Abraham Mateo un chico que vivía la vida al máximo como cualquier muchacho de 18 años, vive con su abuela Dolores en España. No tiene familia o es lo que el creé, es un chico calmado y estudioso sueña con ser un gran empresario en un futuro, es el...
Me levanté sobresaltado por el horrible sonido del despertador, hubiera jurado que estaba teniendo una pesadilla de esas que siempre me abruman. Levanto la manga de mi sweater dejando al descubierto mis cicatrices. Recuerdo el motivo de cada una de ellas y las palabras que salían de la boca de esa persona y de todas las demás que tanto daño me habían hecho.
Es inevitable superar todo, los recuerdos invadían mi mente y me torturaban. Lo peor de todo eran esas malditas pesadillas que la mayor parte de las noches me atormentaban. Por dentro estaba hecho trizas, en esos momentos hubiese deseado tener a alguien que me escuchara. Los recuerdos me estaban asfixiando.
Bajé la manga hasta su sitio y me levanté de la cama intentado dejar de pensar en todo aquello. Mis maletas estaban preparadas todo estaba listo para marcharme. Tendí mi cama y puse sobre todos los muebles una sábana blanca cubriendo todo por completo.
Tomé la ropa que había dejado fuera de las maletas junto con una toalla de baño y me adentré en la ducha. La abrí mojando poco a poco intentando despejar mi mente, intentaba disfrutar mi último baño en mi casa, en donde había pasado la vida entera.
Salí de la ducha con la toalla envuelta en la cadera y me puse la ropa acomodandola bien. Tenía que dar una buena impresión:
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Me peiné como es debido y puse los lentes de sol en la bolsa de mi chaqueta. Tomé un perfume y rocié en todo mi cuello. Miré a mi alrededor de alguna manera despidiéndome de mi hogar, apagué las luces y bajé a la sala:
—Buenos días hijo!
—Buenos días abuela—contesté tratando de esbozar una sonrisa
—Ven, vamos a desayunar
—No gracias, no tengo hambre
—El vuelo es largo, anda come aunque sea una manzana
—Vale—contesté sin animos
Tomé una manzana y me senté en la sala a comerla mientras mi abuela desayunaba. Me sentía extraño sin animos de nada. Pero lo extraño es que no sabía la razón:
—Listo—dijo mi abuela esbozando una gran sonrisa
—Pues vamónos!
—Agh que tonta soy—dijo llevandosé una de sus manos a la frente—olvidé una maleta en mi cama. Ahora vuelvo
Asentí y subió las escaleras iba a sentarme en la escalera cuando de pronto escucho que tocan el timbre:
—¡ABRE!—gritó mi abuela desde arriba
Bufé y me dirijí a la puerta, abrí la perilla y vi a quien menos esperaba. A Jade con una maleta en su mano izquierda:
—¿Sigue en pie la propuesta de irme contigo?—preguntó sonriente
Esbozé una gran sonrisa y sin decir nada la abracé con fuerza aferrándome a ella como si mi vida dependiera de ello:
—Sigue en pie—susurré en su oído
Deshice el abrazo y la miré con ternura, de verdad me amaba iba a dejar su vida para unirla a la mía:
—¿Estás segura?— cuestioné
—¿Segura es enserio?—respondió con otra pregunta
—Esque yo no soy un buen hombre para ti—suspiré—no quiero involucrarte, sé que yo fui el que te propuso a irte conmigo pero lo dije sin pensar.
—¿Tú quieres llevarme contigo? cuestionó
—Quiero—contesté agachando la cabeza
—Entonces correré el riesgo—dijo levantando mi cabeza para mirarle
Me miraba con tanto amor con tanta dulzura. Sus ojos irradiaban tranquilidad lo que yo buscaba hace mucho tiempo, cuado estaba con ella era el viejo Abraham débil y noble.
Tomó mi barbilla y me fue acercando poco a poco a sus labios. Depositando en ellos un beso tierno y tranquilo.
Me abrazó y se acurrucó en mi cuello como cual bebé con su papá. Yo solo correspondí a aquel acto Jade me debilitaba demasiado:
—Te amo—susurró en mi oído
—Yo.....
jajajajajajaajaja xD hola perdón ayer no pude subir el capítulo pero hoy si tengo ya escrito el otro! lo publico en un rato!