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Los días se hacían cada vez más largos, las ganas de estar a su lado cada vez se hacían más fuertes, no podía dejar de pensar en la calidez de su cuerpo.

- Wei hyung ¿porqué esta tan callado?- me preguntó el maknae Xiao.

-¿Hum?... no nada - respondí suspirando levemente. -

- ¿Estás seguro?- me preguntó ahora, mi lider JinHoo.

-Si... seguro, estoy bien - sonreí. Fue entonces cuando oí su voz desde su habitación.

-Hyungs... tengo hambre!-
Miré hacia donde él estaba, como todos eramos chicos no teníamos problemas de salir en apenas ropa interior o quizá una toalla alrededor de la cintura. Pero ninguno de mis compañeros hacía que mi corazón latiera de una manera tan descontrolada como lo hacía el pequeño Gyujin y lo peor es que él lo sabía y luego de declararme recibí como respuesta el encuentro de sus carnosos labios con los míos, aunque no fué un beso tierno, o en un principio así lo era, luego se tornó pasional y atrevido...así fué mi primer beso.

Luego de aquella noche mi amigo había comenzado a actuar de forma aún mas dulce, ahora lo tenía frente a mi, con el cabello mojado, su torso apenas humedecido y aquella toalla envuelta en su cintura.

- ¡Pues cenemos entonces! - respondió un Bitto bastante eufórico, luego de que yo cayera una vez más en mi realidad. Nos dirigimos todos juntos a la mesa del comedor principal de la casa.

- Wei!, vé a buscar la comida a la cocina - me dijo el lider, con su gran sonrisa que lo caracterizaba. Me levanté de mi asiento y casi arrastrando mis pies me dirigí a la cocina... Cuando tomé la bandeja con la comida un par de manos se pasaron sobre las mias.

- Déjame ayudarte - sentí la voz de GyuJin muy cerca de mi oído.

-Sí...- respondí con la voz temblorosa y él lo notó. Dulcemente besó mi cuello, mi piel se erizó y sentí como mis piernas temblaban. Me dí la vuelta y lo miré a los ojos, él por su parte, me dedicó una sonrisa y un corto y casto beso que me hizo explotar y flotar a la vez. Él tomó una de las bandejas y yo otra, volvimos a la mesa donde estaban el resto de los chicos.

-Oigan! Muero de Hambre! porque demoraron tanto!?- nos reprochó Bitto.

- Ah~ usted siempre tiene hambre hyung - sentenció Hwanhee quien recibió una de fulminante mirada por parte del otro -

-Lo siento...- respondí con las mejillas aún ruborizadas por el pasado momento en la cocina.
Cenamos como una gran familia, sonriendo y bromeando. Cuando volvimos a recordar la hora todos nos levantamos de la mesa y llevamos nuestros platos a la cocina, dejamos nuestros platos en el lavadero y cada uno regresó a su cuarto, menos Gyujin y yo, hoy era turno nuestro de lavar las cosas. Tenía que ser él.

Algo en mi había despertado una gran curiosidad, y no sabía como reaccionar, mi compañero, luego de ayudarme a secar los platos se acercó a la heladera y abrió la puerta de esta, de allí tomó una pequeña botella de bebida energética.

-Si te tomas eso te hará mal- le dije intentando advertirle - No quiero ser quien tenga que soportar tus quejas y dolores de estomago - concluí.

Los ojos de mi pequeño amigo me miraron exaltados.

-Ya déjame tranquilo Wei, no soy un niño.- me respondió.

-Te lo digo enserio GyunJin, mañana tenemos una presentación y no quiero desvelarme por tu culpa...- le dije luego de acercármele y quitarle la botella de las manos.

-Oye dámelo! no eres mi madre Wei!- dijo mientras forcejeaba contra mi. La botella estaba separada de su cuerpo, sus ojos se tornaron violentos y furiosos, forcejeamos como unos niños por algún juguete, hasta caer en el piso de la cocina. Cuando por fin me di cuenta de nuestra situación era demasiado tarde, mi cuerpo se encontraba bajo el suyo y sus ojos miraban directo a los mios. ¿Es posible que la mirada de una persona cambie en milésimas de segundos? su mirada estaba llena de... ¿deseo? de pasión. Únicamente con el hecho de estar a su merced me ponía sumamente nervioso, el espacio entre nosotros cada vez se hacía más pequeño.