22. Jugando al pilla pilla en el jardín de estatuas

32 5 3
                                    

Baje de la barca corriendo. Cogí la escama y la hoja con la pista, y ande hasta el centro del círculo. Una vez en el mini círculo del que partían los palos, me deje caer y me senté en el. Estaba cansada y me dolía todo el cuerpo, sobre todo la costilla derecha. Respire hondo tres o cuatro veces. Pensé en rendirme, en dejarlo todo ahí. Estaba demasiado cansada para continuar, no podría hacerlo. Todavía me esperaban 4 pruebas más. Cerré los ojos y las imágenes de la prueba de la hidra vinieron a mi mente. Verdaderamente había pensado que eso era el fin. Me había salvado de milagro. Si todas las pruebas iban a ser así, estaba segura de que no lo conseguiría nunca.

Espere no ser la única que había abandonado. Tal vez Blake también había abandonado y por eso había tardado tan poco.

Sacudí la cabeza. ¿De verdad iba dejarlo todo ahí, sin más? No. Me imagine a Paul comentando en ese momento que nunca lo conseguiría porque era muy débil. No, desde luego ahora no lo iba a dejar así. Me levanté. No iba darle la razón a Paul, nunca. Se iba a enterar de que era capaz. Seguramente él no dijera eso (o sí, quién sabe, con lo borde que había sido hasta ese momento), pero me dio la suficiente fuerza como para levantarme y seguir adelante.

Me subí a la barca que correspondía a la flecha de las 9, muy decidida. Cuando me senté, note que me había sentado sobre algo.

Me levanté y encontré otro papel enrollado, bueno ahora aplastado, pegado al asiento. Lo cogí y lo leí:

"EN EL JARDÍN DE ESTATUAS UN ABALORIO HABRÁS DE AVISTAR, ¡PERO DATE PRISA, O ÉL TE PILLARA!"

Al igual que el anterior, no era muy explícito y rimaba.

Deje el papel al lado igual que había hecho con el otro. Me acordé que la chaqueta que me habían dado tenía un bolsillo con cremallera. Metí ahí la escama y el papel para no perderlos. Hecho esto comencé a remar.

Llegue a otra isla. Pero esta era mucho más bonita. Estaba la playa y después una gran entrada hecha con rosales. Supuse que era la entrada al "jardín de estatuas". El jardín de estatuas estaba rodeado de rosales hasta donde alcanzaba la vista.

Cuando entré en "el jardín de estatuas" me di cuenta de que no era una jardín de estatuas, sino un laberinto de estatuas.

Inmediatamente salí del laberinto. Si me metía más para dentro al final terminaría perdiéndome. Así que tuve una idea: coger el papel donde estaba la pista y hacer lo mismo que Hansel y Gretel con el pan, sólo que mis trozos no se los iban a comer las ardillas, como mucho las estatuas, y yo no los iba a dejar en el suelo si no en las estatua.

No sabía si con esa hoja sería suficiente, porque habían muchas estatuas, y decidí que tenía que darme mucha prisa en encontrar el "abalorio". Supuse que el abalorio lo tendría una estatua, así que me fije mucho en cada estatua donde ponía un trozo de papel.

Habían estatuas de todo tipo: una señora, pidiendo limosna, una abuela rezando arrodillada, una mujer con un hijo en los brazos.... Pero todas tenían la misma expresión de preocupación, desolación y tristeza.

Cuando se me acabó el primer papel, abrí mi bolsillo y saqué el segundo papel. Corte un trocito y lo coloque en la mano de una mujer, con los brazos extendidos y un vestido que ondeaba como si hubiera viento. Me fije en la expresión de su cara, a diferencia de las demás, ella sonreía. Tenía los ojos cerrados y parecía apunto de llorar, pero de felicidad. Pensé que esa era la estatua más bonita de todo el laberinto.

La volví a revisar de los pies a la cabeza. Y cuando pase por las manos, me di cuenta de una cosa. Una preciosa pulsera con una especie de amuletos colgaba de su muñeca derecha. ¿Una pulsera se puede considerar un abalorio, ¿no? Alargué la mano para coger la pulsera, pero en ese instante, sonidos de pasos que pisaban con fuerza el suelo y gruñidos sonaron muy cerca.

Decidí dejar la pulsera y esconderme, la podría coger luego. Pero no me dio tiempo a esconderme. Cuando estaba apunto de esconderme detrás de la estatua feliz, apareció una cosa gris, gorda y grande.Pronto descubrí que no era una cosa, sino una criatura. Atando cabos, pensé que la criatura podría ser el "él" que mencionaba el mensaje de la barca. Y si era así lo mejor era esconderse. Pero no daba tiempo. El ya estaba aquí.

Pensé rápidamente en otra solución. Pero no encontré ninguna. Así que me quede quieta sin más, como si fuera una de esas estatuas, al lado de la estatua sonriente.

Cerré los ojos con fuerza, deseando parar el tiempo de nuevo o desaparecer. Deseando salir de allí y aparecer sentada al lado de mi hermana en un tren de camino a Madrid, como si todo esto hubiese sido un mal sueño, una pesadilla. Pero no fue así.

Oí los pasos retumbantes de la cosa/criatura/lo que fuera, oí su fuerte respiración, como si le costara.

De repente, paró. Su respiración se seguía escuchando, pero sus pasos no. Perfecto, me había descubierto, aquí se acababa todo, iba a acabar y igual que el resto de las estatuas, o peor, muerta. ¿Así iba a acabar todo, muerta en un laberinto sin que mi familia se enterara nunca, sin que pudiera despedirse de ellos...?

De nuevo los pasos. Pero esta vez los pasos estaban alejándose. Reprimí un suspiro de alivio.

Abrí primero un ojo, y vi como la criatura regordeta se iba por donde había venido. Abrí el otro ojo, y la seguí con la mirada hasta que casi no pude verla.

Baje la mirada aliviada. Y cuando vi mis manos no pude evitar soltar un grito ahogado. Mi piel se había vuelto de color gris, coma la de una piedra, como la de la criatura. Empecé a mover las manos desesperada, me toque las manos, el tacto era suave y áspero a la vez: como el de una piedra. ¿Me había convertido en piedra? ¿Era eso posible? Pero podía moverme. Empecé a ponerme nerviosa, muy nerviosa, tanto que pase por alto que la criatura seguía allí, parada de espaldas. De repente mi piel volvió poco a poco de su color.

-¡TU!- mire hacia arriba y vi a la criatura mirando me -¡TU NO ERES UNA ESTATUA, NO PERTENECES A MI COLECCIÓN! ¡ME ENGAÑASTE, Y NADIE ENGAÑA A GOLIAT, TE CONVERTIRÉ EN UNA DE MIS ESTATUAS, SERÁS UNA PIEZA MUY BONITA PARA MI COLECCIÓN!

Goliat, como había dicho que se llamaba, rodó hasta mi, yo me aparte y me coloque al otro lado de la estatua sonriente para protegerme. Goliat se levanto y se colocó en el lado opuesto de la estatua.

-¡NO HUYAS!- me gritó aunque estaba a menos de 5 metros. Me fije en que estaba en el lado donde se encontraba la pulsera. Tenía que coger esa pulsera y salir de allí lo antes posible, si no quería convertirse en una estatua más. Además no sabía cuanto tiempo me quedaba.-¡NO TIENES ESCAPATORIA! ¡PERO TRANQUILA, TE PROMETO QUE NO NOTARAS NADA! ¡NO NOTARAS NADA NUNCA MÁS!

Al decir esto, se me ocurrió una idea

- Espera un momento, ¿esto no lo podemos hablar?- le dije en tono desesperado.

-¡GOLIAT NO HABLA, GOLIAT...!- antes de que pudiera terminar la frase, rapidamente, coji la pulsera y, en el mismo acto, empuje la estatua hacia Goliat.

-¡AHH!- gritó mientras la estatua le caía encima y lo inmovilizaba, con tan mal suerte que al caer se hizo añicos al igual que la estatua.

Mire al suelo, de Goliat ya solo quedaban trozos, mezclados con los de la estatua feliz.

Me quedé unos segundos más mirando al suelo, luego mire la pulsera en mi mano y decidí salir de allí cuanto antes.

Corrí por el laberinto siguiendo los trozos de papel. Al llegar la barca ya no estaba.

-¡Mierda!- grité mientras pegaba una patada al suelo . Se me debía haber pasado el tiempo.

¿Y ahora cómo iba a volver? Mire para los dos lados en busca de soluciones. Primero el lado izquierdo y luego el derecho.

Ahí estaba la barca, a unos 20 metros de mi posición, debían haberla movido las olas.Mire un segundo atrás antes de subirme a la barca y empezar a remar lo más rápido que pude.

Ahora tenía una escama de hidra y una pulsera con una especie de amuletos., la pregunta era ¿para qué servían?

Destiny #FFAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora