37. La perfecta historia

429 32 6
                                    

—¿Aún sigues despierto? Pensé que ibas a acostarlo porque mañana tienen escuela—apareció Jazmín en la habitación acompañada de ella.

—Así es pero...

—¡Papá me contaba como se conocieron!—sonrió ampliamente mirando a su madre. No pude evitar sonreír también. La niña que venía al lado de Jazmín se subió a la cama de su hermano.

—¡Yo quiedo escuchad también!—le costaba pronunciar la R.

—Bien hecho, querido—reprochó Jazmín golpeando suavemente mi hombro—Es hora de dormir, luego mañana no querrán levantarse...

—Pero mamá...—Ethan iba a reclamar. Era igual a su madre—Por favor.

—Serán unos minutos, además, Dariana quiere escuchar la historia también.

Suspiró sentándose en mis piernas mirando a los niños. Sabían la historia de memoria pero siempre insistían escuchar por las noches, sobretodo Ethan que con siete años me parecía muy inteligente. Mientras Jazmín tomaba mi lugar de narrador, abracé su cintura con mis brazos mirando a los pequeños curiosos que mantenían sus ojos en ella. Sonreí con mi vista en Ethan.

Recordaba perfectamente la noche que nació, Jazmín estaba nerviosa y asustada cuando los dolores comenzaron pero más que nada cuando en el hospital la prepararon para el parto. Mis padres se habían ido de viaje fuera de la ciudad, Delia y la señora Young estuvieron allí calmándonos. Las horas pasaron lentamente, cuando el doctor salió a la sala de espera respiré aliviado y emocionado al escuchar esas palabras "Es un niño fuerte y sano".

La primera vez que lo vi estaba en brazos de Jazmín quien no dejaba de besar su frente y acariciar su pequeña mano, tenía el color de mi piel, lo sentía muy frágil en mis brazos, tenía mucho cuidado con cada movimiento, recuerdo que contuve las lágrimas al repetirme miles de veces que aquella criatura era mi hijo, llevaba la sangre de Jazmín y la mía corriendo por sus venas.

Su pequeña cabeza no tenía ni un débil mechón de cabello, sus ojos marrones grandes tenían el mismo brillo que su madre, fue tranquilo y curioso, a los cinco años le llamaba la atención ver que Jazmín siempre tenía un libro encima, una tarde en la playa cuando disfrutábamos las vacaciones, intentaba hacer un castillo de arena con mi ayuda, al darse por vencido fue a donde su madre preguntándole que leía y porque lo hacía.

—Leo porque me ayuda a distraerme, es una forma de pasar el rato—había contestado ella mientras el niño estaba sentado en sus piernas. Desde ese momento comenzó a leer también.

Ahora con siete años era un niño curioso por cada cosa, algunas veces podía ser reservado, tal como era Jazmín antes de conocerla. Sus ojos seguían siendo los mismos de aquel pequeño, brillaban la mayor parte del tiempo, su cabello era del mismo color que el mío, le encantaba llevarlo despeinado lo cual causaba algunas pequeñas discusiones con su madre, su rostro iba tomando poco a poco una forma parecida a la mía. Estaba seguro de que ese niño podría ser mi gemelo cuando creciera.

Nuestra princesa, Dariana, tenía cuatro años, fue una sorpresa completamente, no teníamos en mente tener otro miembro en la familia, recuerdo a Jazmín llorando cuando me mostró los exámenes, de nuevo tenía miedo, por algunos meses sólo estuvo en la cama durmiendo y llorando, me preocupaba que no quisiera comer, después del quinto mes tenía que salir a cada minuto para complacerla en sus antojos.

Era una niña muy alegre e inquieta, lo contrario a su hermano, le encantaba que la subiera a mis hombros cuando estaba cansada de caminar, sus ojos eran verdosos, exactamente iguales a los míos, Ethan siempre la asustaba diciéndole que en una noche alguna bruja entraría a su habitación a quitarle esos ojos, tuve que reprocharle por decirle eso y Jazmín le recordaba que su hermano sólo tenía celos de aquella mirada tan bonita.

Déjame Conocerte (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora