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Después de que WooSeok salió de la sala, JinHoo no se demoró en ir tras él, ¿Cómo es posible que ninguno se le declare al otro? WooSeok es muy lento para notar la cosas, hasta las cosas que son suyas. Me quedé ahí sentado observando por el rabillo del ojo la perfecta figura de mi compañero Lee HwanHee, podría pasar horas viéndolo y no me cansaría, siempre teniendo algo nuevo que mostrarme, algo con que sorprenderme, tan lindo, tan perfecto en todo sentido. Su sonrisa, su pelo, su delicada piel, su caminar...

- Hola, DongYeol -. Su voz. Espera ¡¿Qué?! Me esta hablando a mi, me va a dar algo, no puedo, ¡Lee HwanHee me esta hablando y no es un jodido sueño! -. ¿Te comió la lengua el ratón...?

- ¿Hum? ¿Qué? Am... N-no. H-hola, HwanHee -. Me sentí horriblemente estúpido al flaquear de ese modo ante su mirada y esa sonrisa ladina, tan tan, ¡Ah!

- Quería preguntarte si podrías prestarme tus apuntes de historia, como no vine ayer pues... Ya sabes -. Me quedé embobado unos segundos y el guardó silencio, bajó la morada avergonzado.

- ¡Si! Claro que puedo... Pero no tengo el cuardeno de historia aquí.

- Te acompaño a tu casa, ¿Qué dices? -. Se me paró el corazón y mis mejilla ardían increíblemente, me sonroje demasiado, HwanHee en mi casa... Espera, espera, caminaré junto a Lee HwanHee a mi casa. No sé si podré resistirlo.

- Está bien -. Llegó el profesor.

- Te veo luego, DongYeol -. Se despidió con un gesto de mano, y yo finalmente pude respirar. La primera hora pasó volando ni JinHoo ni WooSeok habían vuelto, creo que al fin ocurrió. Me vi obligado a quedarme con el grupo de SooIl, para no aburrirme, durante todo el horario escolar no vinieron, uno, o se asesinaron o se escaparon juntos, que se yo. En fin el día transcurrió normal entre risas y trabajos, bromas y más trabajos, discusiones y otra vez más trabajos, eso fue, hasta llegar la hora de salida, el tan ansiado momento para mi caminaría junto a HwanHee y no solo eso, iríamos a mi casa y tengo que invitarlo a comer, mis padres no están, cosa que es la mejor parte.

- ¿Nos vamos, DongYeol? -. Asentí mientras empezaba a caminar junto a él, me llevé la mochila de WooSeok pues no se apareció por ningún lado, estaba entre iniciar un tema de conversación y no, tenía los nervios de punta. Escuché un suspiro de su parte, estaba aburrido.

- ¿Por qué no viniste ayer HwanHee? -. Rompí el silencio con lo primero que se me ocurrió.

- Em... Tuve que salir con mis padres, es todo -. Se encogió de hombros dirigiendo su mirada al suelo.

- Oh, ya veo...-

- DongYeol... -. Se detuvo y yo lo hice también, estábamos solo a unos pasos de mi casa -.

- Dime...-. Murmuré.

- No es por tus apuntes por lo que quise venir -. De seguro me cara era un poema por la confusión, simplemente guardé silencio -. Yo...-. Lo noté nervioso, yo me puse nervioso.

- Mi casa está ahí, HwanHee, entremos ¿si? -. Asintió y caminé hasta llegar a la puerta, mis manos se volvieron temblorosas y demoré más de lo normal en abrir la puerta -. Pasa -. Hizo una reverencia en señal de agradecimiento y entró despacio, entré y dejé cerrado con llave, él no volteó, estas de espaldas a mi y eso solo hacía que me ponga más nervioso aún -. Puedes...

- No... Digo, DongYeol... Esto es importante -. Se giró lento, demasiado lento. Mierda.

- Dime ya, HwanHee, me asustas -. Se acercó a mi y puso una de sus manos en mi mejilla.

- Me gustas, DongYeol -. Estoy más que seguro que morí en ese momento, no pensaba pero podía sentir mi corazón latir a mil por segundo, significa que sigo vivo, me quedé estático hasta sentir sus delicados labios juntarse con los mios, se movieron con delicadeza y yo cerré los ojos correspondiendo. La gran pregunta del siglo ¿Cómo podría yo gustarle si ni le hablo y él ni me nota?. Se separó.

- Yo...

- Calla, crees que no me doy cuenta como me miras, o cuando muerdes tu labio cuando me ves en clases de deporte, cuando me miras mientras me cambio en los vestidores... ¿Hm? De verdad crees que soy tan tonto...-. Lo callé con un beso, me estaba desesperando todo aquello, ¿Tan obvio fui? Dios, ya puedo morir tranquilo, sus manos se aferraron a los costados de mi cintura sin permitir que me separe de él, aunque ni planes tenía de hacerlo, crucé mis brazos por su cuello y con mis dedos empecé a juguetear con sus cabellos. Nos separamos por la falta de oxígeno.

- Me alegra que lo sepas, HwanHee -. Noe separé del abrazo, no me atrevería, ahora sus dos brazos rodeaban mi cintura, lo mejor de todo era estar así de cerca con él, con el chico a quien quise desde que era un tonto e inocente niño. Besar esos suaves y delicados labios, reímos sin razón.

- Aún así... Aunque no sea por eso que vine, necesitaré tus apuntes -. Negué un par de veces con la cabeza, sonriendo de la mejor manera que podía.

- Vamos a mi habitación, ahí están mis apuntes...-. Me separé al fin y tomé su mano guiándolo hacia las escaleras, subimos rápido hasta llegar a mis aposentos -. Pasa, pasa.

Caminó hasta donde yo me encontraba, hacia el escritorio, específicamente, volteé encontrándome con su cuerpo demasiado cerca del mio, tomó el cuaderno que tenía en mis manos y lo dejó de nueva cuenta sobre el escritorio. Tragué saliva al tenerlo tan cerca, no pude evitar ponerme nervioso, posó su mano sobre un costado derecho de mi cintura dando leves caricias, me besó otra vez, siendo lento y delicado en esa acción. En su totalidad empezó a dominar el beso, me levanto un poco e hizo que me sentara sobre el escritorio...

- ¡Xiao! Hijo ya llegué. ¿Estás? -. Abrí los ojos de sorpresa y empujé un poco a HwanHee para que se separara, bajé de la mesa, mi corazón estaba por salir de mi pecho -. ¿Hijo...? Oh, hola.

- Ma-mamá, hola -. HwanHee hizo una reverencia en modo de saludo.

- Hola, señora Lee... Soy un compañero de colegio de DongYeol, Lee HwanHee, un gusto -. Se acercó a mamá y se estrecharon las manos, ninguno dejó de sonreír, a diferencia mía que estaba aún asustado por todo.

- Mucho gusto, HwanHee... ¿Te quedas a comer...? -. Él me miro suplicante, negando muy levemente con la cabeza esperando que mi mamá no se diera cuenta de ello.

- ¡Mamá! Creo que, HwanHee debe ir a casa sus padres lo están esperando ¿cierto?

- Así es, si, ya sabe almuerzos en familia siempre.

- Si, entiendo, bien, yo iré a la cocina, me avisas cuando te vas.

- Claro, de igual modo muchas gracias -. Salió al fin y volvimos a quedar solos, mis mejillas se sonrojaron -. Debo irme, nos vemos mañana en el colegio, DongYeol -. Se aproximó a mi quedando muy cerca de mi rostro.

- Te acompaño, HwanHee... -. Se alejó un poco ya con el cuaderno en mano, con que eso hacía.

- Solo hasta la puerta -. Asentí. Bajamos y él volvió a tomar su mochila que anteriormente había dejado sobre el sofá, lo acompañé y antes de que yo pudiera abrir la puerta él tomó de mi cintura pegando mi cuerpo al suyo y dándome un descarado beso en los labios, se despidió con eso y él mismo abrió la puerta, lo vi desaparecer en una esquina y me quedé embobado recostado en el marco de la puerta, de lo que no me percaté fue de que mi mamá estaba ahí, parada en la entrada de la cocina.

- De modo que mi niño tiene novio...-. Me volteé exaltado con los ojos más abiertos de lo normal.

- ¡Mamá! -. Después de una larga pero muy muy larga charla con mamá, calló la noche y me mando a comprar unos ingredientes para la cena. Iba de lo más tranquilo hasta ver una impactante escena ante mis ojos, WooSeok y JinHoo besándose como si nada en medio de la noche, me oculté tras un árbol. "Lo odio" "Sus horribles labios de pez" "Que asco como dices que podría gustarme ese enano ridículo" Estúpido WooSeok. Fui riendo por el mandado de mi mamá y luego volví a casa.

Esa noche soñé con él, con sus labios, dulce y suaves, su aroma inundando mis fosas nasales, haciendo que quiera más de ese delicioso olor, su delicadas caricias, sus manos, sus ojos, su hermosa y perfecta sonrisa. Su todo.

 ❴ยק10ti๏ภ ⇒ ๏ภє รђ๏t'ร.❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora