tiene una mala idea de lo que es serlo. Por eso suelo quedarme callado, suelo hacer lo que me digan y normalmente el mundo no me interesa mucho. A mi edad, 17, cerca de los 18, si eres un chico no puedes de...