Relatos de una Damie

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No puedo poner en palabras lo que sentí aquella vez, creo que ninguna la describiría a la perfección, sin embargo lo intentare.

Era mirar el cielo y el infierno a la vez. ¡Cristo! Cuando Jamie Dornan miraba a Dakota Johnson puedo jurar que el mundo entero desaparecía, es como si una burbuja superficial rodeará su entorno, su mundo, una capa magnética los atraía tanto que no había manera de mirarlos sin pensar: Oh Dios, ¡que lindos! En ese instante podías darte cuenta que lo que pasaba alrededor de ellos era más que las palabras que describían esa relación, era más que la amistad que pregonaban, más que amor incluso, era inexplicable. Había dos opciones en ese momento, amarlos con locura o negarse a ver la realidad que se encontraba enfrente de tus ojos por las leyes de la sociedad que te venden que un hombre por estar casado no puede ver a otra mujer, no estoy diciendo que esto esté bien de hecho, la moral y la consciencia le pelean al corazón muchas veces pero ¿Quien decide en él?

Mi sonrisa comenzó a salir en el momento que los veía mirarse y hablarse el uno al otro como si fuesen uno, con esa misma complicidad que solo puedes tener con alguien que sabes que pasara una sola vez en tu vida. Entonces para mí no hubo opción, amarlos iba a ser más fuerte que cualquier otra cosa, incluso que la lógica, que un papel, que un anillo.

—¿Quieres un cuento para dormir? –Pregunto a la pequeña rizos de oro que apenas bostezaba enfrente de mí.

—¡Sí! –responde emocionada de inmediato– ¿Podrías contarme el de ayer?

—¿Otra vez? -sonrió– Llevo tres Días contándotelo.

—Es que lo amo. –Hace ojitos parpadeando un par de veces revoleando las pestañas largas enfrente de mí haciendo que yo no pueda negarme.

—Bueno, está bien. –Sonrió y me acomodo en el pequeño sofá al lado de su camita.

Aquella vez que los vi por primera vez sabía que todo cambiaría. Sufría una lucha interna entre lo que se supone estaba bien y lo que debería de estar mal, pero pronto todo se desvaneció.

—¿Desde nos quedamos anoche? –Pregunto y la pequeña asiente acomodándose con su osito de peluche. Me ve a través de esos ojos grandes que esconden un azul profundo como el mar. —Está bien hermosa.

Todos los que rodeaban a la chica de risa contagiosa y al hombre tímido y reprimido se daban cuenta que había algo más que solo un compañerismo. Ella lo amaba profundamente, quizás no sé había dado cuenta de eso pero lo hacía, mirarlo mientras él evitaba hacerlo era su deporte favorito; creo que ella en el fondo sabía que a él le intimidaba un poco o porque creía que él no la notaba, cual fuese la razón cualquier persona se daría cuenta que en esa mirada había amor.

El problema con el amor es que no llega como nos gustaría, no toca la puerta, no avisa. Rompe todo a su paso y se instala a su merced como si no conociera las reglas del juego, y ¿como las va a conocer? El amor las ponía, hacia su juego muchas veces sucio... creo que es la manera que tiene de hacerlos fuerte o hacer que las cosas tomen su curso para un final feliz o un desenlace triste. El amor trabaja con el destino quién se empeña en ponerte a prueba constantemente sobre las decisiones que debes tomar.

Para él no era fácil, si bien ella esperaba un principe... él estaba aprendiendo a serlo. Jamás fue exactamente un caballero de armadura plateada encima de un caballo  blanco, al contrario; más bien era un aprendiz de vida, estaba un poco resignado a lo que el destino había preparado para él, después de todo, tenía lo que siempre soñó solo que con la persona equivocada, eso no lo noto hasta que conoció a nuestra chica de mirada profunda, él se dio cuenta que nadie lo había mirado de esa forma, ni había apostado tanto a él, ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que alguien se rió de un chiste de los que hacía como lo hizo ella.

One Shoot's || Dakota Johnson & Jamie DornanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora