Capítulo XVIII: Reconciliación

957 64 24
                                    

Una mañana más despierta a Anthony en la casona del bosque, su actual hogar. Después de vestirse y desayunar Dorothy le entrega la nota que la Tía Abuela le dejara al retirarse temprano esa madrugada.

Querido Anthony,
El casamiento de Archie me requiere. Sé que había acordado desayunar contigo antes de partir, pero he decidido salir más temprano, he estado a tu lado más tiempo del prudente para una ocasión como esta. Me he llevado a Elisa conmigo para que me ayude con los preparativos. Sé que es tu deseo llegar justo para la celebración en la iglesia de modo que en la segunda hoja te dejo las instrucciones de lo que debes hacer durante la celebración. Cuídate mucho hijo mío.
Tía Elroy

Anthony se pone de pie al escuchar estacionar un choche, deja la carta sobre la mesa y se dirige hacia la entrada. Olvidando las formalidades decide recibir a su invitada personalmente.
Dorothy corre en dirección a la puerta para evitar que su señor haga su trabajo pero Anthony le pide -Dorothy, deja que yo la reciba. Tú te puedes encargar de sus maletas ¿de acuerdo?-
-Como Ud. diga Anthony-
La hermosa dama baja del automóvil y se dirige hacia la entrada, cuando ve al joven mirándola desde el umbral. Sus increíbles ojos azules la impactan inmediatamente, le transmiten una gran paz. Aun asombrada por esa mirada se dedica a observar el rostro del joven con más atención. La señora queda embelesada con la hermosura de este muchacho de cabellos oro y porte de noble. Ha tenido la oportunidad, en su profesión, de conocer a infinidad de hombres guapos pero este joven no tiene parangón.... O quizás... sí lo tenga, si lo compara con su propio hijo.
-¿Anthony Brower?-
-Así es, soy yo. Es un placer conocerla en persona señorita Baker o si me permite llamarla simplemente Eleanor.-
-Eleanor estará bien, Anthony.-
-Por favor, por acá.- y levantando su mano, Anthony le indica el camino para entrar a la casona. – No se preocupe por el equipaje. De él se encargará Dorothy, mi ama de llaves.-
-¡Gracias!-
Ambos se acomodan en el estudio, Dorothy les sirve café y la conversación fuera de las formalidades comienza.
-Gracias por haber aceptado mi invitación, ya que no me conoce realmente y seguramente la habrá parecido algo extraño.-
-No tienes nada que agradecer Anthony. De hecho soy yo la que debe darte las gracias, y es por eso por lo que he aceptado tu invitación- y acercándose a Anthony le prodiga una cálida sonrisa maternal.
-No hay porqué agradecer yo...- pero antes de que termine la frase la sonriente dama contesta -¡Por supuesto que estoy en deuda contigo! ¡Nunca había visto tan feliz a mi hijo! Renunciaste a Candy y le has devuelto la vida a Terry con ese gesto. Estoy aquí porque deseaba darte las gracias personalmente Anthony. ¡De modo que muchas gracias!- la dama le ofrece otra dulce sonrisa maternal, luego agrega. -Además, no sólo le has devuelto a Candy sino que te has convertido en su mejor amigo... o... como dijo Terry, en el hermano mayor que siempre deseó tener.- Eleanor mira a Anthony con amor en sus ojos y Anthony enmudece ante el gesto amoroso de la madre de Terry. Sus ojos se humedecen.
-¿Qué sucede hijo?- Anthony oculta sus ojos y sus mejillas se tornan rojas.
-Nada- contesta finalmente. –Es sólo que estaba pensando que si mi madre estuviera viva.... Su manera de ser..... se parecería mucho a la suya-
Eleanor se conmueve y coloca una mano sobre un hombro de Anthony y le susurra. – Si tu madre estuviera viva, estaría muy orgullosa de tener un hijo como tú.- Anthony le sonríe con profundo cariño y como el tema de su madre le turba un poco decide hablar de otra cosa. -A decir verdad, creo que yo también considero a Terry como el hermano menor que siempre quise tener. Tenemos una comunicación muy fluida a través de las cartas que nos escribimos. Terry es un muchacho muy sensible y de buen corazón.-
-Tengo entendido que comparten el arte también.- la dama agrega con verdadero interés.
-Sí. También eso. Terry es actor y yo he decidido ser escritor, además de jardinero, por supuesto.- Anthony sonríe pícaro.
Eleanor no puede más que sentirse maternalmente atraída por este joven huérfano de madre, tan bello y centrado y le cuenta cómplice. – Claro cultivas rosas... eso me lo contó la misma Candy-
-¿Candy?- los ojos de Anthony se abren desmesuradamente al oír ese nombre y su mirada se fija en Eleanor deseoso de saber más, sus ojos azul cielo emanan un profundo amor. La dama siente cierto dolor en su pecho y piensa para sí -¡cómo me recuerdas a mi propio hijo cuando se hablaba de Candy! Se nota que tú también la amas mucho.- luego al advertir la ansiedad en el rostro de Anthony continúa. -Sí, verás una tarde noté que Candy se afanaba en cuidar una preciosa rosa blanca y me contó la historia de la Dulce Candy y se esmeró en hacerme entender que tú eras el mejor de los jardineros cuando se trataba de rosas.-
Anthony levanta su vista y la fija en la distancia tratando de imaginar a Candy elogiándolo como jardinero. Eleanor reconoce en Anhtony la misma mirada perdida que tenía Terry cuando trataba de vislumbrar a la pecosa en su mente, de modo que desvía el tema de conversación.
-Así que eres escritor ¿cómo es que te decidiste por esa carrera y de qué trata el libro que Terry me dijo, estabas escribiendo?-
Anthony rememora. – Pues, la verdad es que cuando estaba en silla de ruedas y ya no deseaba vivir porque pensaba que Can.....- Anthony se contiene, no quiere causarle ninguna pena a la actriz.
-Puedes decirme todo lo que quieras Anthony, yo no soy Terry, a mí no vas a lastimarme por confiarme tu amor a Candy. Soy mujer y te comprendo. Sé cómo es amar y no poder tener el objeto de tu amor contigo.- las palabras de Eleanor conmueven a Anthony, quien continúa -no deseaba vivir porque pensaba que Candy estaba muerta. Entonces descubrí que vivía de recuerdos, que sólo cuando volvía a vivir en mi mente los momentos que pasé con ella..... pues sólo en eso momentos me sentía vivo... por eso decidí bajar esos recuerdos a tinta y papel. Primero comencé a escribirlos tal cual los recordaba y más tarde comencé a adornarlos con mi imaginación, escribiendo mis pensamientos e inventando los de Candy. Los hechos en general son los mismos: nuestro primer encuentro en el portal de las rosas de Lakewood, nuestro primer baile, la cabalgata en el bosque al atardecer, nuestra participación en el rodeo, nuestro paseo por el pueblo y muchas otras ocasiones que vivimos juntos, más algunas otras que me hubieran gustado, como un paseo por el Hogar de Pony y declararle mi amor en su amada Colina de Pony. Todo eso está en el libro. También nuestra separación, pero en el libro ninguno de los dos muere, es una separación momentánea para terminar finalmente juntos, después de muchas peripecias. Al escribir el libro me di cuenta que me encantaba escribir, no sólo mis recuerdos sino también crear nuevas situaciones y así decidí ser escritor. No quiero pecar de creído pero me parece que la historia va a gustar mucho.-
-Esperaré con ansias para poder leerla.-
-No tendrá que esperar mucho, la daré a conocer en la fiesta del casamiento de mi primo Archie. Debido a ello sólo la podré acompañar hoy en la casona, tengo un asunto pendiente en Nueva York antes del enlace. Pero Ud. podrá quedarse y disfrutar de unas vacaciones tranquilas en la casona, como se lo ofrecí en mi carta. Mi ama de llaves estará a su disposición...... y a la disposición de mi otro invitado, ya que esta casa es suficientemente grande y me tomé el atrevimiento de invitar a otra persona más. ¿Le disgusta la idea Eleanor?-
-Por supuesto que no. Es tu casa Anthony y tienes derecho de invitar a quien te plazca. Además realmente me encanta estar al aire libre y el bosque, el río y el bellísimo jardín que has creado es suficiente espacio para que tanto tu otro invitado como yo tengamos lugar suficiente para no molestarnos el uno al otro.-
-Me alegro que lo considere así Eleanor.-
Se escuchan unas voces acercándose a la casona y Anthony se yergue y se apresura a agregar.
-Ahora si lo desea, Dorothy le mostrará su cuarto para que se familiarice con él.-
-De acuerdo.- La actriz sube las escaleras acompañada por la solícita mucama mientras Anthony sale a la carrera para recibir a su "otro invitado". Sin embargo sólo encuentra a Albert en el umbral.
-¡Tío! ¿Dónde está....- Albert le contesta alzando su mano derecha para tranquilizar a su sobrino. –Le ha encantado tu jardín y me ha pedido permiso para adentrarse en él, a estas alturas estará en la fuente del ángel y el niño.-
-¿La fuente de los enamorados? Perfecto. Mejor imposible. Por favor retenlo en el jardín, enseguida vuelvo. Ah! Y no dejes que te vea la dama, no quiero que se entretenga con las formalidades de los saludos.- Anthony corre escaleras arriba. Albert se queda azorado en la entrada y mientras se dirige al jardín para esconderse habla en voz alta. – Si no fuera porque eres tú Anthony, no estaría jugando a las escondidas a esta edad.-
Arriba fuera del dormitorio de la actriz Anthony golpea la puerta.
-Adelante-
-Eleanor, ¿ya se ha familiarizado con la habitación? ¿Está todo a su gusto?-
-Sí, todo está perfecto. Se ve una parte del hermoso jardín de Dulce Candys que has cultivado desde aquí. Creo que ese va a ser el primer lugar que vaya a visitar.-
-¡Excelente! ¿Qué tal ahora mismo?- La dama lo observa admirada.
-De acuerdo. ¡Vamos!- Anthony escolta a la dama escaleras abajo y todo el camino hasta el inicio de la senda del jardín hacia la fuente. Entonces finge.
-¡Oh! Escucho a alguien acercarse, debe de ser mi tío con mi otro invitado. Por favor discúlpeme Eleanor y siga Ud. a gusto paseando por el jardín.- Anthony se aleja de ella rápidamente y se dirige hacia donde Albert lo espera cómplice y avergonzado.
-Espero que sepas lo que estás haciendo Anthony. Te puede salir el tiro por la culata. Además, al principio era sólo por ayudarte pero ahora he visto que realmente nos pueden beneficiar grandemente los negocios con este caballero y...... no me gustaría que por esta puesta en escena todo se vaya por las alcantarillas.-
-No te preocupes tío. Todo va a salir estupendamente. No me preguntes porqué, porque sencillamente no lo sé, pero tengo la certeza de que todo marchará bien.-
-Bueno. Confío en ti. Vayamos dentro que comienza a refrescar.-
Y ambos ingresan a la casona.

El Retorno De AnthonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora