Vía Lactium.

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Hoy es lunes pero son vacaciones "de verano" por así decirlo ya que ha estado nublado todo el día y no a habido sol en la ciudad durante días.

Mientras yo, me relajo de mi deberes.

Creí que volvería a escribir de nuevo dentro de unos cuantos meses o hasta fin de año según mi lista de prioridades. Pero hoy tuve un desliz y era una gran oportunidad para escribirlo antes de que mi mente pase a otra cosa y lo olvide por completo.

Bueno, como sea, comenzaré.

Hoy fui al parque. Un parque que está prácticamente a la extrema derecha de la colonia donde vivo, voy ahí a menudo ya que tengo una amiga que trabaja en una tienda a lado de la iglesia que está ahí y voy a comprarle a ella en vez de rodear la manzana e ir a la tienda que está casi a la par de mi casa pero del otro lado.

Me gusta ir con mi amiga, aparte que parece que es la única de la colonia que vende té verde de Arizona el cual es mi favorito y por encargo mío ella pide más de ese sabor para mí. Es algo que le agradezco aunque no se lo e dicho, aunque supongo que mi agradecimiento se ve cuando le voy a comprar a ella y no a su competencia.

Hoy después de ayudale a cerrar lo cual podría convertirse en una costumbre ella regreso a su casa a comer y yo tome rumbo a mi casa pero buscaba una bolsa de basura entre el parque para poder desacerme de la mía y encontré una. Después de poner la basura en la bolsa fui caminando hasta el área de juegos que esta en una esquina del parque hacia mi casa y sin pensarlo me senté en una de las bancas que estaban adentro del enrejado de los juegos.

Y ví los viejos juegos donde yo una vez jugué, los viejos columpios y una vieja estructura metálica donde solía correr y saltar con mis amigos cuando iba en la primaria.

Los recuerdo invadieron mi mente pero no sentí gran melancolía que solía sentir cada vez que recordaba algo de alguien o algo parecido.

Y a la vez recordé que desde hace meses decidí ya no tener más dramas en mi vida, ya no me gustan, son inútiles y desgastantes y a lo cual nunca resuelven nada.

Recordé momentos cuando solíamos ser "la banda" un grupo de amigos que solíamos jugar y reunirnos siempre. Pero con el tiempo fuimos siendo menos unos por que no podían salir o inventaban excusas y otros que fuimos "traicionados" por así decirlo en ese entonces. Yo fui "traicionado"  por ellos cuando me dejaron abandonado en las estructuras metálicas de juego. Fue un trago amargo y aprendí mi lección en ese entonces.

Y aunque yacía sumergido en los recuerdo dentro de mi mente viendo la pintura original de los juegos por debajo de la nueva pintura comenzó a llegar gente que llevaban a sus hijos a los columpios; ví como una señora con otra más joven a lo que deduje que era su hija y su nieta; llegaron con un bonito coche para bebés... Tenía la forma de un Audi A3 y comenzaron a columpiar a la pequeña  en el columpio seguro para bebés.

Más atrás llegó un señor con un niño más grande pero ellos no entraron a los juegos. Se quedaron en el área de los parados que la gente usa para hacer ejercicio.

Ví como hablaban entre ellos pero lo que más me llamó la atención fue que el señor mientras comía y el niño hablaba con el, el señor tenía como bebida una caguama que frescamente tomaba directo de la botella como si tuviera una botella de agua entre las manos. No pensé que estaba mal, sino que pensé que cada quien educa como quiere a sus hijos y qué tal vez le está inculacando inconscientemente al niño un nuevo hábito que cuando lo comprenda no tardará en desarrollar.

En lo que regresaba mi vista al frente ví que un par de niños se adueñaban del otro par de columpios libres saltando los charcos de agua y lodo que había bajo de ellos.

Y aunque en un principio el área estaba sola tenía ganas de subirme a uno de esos columpios.

Siempre fueron mis favoritos.

Con el viento en la cara ver desde lo más alto cuando subias y no sentir la tierra en los pies ya que otro objeto te está cargando eran lo máximo para mí.

Pero mi error fue pensarlo dos veces ya que al ver a una persona de 18 años montada en un columpio no era muy convencional y pronto las personas que llegarían más adelante me dirían que los juegos son para niños y no tardarían en quitarme de ahí, sintiendome avergonzado de lo que me hubieran dicho me hubiera ido lo más rápido que podría con la cabeza hacia abajo como un perrito regañado.

Cuando termine de descartar esas ideas y posibilidades ví como uno de los niños se subió al puente metálico que estaba frente de mi y cuando lo ví pasar mi ego reaccionó rápido lanzando palabras a mi cabeza que decían:-"de seguro que todavía existirá una piedra tal vez desgasta o talvez no de pende donde esté; de cuando yo solía jugar aquí y que ninguno de estos infantes tiene idea que yo estuve ahí antes que ellos".

Lo cual mi reacción fue buscar con la mirada los rincones donde supuse que casi no pisaba la gente, tal vez ahí prodria haber una... Pero después llego a mi mente la posibilidad de no lo fuera así ya que han pasado años desde la última vez que fui a jugar ahí.

Tendría máximo 11 años la última vez que regrese a ese lugar a jugar, después de eso cuando iba en la secundaria pasaba por ahí cuando iba de camino a mi casa pare muy pocas veces me metía a columpiarme ya que me esperaban para comer en casa, cuando iba en la preparatoria que acabo de terminar; cuando pasaba a la tienda de mi amiga a comprar y a saludar pasaba por ahí pero nunca me detuve a meterme de nuevo a columpiarme. Hasta hoy que solo fui a despertar viejos recuerdos para terminar con ese capitulo de mi vida de una vez por todas.

Más gente comenzó a llegar y la incomodidad con su presencia también; opte por irme y regresar a mi casa sin mirar atrás, regresando por las calles donde había ido para llegar a casa una vez más.

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