The Nights

V. Stressed Out.

Blue amaba su carrera, adoraba sentarse en su lugar y escuchar infinitamente las voces de sus maestros contarle los secretos del mundo, se sentía heroico y poético. Amaba todo lo que expresaba la historia, el arte pintado en ella, cosas que jamás se sabrían con certeza, la incógnita detrás de los pensamientos filosóficos de los famosos del siglo XX.

Lo único que le generaba incomodidad de la prestigiosa Briar, era el hecho de que ese lugar era la cuna de los deportistas, dónde verías a la mitad del equipo nacional de fútbol escrito en las paredes de ex-alumnos.

Por supuesto, Blue no era fanático de los deportes, y Briar, exigía en cada carrera, una materia electiva de estos.

Así que allí estaba él, siendo todo menos heroico y poético, con una franela y pantalones de deporte, entrando al gimnasio con las mejillas coloradas por el calor y la vergüenza.

No, tal vez era bastante malo no ser bueno en nada de gran valor y terminar apuntándose en esa clase, pero si eso no era suficiente, el colmo de la situación estaba estirándose como una serpiente más allá de unos cuantos pasos. Solo pudo cerrar los ojos y rogar por paciencia, a quién fuese que estuviese burlándose de él allí arriba en las alturas. Azkaroth aún no lo había visto, pero no tardaría en hacerlo y de él se esperaba algún comentario sobre su poca flexibilidad o lo realmente estúpido que lucía.

Aunque había que admitir, Azkaroth tenía una flexibilidad increíble. Blue se preguntó si sus huevos no se exprimían o algo similar cuando lo vio colocar un pie en su cabeza y arquear la espalda para esto, Az dio saltitos en su lugar y luego se giró, miró a Blue con ambas cejas alzadas y una sonrisa socarrona surcó sus labios, torciendo su gesto. Continuó con sus estiramientos rompe-huesos, con un rostro que no dejaba nada bueno a pensar.

Blue supo desde el comienzo hasta el final, que Azkaroth no significaría nada bueno allí. Mencionaron los diferentes concursos que habrían a partir de Octubre, la profesora prácticamente planeaba que todos participaran, pero en el fondo, sabía que sólo habían unos pocos en su clase más allá que por el interés de la nota fácil.

Pero no, la gimnasia no era sencilla y Blue lo recordaría siempre, porque ahora cojeaba apoyado del brazo de uno de sus amigos, después de haber intentado (y fracasado) una de esas posiciones exprime testículos. Maldecía dulcemente a los que habían ocupado la clase de Ajedrez antes que él, con cosas como "ojala les duela la barriga" o "Espero que el día del campeonato de ajedrez olviden pulir los tableros". Porque en sí, no le gustaba desear mal a otros, eso en su opinión siempre se devolvía.

Así que en algún momento, la profesora Halley haría una caminata de la vergüenza por todo el comedor del mismo modo que el lo estaba haciendo.

Se sentó, rodeado de sus amigos, todos vestidos con la misma tela, los mismos pliegues y sweaters, como si fuesen un séquito, encabezados por George.

Suspiró, a veces siento que no encajó del todo con ellos, quizás son demasiado elitescos o yo, soy más sencillo que esos ideales. Pensó Blue, sí, tenía razón, el era más un joven que se dejaba llevar por el honor y la moralidad, la filosofía y los avances, cómo podía avanzar el mundo aún más rápido de lo que que estaba haciendo. Pero sus compañeros, eran como si usaran la historia como algo que les diera un pase gratis para ser más inteligente que los demás, sí, el era un tremendo genio, pero no veía que algo tan hermoso debería ser profanado para demostrar superioridad.

Miró su plato del almuerzo sin muchos ánimos, sí, tenía dinero suficiente como para no comer en el comedor, pero no tenía más remedio si quería ahorrar para conseguir entradas al concierto de Marina And The Diamonds el otro mes. Sí, quizás sonaba hilarante, se esperaría de el un gusto por la música clásica, pero apreciaba cualquier voz femenina que fuese capaz de hacerlo sentir más que solo música.