One Shoot's || Dakota Johnson & Jamie Dornan

Helium (3)

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—¿Entonces? –Preguntó mientras acaricio su cabello.

—¿Que cosa? –Pregunta entre dormida.

—Soy tu objeto sexual. –Digo riéndome.

Dakota carcajea y me da un manotazo en el pecho mirándome.

—Que yo recuerde, fuiste tú quien se me insinuó. –Me dice– Y quien me beso, yo era una mujer inocente de todo, tu corrompiste mi ser.

—¡Oh, no mujer inocente!  –Hago comillas– Tu reto fue que te besara y yo soy un hombre de palabra.

—¿Que? ¿No lo disfrutaste? -Pregunta arqueando una ceja intentando ocultar una sonrisa.—Hombre de palabra.

—Lo disfrute y lo sigo disfrutando.  –Le confieso.

Dakota deja un casto beso en mi pecho y se acomoda de nuevo. La noche se nos pasó volando, quizás sea porque así es el tiempo cuando estamos juntos, parece que vuela y se detiene a la vez, es complicado de explicar.

—¿Tienes hambre? –Me pregunta en un sigiloso murmuro.

—Un poco. –Acaricio su piel con mis dedos, veo como su piel se eriza y sonrío inevitablemente.

—De comida Jamie. -Dice.

—Yo no dije nada. –Bramó intentando no reírme– ¿Ves? No soy yo.

—Oh te conozco. –Se ríe y alza su cabeza para mirarme, seguido de eso me da un beso y salta de la cama desnuda, perfecta.

Toma mi camisa del suelo y se la pone con esa sensualidad que la caracteriza.

—Quise ponérmela desde temprano. –Dice— Voy a cocinar algo.

Dakota menea sus caderas enfrente de mí saliendo de la habitación. No puedo parar de pensar que nuestra vida sería muy distinta si tan solo nos hubiésemos conocido antes, estoy seguro que yo hubiese sido un hombre distinto, quizás hasta hijos tendríamos porque ella quiere ser mamá pero la cuestión es otra, no podemos estar como queremos aunque ella diga que no siente nada por mí yo sé que sí.

Salgo de la cama hasta el baño, miro en el espejo el desastre que soy cuando la tengo cerca, soy toda sonrisa y menos el Jamie amargado aunque técnicamente no soy un hombre amargado, soy un hombre que ha aguantado demasiadas cosas que estoy seguro otro no. Tampoco soy un santo, ir de bar en bar y comerme a cuanta mujer se me antojara era parte de mi vida la de antes. Lavo mi rostro y camino por el pasillo hasta conseguirla en la cocina, menea sus caderas al ritmo de su tarareo místico, aunque cante horrible, Dakota da una paz increíblemente única por lo menos a mí, es un ser muy especial y la han lastimado tanto que puedo entender que este a la defensiva conmigo.

-          ¿Qué haces? –Le pregunto tomándola por sorpresa.

-          Hago la mezcla de los waffles, vi que tienes banana y helado así que es justo que comamos esta delicia. –Comenta y sigue batiendo.

-          ¿Puedo sentarme a verte?

-          Oh, me enojaría si no lo hicieses. –Sonríe con picardía y sigue tarareando.

Hace unas horas todo era totalmente vacío para mí, la casa, los recuerdos mi vida... puedo sentir como todo cambia con solo tenerla cerca. Sirvo un poco de jugo de naranja para los dos y me quedo viendo como prepara todo con tanta calma

-          ¿Sabes? –Dice sin mirarme.

-          ¿Qué?

-          Algún día quemaré la casa y será tu culpa.