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N/A: Subiré dos hoy, porque es una especie de continuación solo que desde la perspectiva de otros personajes, es decir las dos parejas de la historia. Espero que les guste, sin más ¡A leer!

Él y sus labios de pez, lo odio, me repugna ese tipo, no sé en que momento llegué a odiarlo tanto, tal vez el simple hecho de tenerlo en el mismo salón que yo, o el hecho de que sea el tipo más inteligente, popular y todos lo amen... O sencillamente que mi mejor amigo, Xiao, tiene razón y siento cierta atracción por él, pero no, ni loco sentiría nada por ese ridículo enano.

— Estoy más que seguro que es eso WooSeokkie —.

— ¡Xiao, ya te dije que no me gusta ese enano labios de pez! —. Me excedí un poco en el tono y capté la atención de algunos en el salón. Me sonroje y él simplemente rió bajo.

— Te gusta, y mucho, esa es la razón por la que tan histérico te pone cuando te lo digo —. Hizo una breve pausa y puso su mano sobre la mia —. Te conozco y a mi no me engañas —. Me conoce, si, incluso más que yo pero... ¡No me gusta!

Él llegó y entró al salón con aquella estúpida sonrisa, de inmediato todos se acercaron a él para saludarlo. Tan odioso.

— Te gusta~ —. Canturreó mi amigo con un tono infantil, intenté mirarlo con todo el odio posible, pero hizo un puchero y entonces me derretí.

— Te odio, ¿sabes?

— Me amas, lo... —. Ahí llegó, su tan amado, Lee HwanHee, que por cierto ni sabe que existe.

— Ni le hablas y te estás babeando por él... —. Chasquee la lengua —. Un día le diré que te gusta, ya verás —. Presionó me mano —. ¡Auch!

— Si le dices una palabra a HwanHee, te juro que te dejo sin hijos —. Abrí más de lo normal los ojos, mi amigo solía ser un tanto violento, no mentira, demasiado.

— Bien, bien, relaja las hormonas de quinceañera enamorada —. Ambos reímos y liberó mi mano.

— Es tan pero tan hermoso...— rodé los ojos y volví la mirada a ese boca de pez, era guapo, si, mucho. Mierda, se acercaba, no tengo idea de cual era su afán de acercarse a mi, hasta donde yo sé no tengo una tabla de múltiplicar en el rostro.

— Hola...—.

No lo soportaría, me levanté y a paso rápido salí del salón, maldije a mis adentros a ese insoportable tipo, mientras me dirigía al baño, una vez estando ahí retoque mi maquillaje y ordené un poco mi cabello, en todo ese rato, la campanilla que anunciaba el inicio de turno, sonó. Aborrecía ese sonido, me di vuelta y ahí estaba recostado en la puerta impidiendo que cualquiera pudiera entrar o salir. Simplemente avancé hasta quedar de frente a él

— Correte, debo ir al salón —. Frucí el ceño al notar que no se movería.

— ¿Qué tienes conmigo, WooSeokkie? —. Se acercó a mi y yo por instinto retrocedí, en ningún momento dejé de mirarlo.

— Dije que te corras, JinHoo —. Puse los ojos en blanco, di una rápida mirada a la puerta y noté que su mano seguía en la manilla, ¿Le había puesto el cerrojo?

— ¿Y qué si no, Seokkie? —. Avanzó aún más y volví a retroceder. Siguió. Seguí, hasta chocar contra uno de los cubículos, tomé sus hombros y lo pegué contra la pared.