Yellow Lounche.

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El viaje por carretera más largo de mi vida.

Y a mi parecer no iba a cualquier estado de mi país, si no que iba al estado de Monterrey frontera del país con estados unidos.

El viaje comenzó a las 6 de la mañana y supuestamente el viaje duraría 11 horas de puerta a puerta.

La mañana era fría, el tráfico era intenso por los trabajadores que entran temprano, camiones, autos particulares y colectivos. Todos llenos de pasajeros son lo que les deban vida con las luces de sus faros a las vías primarias de la ciudad. Las personas en las paradas del bus, entrando al metro y los niños y niñas con sus uniformes listos para viajar y entrará a su escuela, es una de las más grandes rutinas matutinas de la ciudad.

Tomamos la carretera por uno de los costados de la ciudad, una carretera que jamás había visto antes,cuando subimos se podía ver las innumerables luces de la ciudad por un costado del carro de mis padres donde yo viajaba. Tenía puestos mis típicos audífonos ya que la noche anterior descargue bastante musica para el camino y estaba dispuesto a escucharla a parte que era para no dormirme y no perderme de nada.

La vista era fenomenal, ya que aparte de la ciudad, comenzaba a amanecer. Me quedé viendo al costado como si un niño viera en una vitrina el juguete que siempre a querido.

La carretera continuo dando vuelta hacia el otro costado de mi vista continuando el camino, ahora todo eran fábrica, una zona de fábrica con fábricas enormes y operando, algunas agencias de coches, pero ninguna vivienda a la vista sólo fábricas.

Más adelante cuando la zona de fábricas término, el camino era desolado por varios kilómetros hasta que pasamos por afuera de un edificio que parecía ser un hotel lujoso y espacioso ya que el enrejado abarcaba varias hectáreas que rodeaban el lugar y casi al terminar el enrejado había una figura de dos manos como si estuviera rezando, lo que me dió a entender que era un edificio para religiosos o algo así, no estoy muy seguro.

El camino continuo y para mí lo que era una carretera "normal" continuo, ya sabes las carreteras con algunas gasolineras, unos cuantos árboles, pasto, y canales de lluvia entre las dos autopistas.

Llegamos a una caseta y al parecer habíamos llegado a otro estado, Querétaro para ser más gráficos, ya estaba claro, el sol ya estaba puesto ya que eran como las ocho de la mañana, el sol estaba justo atrás de nosotras,el paisaje fue mejorando por los cerros y valles que rodeaban la carretera y algunos cerros destruidos de los costados de la ves ya que ahí cruzaba la carretera los pueblos bastante pequeños que estaban ahí, eran paisajes majestuosos. Y en algún punto más adelante ví unos sembradíos con bancos de niebla enormes que cubrían el sol por completo y cuando menos lo espere, entramos en uno, el sol fue bloqueado por completo y los demás carros que iban en el camino, encendieron sus luces, nosotros no fuimos la esepcion, el banco de niebla era bastante frío y húmedo, con los árboles que estaban a las costados del caminos se veía aún más tétrico.

Salimos de aquella niebla y seguimos normalmente, el sol seguía detrás dejando ver los enormes valles de nuevo, definitivamente la carretera de Querétaro es una de las más impresionantes que e visto.

Después entramos a otro estado, San Luis Potosí el cual se sentía un poco más árido ya que su flora no era de árboles, si no que tenía algunos matorrales, y un camino más terregoso con más puestos de carretera que eran puestos de comida y algunos de recuerdos. En este punto mis piernas hormigueaban y me recosté sobre e asiento mirando al despejando cielo azul de la carretera. El camino era libre, sin casetas, sólo arcos de fierro sosteniendo un cartel diciendo "bienvenidos a Guanajuato feliz viaje".

El viaje siguió así por unas horas, hasta que llegamos a monte rey, definitivamente no era lo que esperaba. Se supone que es la 2da ciudad más grande del país. Y está pegada a la frontera de estados unidos; más de la mitad del estado está desierto. Como en las épocas de vaqueros y caballos. Con pequeños pueblos literalmente en medio de la nada que me daban la triste ilusión de que ya estábamos por llegar. Cosa que no era así, todavía faltaban varias horas para llegar a la ciudad. Mientras nos asercabamos al camino de la carretera hacia las sierras hasta llegar a la ciudad.

Cuando llegamos pensaba sin parar en ¿que actitud debo tomar? ¿cual será la primera impresión? Trataba de distraerme y analizar las estrechas y largas calles de un estado desconocido para mí. Cuando llegamos, en todos esos días, mi mente no divagó, no saco conclusiones, no pensó lo peor, sólo vivía el momento, el aquí y el ahora. Aunque admito que había lugares hermosos como para admirar toda la tarde en una terraza hasta que oculte el sol, pero el calor era insoportable. Todo el mundo en sus casa tienen aire acondicionado y ofrecer una ducha allá es cortesía, ya que el calor es tan intenso que no se venden calentadores de agua, se calienta con el mismo sol.

En fin, se ve que es un lugar lleno de oportunidades y que es un buen lugar para vivir.

En la hora de regreso eran como las 5:30 de la tarde, por la hora en que salimos sabíamos que íbamos a llegar en la madrugada y así fue, llegamos a las 4:30 de la madrugada el camino fue lujubre ya que no había faros en la mayoría de la carretera y todos se valían por los faros de sus autos. Todo eran rocas que iluminaban nuestros faros a los costados que me permitían verlos, camiones, algunos carros particulares, las luces de las ciudades a un costado y lejos del caminos que recorríamos. Eran tan majestuosas las imágenes ya que en la pequeñas nubes que estaban por encima se iluminaban de un color entre amarillo y naranja de los faros haciéndose ver más iluminada de lo que estaba y las gasolineras que se iluminaban a lo lejos en los caminos. Mientras seguíamos avanzado regresamos por el mismo banco de niebla como era de madrugada era más densa y lo pudimos confirmar porque aún costado de la carretera había un muerto, atropellado y con patrullas que resguardaban un perímetro, mientras a todos nos ganaba el sueño y luchabamos por no dormirnos entramos a unos suburbios, los edificios eran grandes y bien arreglados luces y vida para mí ya que era la iluminación más perfecta para un lugar de paso, y en ese punto ya sabía que estábamos cerca.

Llegamos con una ciudad que nunca duerme y sus calles casi despobladas llegamos a casa, con un frío horrible, era sábado en la madrugada y fuimos a dormir.

Con lo cual hasta hace un instante mi cerebro pensó " ¿lo vez?, Todo salió bien".

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