Capítulo 34. Negro Traidor

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Chase

—Bien, ¿qué tienes en mente?—pregunté cuando me sentaba en la silla frente a Cora.

—Pensé que tú tenías una idea—respondió cruzándose de brazos—Vamos Walker, pon tu cerebro a trabajar.

—¿Y qué hay con el tuyo? Al parecer a estado de vacaciones desde hace 18 años y no vuelve.—Cora me fulminó con la mirada.

—¿Vinimos a organizar una cita o a discutir? Porque créeme que puedo hacer ambas cosas—me sonrió con cinismo haciéndome rodar los ojos.

—No tengo ganas de discutir, así que hagamos esto—saqué del bolsillo del pantalón mi celular y lo desbloqueé para mostrarle a Cora una foto de un lindo parque—¿Qué te parece?—pregunté orgulloso de mi elección.

—¿Quieres que dos canguros tengan una cita en un parque? ¿Dónde todo el mundo pueda verlos?—preguntó entregándome el celular—No, pues eres todo un genio Chase, bravo—me aplaudió con sarcasmo.

—Por lo menos yo pensé en algo, tú ni eso—murmuré guardando mi teléfono nuevamente.

—Calla, estoy pensando—puso su mano frente a mí rostro y me dieron ganas de morderla.

—Uy, eso debe de explicar el humo saliendo de tu cabeza y el olor a quemado—Cora me dio un golpe en la cabeza haciendo que me quejara—¡Agresiva!—exclamé.

—¡Lo tengo!—sonrió sacando su celular para luego marcar un número.

—¿Qué tienes?—pregunté con curiosidad. Ella me chitó haciendo que me callara y luego comenzó a hablar por teléfono.

—Se que ahora mismo no estás de humor para citas pero necesito tu ayuda...—comenzó a hablar. Yo permanecía de brazos cruzados mirándola en silencio. Cora de vez en cuando fruncía el ceño y alzaba una ceja como solía hacerlo cuando éramos niños. Sonreí inconscientemente hasta que ella acabó la llamada—Bien, ya tenemos un lugar reservado para la muy esperada cita—dijo guardando su celular en el bolsillo de su jean.

—¿En dónde?—cuestioné levantando una ceja.

—Los padres de una amiga son dueños de un restaurante—respondió encogiéndose de hombros—Dijo que hablará con ellos para la causa.

—Oh bueno, algo es algo—dejé caer mi espalda al espaldar de la silla y nos quedamos en silencio por unos segundos—¿Y cómo has estado?—pregunté intentando sacar conversación.

—¿Realmente te interesa?—preguntó Cora levantando una ceja.

—Bueno, yo estoy aburrido, tú estás aburrida, no tiene nada de malo entablar una conversación como personas normales...¿o sí?

La castaña me miró no muy convencida antes lo que había dicho. Luego de unos segundos ella abrió su boca para responder pero el sonido de su teléfono la interrumpe. Cora bufa sacando el celular del bolsillo de su jean y rueda los ojos al ver el nombre que aparecía en su pantalla.

—¿Qué?—preguntó de mala gana.

—¡Louis matará a Zayn!—pude escuchar por lo cual ella abrió sus ojos como platos y me miró nerviosa.—Te necesitamos aquí ¡ahora!—le dijo la voz por lo cual Cora se levantó al instante y comenzó a correr lejos del café.

Guerra de NiñerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora