Capítulo X "Descubriendo parte de tu pasado"

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Terry llega a su departamento de Nueva York, algo cansado y abatido. Sabe que acordó llevar a Susana a cenar afuera y siente que le faltan fuerzas para cumplir con su promesa.

– Buenas tardes Terry.- Eleanor se acerca y besa a su hijo.
– Hola mamá.- El azul profundo de sus ojos reflejan la alegría y el consuelo de ver a su madre.

La dama se ve radiante con su hermoso vestido verde oscuro, sostiene un sobre en su mano y comenta:

-Mira, el correo te ha dejado otra carta.-
-Debe ser de otra admiradora.....- piensa Terry en voz alta. –Ponla en la canasta con el resto.- el gesto desinteresado de su hijo preocupa a su madre, la cual observa cómo Terry se recuesta cómodamente en el sillón y coloca sus pies sobre la mesa ratona del living, cruzando sus brazos por detrás de su cabeza y sosteniéndola con ambas palmas relajándose.

-Terry, creo que, como el actor reconocido que eres, deberías hacerte un tiempo para responder el correo a tus admiradoras, después de todo, sólo desean un poco de tu atención.-

-Mamá mi atención ya está toda tomada, no tengo ni un poco para nadie más.- Los ojos de Terry se pierden en la distancia y Eleanor dice con pena:
-Hijo querido, todavía no la has olvidado.....-
-No, mamá y no lo voy a hace nunca, por favor deja las cartas de las admiradoras en esa cesta.- El tono de Terry es imperativo y la amargura que irradia hace que Eleanor se dirija hacia la cesta sin más palabras, pero antes de colocarla se queda algo pensativa al leer el remitente.

-Hijo, esta carta no es de una admiradora viene de parte de un tal Anthony Brower y de una región a la cual nunca asistió tu compañía de teatro: Lakewood.- Como toda respuesta escucha a Terry contestar, un poco molesto:
– ¿Qué más da?, ponla en la cesta igual.-
-De acuerdo Terry como tú quieras, pero algún día tendrás que leerlas.-
-Sí, lo haré cuando esté de mejor humor.- La mirada de Terry parece perderse en algún sitio lejano en el tiempo y espacio y su madre se da cuenta que su hijo desea quedarse solo con sus recuerdos.
-Bien Terry, debo partir ahora, tengo una cita que había olvidado. Terry hace un ademán con una de sus manos a modo de saludo y Eleanor deja el departamento con el corazón dolorido por su hijo.

Segundos más tarde abre la puerta nuevamente y dice:
– Ah! Casi lo olvido, vino Ian y dijo que te despreocupes que él pasaría por Susana, que te esperará con ella en el restaurante. – El semblante de Terry se ilumina:
-¡Qué bien! ¡Gracias mamá!- Como por arte de magia el humor de Terry cambia en un instante. Eleanor se alegra con este cambio y se retira más aliviada.
Más tarde, Terry mira la hora y frunce el ceño, con gran esfuerzo se levanta del sillón y se dirige al toilette para tomar una ducha y cambiarse para salir.

Dos horas más tarde Terry llega al restaurante y observa cómo Ian entretiene a Susana. Ella se ve animada con él y muy feliz, su belleza llama la atención de los caballeros de las mesas circundantes, pero Terry no la percibe y piensa para sí –Ian porqué no te casas tú con ella y te la llevas lejos de mí....-
-¡Terry, llegaste!.- Los ojos de Susana se iluminan más aun, pero Terry, contesta desafectadamente.
-Sí... sí. Buenas noches Ian.-
Ian muestra abiertamente su enfado.
-¡Llegas tres horas tarde y ni siquiera te disculpas con la dama!-
– ¡Por favor Ian, no es necesario, conozco perfectamente a Terry y no necesito ninguna disculpa, tan solo ordenemos para poder cenar, me muero de hambre!- Ian mira a Susana con ternura y llama al mesero para complacerla. Los tres ordenan y Susana vuelve a reír ante la animosa charla de Ian, sin dejar de advertir que Terry come sin pronunciar una sola palabra durante toda la velada.
Al cabo de una hora, Terry se exaspera al verse obligado a estar allí sin desearlo y comienza a observar las otras mesas en busca de alguna distracción, es entonces cuando nota la presencia del joven de cabellos castaños y ojos color miel que lo mira directamente, tan asombrado como él. Terry sonríe socarronamente, ¡por fin tiene una buena excusa para abandonar la mesa!

-Dispénseme, enseguida regreso.- Susana mira preocupada hacia dónde va Terry y se siente más tranquila al ver que se sienta con un muchacho elegante y apuesto que está sin compañía a un par de mesas de ellos.
-¡Terry! ¿Qué haces aquí?-
-Bueno, pues resulta que yo vivo aquí. La pregunta, Archie, sería qué es lo que tú haces aquí.-
-Es cierto, lo había olvidado Terry, vives en Nueva York. Bien, yo estoy acompañando a Annie, ya que sus padres se encuentran en esta ciudad por cuestiones de negocios y ella necesita de su madre para que la ayude pues estamos ultimando los preparativos para nuestra boda.- Archie se ve complacido.
-Entiendo, entonces al final se casan......- Archie nota un dejo de tristeza en el comentario de Terry por lo cual mira en dirección a la mesa de la cual vino. Ve a Susana hablando alegremente con un joven morocho de ojos verdes, de facciones delicadas y muy atractivo. Por la actitud de Susana nota que él es muy extrovertido y que le agrada bastante a la dama.
-¿Y tú, te casaste con Susana?- La mirada de Terry se endurece y contesta con un rotundo:
-No.-
-Pero vives con ella... ¿no es así?-
-Tampoco.- Terry muestra abiertamente el disgusto que este tema de conversación le provoca y agrega para concluirlo rápidamente:
-¡Suficiente! Archie, sólo estoy haciéndome cargo de ella económicamente, pero no convivimos, ni deseo hacerlo en un futuro inmediato.- Acaba de decir esto cuando son interrumpidos por el joven que acompañaba a Susana.

-Terry, Susana se siente un poco cansada, voy a llevarla a su departamento. ¿Vienes?-
-No, dile que me encontré con un compañero de la secundaria y que me quedaré con él platicando.- dicho esto se levanta y dice – Ian, te presento a Archie Cornwell, Archie, te presento a Ian Mc Nielson, productor de la obra de teatro en la que trabajo actualmente.- Ambos se saludan mientras Terry mira a Susana y levanta su mano en señal de despedida. Susana comprende y baja la vista aceptando su saludo. Los dos compañeros ven esto e Ian dice con gran indignación:
-¡De acuerdo Terry, se lo diré, aunque bien podrías ir tú mismo a dispensarte con ella, creo que sería una actitud más noble!- a lo cual Terry responde con una mueca de desprecio:
-¡Hace ya buen tiempo que renuncié a mi título nobiliario. Además bien sabes que si es por mí fuera te la entregaría envuelta para regalo!-
Ian comprende la ofuscación de Terry y se despide rápidamente de Archie para no seguir haciendo esperar a la ya humillada Susana. Camina velozmente hacia ella la ayuda a levantarse con mucha delicadeza y ambos abandonan el restaurante sin más ni más.
Terry observa cómo Ian y Susana se retiran y ni bien cierran la puerta del restaurante gira su rostro y fija sus penetrantes ojos azules en los de Archie y pregunta sin rodeos:
– ¿Sabes algo de ella?- su franqueza conmueve a Archie el cual baja la vista y contesta.

– No he tenido noticias de Candy desde hace un par de meses, lo último que sé de ella es que Albert la fue a buscar a la clínica donde trabajaba en Chicago y ambos regresaron a Lakewood. Desde entonces no la he vuelto a ver, aunque sé que a Chicago no regresó.-
-Lakewood....Lakewood..... ¿No era ese lugar donde vivían con ese......?-
-Anthony.- dice Archie secamente al percibir el rechazo de Terry.- Sí, allí vivíamos con nuestro primo cuando conocimos a Candy.....- La voz de Archie se dulcifica memorando el pasado... sus ojos se pierden en los hermosos recuerdos..... Terry nota esto y desea saber más, sus seductores ojos azul-violeta penetran los ojos miel tratando de ver lo que éstos ven. Archie fija sus ojos en los de Terry y adivina su intención, ya no está más enfadado por el tono de desprecio con el que su amigo se refiriera a Anthony segundos antes, sino que puede ver la sed de Terry por conocer más sobre la vida de Candy. En cierta forma le conmueve la mirada necesitada de Terry y decide complacer su curiosidad, de modo que continúa.

El Retorno De AnthonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora