Soy...¿su compañero?

Parte 32 Pesadilla

W- Eres muy tonto, pero no se te ocurra pensar de nuevo que soy capaz de engañarte.

V- Si lo hago me puedes dar un puñetazo con todas tus fuerzas.

W- Que no se te olvide, después lo quiero por escrito.

Lentamente mis ojos se iban cerrando y daba leves cabezazos.

V- Si lo quieres lo tendrás chiqui. Te he echado de menos, no sabes cuanto.

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Desperté en una cama completamente blanca, con las paredes y el suelo de madera negro. He vuelto a esa habitación...¿qué ha pasado? 

Me levanto rápido pero caigo al suelo de bruces. Estoy desnudo...pero Vegetta me había dado ropa. Miro mis pies y en mis tobillos una cadena rodea mi tobillo. Quiero llamar a Vegetta, pero mi voz no sale. ¿¡Qué clase de broma es esta!?

Sigo la cadena cogiéndola entre mis manos, esta acaba en la pata de la cama. Tiro de ella, pero no sirve de nada. Pruebo a levantar la cama, pero esta es demasiado pesada y no se mueve ni un centímetro.

Voy hasta donde debería estar la ventana, pero esta ya no está. Es una habitación completamente cerrada, sin contar con la puerta. 

Se abre la puerta y por ella aparece Carlos seguido por un montón de figuras sin rostro. Empiezo a temblar a la vez que él sonríe. Se sienta en la cama y las figuras se acercan a mí tocándome. Las lágrimas salen de mis ojos cuando empiezan a tocarme sin ningún consentimiento. No puedo gritar...¿dónde está Vegetta? 

Casi al mismo tiempo se abre la puerta de nuevo y todo el mundo se queda quieto. Entra Mike, y detrás de él Vegetta. 

Corro hacia él, pero la cadena no da a más y manos cogen mis brazos tirando de nuevo para atrás. Vegetta cae al suelo cuando Carlos le da un puñetazo. No...Más hombres se ponen a su espalda, en sus caras hay grandes sonrisas. Miro atrás y es la misma escena. Carlos se acerca a mí con un cuchillo en la mano, se pone detrás y levantando mi cabeza pasa la hoja del cuchillo por mi cuello...frío...

Mis ojos buscan los de Vegetta y oigo su voz llamándome. A la vez que la imagen se vuelve más oscura, Carlos va hasta Vegetta y le clava el mismo cuchillo en el estómago, una y otra vez...Willy... Aún oigo su voz, pero ya no se mueve y cae al suelo... Willy...Todo se vuelve negro a la vez que caigo al suelo.

Willy...

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V-¡Willy!

Abro mis ojos y parece que no puedo respirar. El coche está parado en frente de un edificio. Miro a un lado y Vegetta está ahí. Me lanzo a sus brazos en menos de un segundo.

V- Tuviste una pesadilla.

Dijo acariciando mi espalda.

V- Incluso tiemblas.

W-Soñé que nos mataba...Te veía morir...

V-...Ven. 

Dijo a la vez que me separaba un poco de él.

V- Los demás ya han bajado, vamos.

Limpié mis lágrimas con la manga de la sudadera y bajé de la furgoneta. Di unos pasos despacio, los pies me mataban. No tenía zapatos y el suelo era de gravilla.