-...Ya me esperaba eso, era imposible que volvieses a ser como antes.
Me quito de debajo de su cuerpo, apago la luz y me echo dándole la espalda. Noto como se tumba a mi lado y cierro los ojos, quedándome dormido por fin, con la certeza de que Vegetta no volvería a ser el que yo conocía nunca más.
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-Hey....Willy.....¡Levántate!....
Abro los ojos poco a poco y miro a mi alrededor viendo a Vegetta parado a un lado de la cama.
-Levántate ya, tenemos que irnos.
Es verdad, hoy tenía que volver a casa de nuevo con Vegetta...Suspiro y voy al baño a lavarme la cara con agua fría para despejarme.
"En el que tenga hambre te voy a morder y en el momento en el que tenga ganas de sexo lo vamos a tener."
¡¿Por qué ahora me viene a la cabeza eso?!
Me seco la cara con fuerza intentando borrar inútilmente ese recuerdo y salgo de la habitación, vistiéndome con la misma ropa de hace dos días, como si tuviese otra...
Vegetta ya no está en la habitación, así que salgo y voy a la cocina viendo que Sam ya está desayunando un poco de leche. Cojo una manzana y una mandarina mientras me siento en la mesa sin nada que hacer, solo devorando esas piezas de fruta.
-Cuando acabes de comer acuérdate de coger las llaves de la casa para ir a devolvérselas al viejo.
-Vale
Oigo sus pisadas irse y antes de hacer lo que me dijo lavo los platos y hago la cama, poniendo las sábanas sucias en un rincón dado a entender que estaban para lavar. Tampoco quería dejar la casa como un cuchitril.
Ahora sí, cojo las llaves, a Sam y cierro la puerta con llave antes de irnos. Vegetta me espera con el coche aparcado en la entrada, abro la puerta al lado del copiloto y conduce hasta la casa del anciano. Voy a abrir la puerta cuando me para cogiéndome la muñeca.
-Tú no vas a salir. Dame las llaves.
-¿Y eso por qué?
-Igual porque...
Acaricia con su mano derecha mi mejilla y hace presión en la herida de mi labio, haciendo que suelte un pequeño gemido de dolor y cierre mis ojos.
-...tienes tantos moratones que pareces una puta.
Abro los ojos sorprendido por lo que acaba de decirme, aparto su mano de mi cara de un manotazo y le lanzo las llaves a la cara, pero él las atrapa con facilidad mientras me mira con una sonrisa burlona en la cara.
-¡Que tenga estas pintas es por tu culpa!
-Tranquilo fiera, además tengo que darle dinero extra por la puerta rota.
Sale del coche y yo aparto la mirada de su cuerpo. ¿Cómo es capaz de decirme eso? Hijo de puta...¡le odio! Aprieto mis dientes y seco las lágrimas de impotencia que amenazaban con salir de mis ojos. Muerdo mi labio con fuerza hasta sacar una gota de sangre, y con esfuerzo logro contener el llanto. Nunca más me va a hacer llorar, lo juro.
Acaricio a Sam que se había quedado dormido en mi regazo y después de 5 minutos Vegetta vuelve y me mira directamente.
-¿Que te has hecho en el labio?
-Nada que te importe.
Él sólo me mira unos segundos más antes de arrancar el coche y ponerse en marcha. El viaje transcurre en absoluto silencio, solo oyendo nuestras respiraciones. Cuando por fin llegamos a casa ya son las 13:40. Entro en mi habitación con Sam y lo dejo jugando por el suelo, pasando olímpicamente de Vegetta y miro todos los whatsapps y llamadas que tenía en el móvil, más de 99 en el grupo que tenía con Frank, Alex, Lana, Luzu y Vegetta, más de 10 de parte de Caro y 5 de Carlos. También tenía 13 llamadas perdidas de este último. Abro el chat de Carlos y leo los mensajes, uno de ayer y cuatro de hoy por la mañana.
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Soy...¿su compañero?
FanfictionWilly nunca había creído en seres fantásticos o mitológicos, hasta que un día ocurre lo más inesperado y su vida da un giro de 180º. ¿Su compañero de piso tiene algo que ver en esto?