10. Yo Te...

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Jamás creí que amar fuera tan doloroso, de alguna manera sentía esa especie de necesidad, me sentía completamente ansioso por aclarar las cosas.

"Todo un acosador, das miedo" -. Fueron las palabras de Donghyuk cuando le pregunté por la dirección del lugar donde estudiaba Junhoe.

Ese día, el sol era muy cálido pero el viento demasiado frío, por lo que me mantuve parado en el sol por un largo rato, con las manos hundidas en los bolsillos de mis pantalones a pesar de llevar puestos un par de guantes.

La polera de lana tapaba hasta la mitad de mi rostro y la gorra le daba calor a mi cabeza y orejas.

Cuando la campana sonó, algunos alumnos salieron en una especie de carrera, algunas chicas se me quedaban viendo mientras mis ojos distinguían al alto chico que caminaba con la vista al suelo.

Su cabello era despeinado ligeramente por la brisa, la luz del sol favorecía bastante al tono de su piel, su vista se alzó lentamente y sus pies se detuvieron cuando me vio, sus labios rojizos se abrieron levemente y tuve que caminar hacia él porque parecía estar lo suficientemente sorprendido como para no poder moverse.

Su sonrisa fue tan radiante haciendo escapar algunos gritos de algunas chicas, definitivamente ese chico era tan despistado como para no darse cuenta que traía locas a un montón de estudiantes tanto menores como mayores que él.

- Jinhwan-Hyung.

- Tenemos que hablar.

Estiré de la manga de su abrigo haciendo que se le descubriera parte del hombro quedando sólo con la tela del uniforme, el chico seguía sonriendo, en cambio yo no podía compartir su alegría en ese momento.

Nos sentamos al aire libre, fuera de una tienda de conveniencia, me senté guardando el cambio en mi billetera apartando las monedas de los billetes.

- ¡Hyung! -. Levanté la mirada y sorpresivamente, de manera juguetona sus manos se aferraron a mis mejillas, estaban tan heladas que me provocaron un escalofrío.

Apartó sus manos y empezó a reírse de mi reacción, me quité los guantes y se los di.

- Póntelos.

Hizo el intento, pero no le quedaban.

- Son pequeños.

Y en medio de su obstinada batalla con el par de guantes me obligué a dejar de evitar el asunto e ir al grano.

- Junhoe...

Me observó levantando las cejas prestándome atención al cien por ciento.

- Esto... - ¿Cómo decirlo? - quiero preguntarte algo muy importante.

- Adelante.

- Es sobre mamá.

Cualquier pizca de alegría que tuviera, se esfumó en él cuando dije eso.

- ¿Qué quieres saber?

- Ustedes... ¿usaron protección?

- ...

Ladeó la cabeza con la vista en la mesa vacía frunciendo el ceño.

- Sí, nos cuidamos...

Con eso pude respirar de nuevo, sentí como si mi pecho se hubiera liberado de una enorme carga.

- Una vez me cuidé yo, la otra ella me dijo que estaba tomando pastillas, que no me preocupara.

Y entonces, de nuevo me puse nervioso.

- ¿Por qué lo preguntas tan de repente?

- ¡Porque está embarazada! -. Solté.

- ¡Yo no soy el padre!

Prohibido Tocar - {Junhwan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora