Capítulo XV: El perdón.

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Capítulo XV: El perdón.

El lago cristalino refleja las montañas nevadas iluminadas con tonos rojizos y naranjas en un amanecer espléndido en Lakewood, una joven de rizados y rubios cabellos observa la salida del sol maravillada, su vestido celeste es mecido por una cálida brisa que, junto con los fuertes colores, da a la escena una sensación extraña. Todo es demasiado claro y vívido aún más que en la vida real. Anthony ve a la distancia la figura de la muchacha y su corazón se acelera con el presentimiento, camina rápidamente hacia ella y la reconoce de inmediato, los rizos de la muchacha son acariciados por el suave viento cuando él pronuncia su nombre...... -¡Candy!- la jóven voltea de inmediato al oír su nombre -¡Anthony!- su rostro es extremadamente bello y Anthony toma sus manos entre las suyas encantado al verla frente a frente.
-Candy ¿cómo estás?-
-Estoy muy bien gracias ¿y cómo estás tú?-
-Dichoso de verte.... Dime Candy....-
-¿Sí Anthony?- Los ojos de la muchacha irradian luz como de diminutas estrellas.
-¿Eres feliz?- Anthony la mira con gran ternura y aguarda tranquilamente la respuesta.
-Sí, Anthony, soy muy feliz..... y tú?-
– Ahora lo soy- ambos sonríen y sus corazones se expanden libres. Candy deja de reír antes que él y lo observa embelesada, esa dulce sonrisa que ella tan bien conoce... esos ojos tiernos que siempre la apaciguan.... Un extraña sensación abraza el corazón de la joven que deja de sentir las tibias manos del muchacho en las suyas.... el paisaje se torna oscuro y comienza a moverse en derredor suyo hasta volverse totalmente negro y líneas plateadas rectas que pasan a gran velocidad a su alrededor le dan la impresión de estar retrocediendo en el tiempo.... De pronto las líneas se desvanecen y el paisaje cambia abruptamente, un caballo blanco con una de sus patas aprisionada en una trampa y el cuerpo de un joven volando por los aires hasta dar fuertemente contra las hierbas la sobresaltan, su corazón parece estallar al tiempo que levanta sus brazos gritando su nombre desesperada
-¡Anthonyyyyyyyyyyyy!-
Candy despierta completamente sudada, su corazón latiendo con gran dolor y sus manos extendidas al vacío buscando en la leve penumbra...
-¡Candy! ¿Estás bien?.- La voz preocupada de Terry y el tacto de sus tiernos brazos sosteniéndola en el lecho la traen al tiempo presente. Confundida aún voltea su vista para fijarla en la de Terry.
-¡Terry!... sí.... Yo..... Sólo he tenido una pesadilla....- Candy recoge su cabello con su mano derecha.
-¿Otra vez mi amor? ¿Te sientes mejor ahora?-
Candy ya en sí sonríe ante el rostro preocupado de su prometido y acaricia una de sus mejillas.
-Sí, gracias. Ya todo está bien.- Candy abraza a Terry fuertemente y éste besa su frente con ternura, permanecen así unos minutos y luego el joven besa la diminuta nariz de Candy, su mejilla derecha y finalmente sus labios, el beso es correspondido con avidez de tal forma que enciende al muchacho transformando el beso en pura pasión.....pasión a la que ambos se entregan.......

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-¡Buenos días Anthony!-
-¡Buenos días Dorothy! ¿Qué hora es....? ¡Creo que me he quedado dormido!-
-Así es señor, son las ocho de la mañana.-
-¿¡Las ocho ya?!- Anthony asombrado se estira y luego bosteza y sonríe mostrando su alegría.
-Se lo ve muy feliz hoy señor.-
-Sí lo estoy, he soñado con Candy y me ha dicho que era feliz, por eso estoy muy contento esta mañana, además éste será un gran día.-
Sí, el señor Albert llegará al mediodía en su compañía.-
-Lo sé, he estado esperando este día por varios meses.-
Anthony se ve un poco ansioso.
– Varios meses....- Dorothy piensa en voz alta, los últimos años han creado una relación especial entre ambos, que parecen más amigos que señor y mucama.
-Sé lo que estás pensando Dorothy.... –
-Lo siento señor no quise...- Anthony la interrumpe.
-No te preocupes Dorothy, no me lastima en lo absoluto. No parece cierto que Candy haya partido hace ya cinco meses. Bien mejor me apresuro para poder desayunar con mi primo.-
-Me retiro. El señor Archie puede que me necesite en estos momentos.-
-Claro Dorothy, él está acostumbrado a que lo sirvan.- Anthony sonríe cómplice y le guiña el ojo a la muchacha, que le contesta asintiendo con su cabeza y se retira.

El Retorno De AnthonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora