31. Buenos momentos

158 22 0
                                    

Dicen que el tiempo siempre pasa volando, que en un abrir y cerrar de ojos todos cambian, los jóvenes crecen, los adultos envejecen, los mayores se vuelven más débiles y los niños crecen sin sobrepasar a los jóvenes. Realmente, no creo que el tiempo pueda cambiar a las personas, son las personas que deciden hacerlo, ellas mismas deciden demostrarle al mundo que a pesar de lo bueno y lo malo siguen adelante sin importar nada más.

En cinco años todo seguía igual, al menos eso me parecía, los chicos seguían siendo los mismos, sólo tenían en mente terminar con lo que les restaba de universidad. Todos habían ido a una menos yo, luego de la graduación en la escuela, estuve pensativo por mucho tiempo. No sabía que hacer. No tenía una carrera en mente, nunca la había tenido.

Jazmín se había equivocado en eso, no había nada que pudiera llamar mi atención.

Siempre solía pensar en ella, siempre charlábamos por la noche, no había cambiado nada, se mantenía igual. Su rostro si demostraba que no era la misma chica de hace años, al parecer, le iba muy bien en su carrera. Era una excelente psicóloga, había cumplido su sueño. Me alegraba por ella pero a la misma vez la extrañaba, todos lo hacían.

A pesar de estar lejos, aún seguíamos esperando al otro. Al menos eso esperaba, Jazmín siempre me lo dejaba en claro.

Los chicos solían visitarme pero más que nada Stephanie, Vanessa y Daniel se habían ido fuera de la ciudad, ambos seguían enamorados y ambos habían logrado entrar en la misma universidad. Había encontrado trabajo como mesero, no era un buen trabajo para alguien graduado pero no me importaba, me gustaba ese sencillo empleo, mis padres habían decidido apoyarme, al principio fue difícil con mi madre pero terminó aceptando.

Por las noches solía reparar los computadores de los vecinos, gracias a eso tenía dinero extra. Quizás no fui a una universidad importante pero no estoy como un inútil sin hacer nada. Mi querida hermana había crecido, era alguien completamente diferente, seguía siendo esa niña con la cual discutía a diario pero se había convertido en alguien muy inteligente y curiosa por el mundo.

Regresé a la realidad al escuchar el timbre del apartamento, gracias a lo que había estado reuniendo pude mudarme y tener mi propia privacidad. Me levanté del sofá dejando a un lado el libro que leía.

—Espero que tengas mucha hambre porque decidí comprar algo de comida china—señaló la bolsa en su mano, sonreí divertido al verla—Oh y hola.

—¿Por qué en cada visita debes traer algo de comida?—dejé que pasara, cerrando la puerta. Fui hacia la cocina buscando los cubiertos—Te juro que me alimento bien, Stephanie.

—Cuando un chico dice eso es porque está en peligro—bromeó abriendo los envases de comida luego de sacarlos de la bolsa. Me acerqué a las sillas que estaban cerca del mesón sentándome con los cubiertos—Pero de nada, no hay de qué.

Reí negando con la cabeza, acerqué un envase con algo de arroz y otro con un poco de camarones que Stephanie me había servido.

—¿Tienes algo de beber?—limpió sus manos en las servilletas que tenía.

Busqué dos vasos y serví algo de soda que había comprado ayer. Ambos comenzamos a comer mientras charlábamos sobre las nuevas noticias de los chicos. Liliana había terminado con Benjamín hace dos años, Annie quería acabar con sus estudios para comprar un apartamento con Leo.

—Y creo que en unos meses me casaré.

—No te creo—la miré incrédulo devorando los camarones.

—No es broma, lo juro. No quería contarte hasta que fuera seguro pero ya lo es—señaló el anillo que había en su mano—Sorpresa.

—Oh por Dios—me alegré por ella—Felicidades Stephanie, espero que sea por varios años.

—Estoy segura que sí—sonrió acabando con su arroz. Limpió su boca mirándome más de lo debido—¿Sabes algo sobre Jazmín?

—No he hablado con ella desde hace dos días—al acabar con los camarones me encargué de lo que quedaba en el envase—¿Por qué? ¿Le sucedió algo?—me preocupé.

—No para nada—sonrió divertida—Es increíble que luego de cinco años sigas pensando en ella, no hay muchos chicos así.

—Siempre solíamos decir que éramos diferente al resto—me encogí de hombros recordando con cierta tristeza. Desde ese día que la vi alejarse por las puertas del aeropuerto, nunca más he pensado en otra chica que no fuera ella. Era imposible para mí. Incluso si Jazmín no siguiera amándome, creo que aún así seguiría enamorado—¿Has hablado con ella?

—Esta mañana pudimos hablar un poco, está muy emocionada con la idea de comenzar a trabajar con esos niños especiales.

—Era lo que más quería—dejé de comer limpiando mi boca con la servilleta. Miré mi celular dejándolo en el mesón cruzándome de brazos sobre éste—Vi algunas fotos de su graduación.

—Sí, yo también—asintió y luego pareció pensativa—Dice que aún puedes estudiar...

—Hemos tenido ese mismo tema cada noche—la interrumpí—Estoy bien así por ahora.

—Está bien—evitó ese tema—Debo salir de la ciudad por una semana, una amiga de mi madre se acaba de mudar, quiero acompañar a mi madre ya que...necesito localizar a alguien.

—Pensé que amabas a tu prometido—bromeé sonriendo.

—Muy gracioso—rodeó los ojos.

—No hay problema, extrañaré tus visitas por una semana...

—Quiero que vengas conmigo.

—¿Por qué?

—¿Estarás muy ocupado?

—No creo que pueda faltar al trabajo...

—¡Oh por favor!—exclamó—Eres uno de los mejores trabajadores de ese lugar, nunca fallas en algo. Además, esto se trata de ti.

—Estás loca, Stephanie—me levanté recogiendo todo—Quisiera acompañarte pero realmente no puedo. Quizás tu prometido se coloque celoso.

—Él te conoce y me conoce, no seas idiota—apoyó sus brazos en el mesón mirándome suplicante—Por favor, no me abandones. He sido buena con las visitas.

—Pensé que lo hacías por que eras buena amiga.

—Y lo soy, luego de esto, me amarás.

Suspiré mirándola, quizás puedo pedir una semana libre. Stephanie tiene razón, nunca falto al trabajo y nunca fallo en algo. Asentí dándome por vencido.

—Está bien, ¿A dónde iremos?

—A Oregón—sonrió.

—¿Qué?—mis ojos se abrieron como platos. ¿Oregón?

—Allí entras tú, quiero que intentes localizar a Jazmín—explicó—Será bueno hacerle una visita luego de cinco años.

Déjame Conocerte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora