Prohibido Tocar - {Junhwan}

16. Precipicio Mental

"Contigo he abierto mis ojos

¿Alguna vez podría creer en una sorpresa tan perfecta?"

"Madre mírame.
¿Dime qué es lo que ves?
Sí, he perdido la cabeza "

"Papá mírame.

¿Alguna vez podré ser libre ?

¿acaso he cruzado la línea?"

- {All the Things She said - t.A.T.u}

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Un ligero jadeo escapó de mis labios luego de aquella repentina acción, me permití mirarlo conforme caminaba a paso lento hacia mí, pasó de largo haciendo una llamada telefónica.

Mi rostro se sentía caliente y ardía por el fuerte golpe, un agudo dolor recorrió por mi columna al intentar ponerme de pie, pero lo logre tambaleándome y recargando mi peso contra el marco de la puerta de la habitación.

Mi cuerpo aún sentía "molestias" por lo que acababa de hacer con Junhoe, solté un suspiro recordando las últimas palabras que le había dicho.

Mi padre me ignoró completamente cuando regresó con un vaso de agua, ni siquiera me volteé a mirar, con escuchar sus voces era más que suficiente.

Mamá estaba llorando, y él le dedicaba dulces palabras.

- Hablé con el doctor, tienes que relajarte, no quiero que pierdas a nuestro bebé.

No disimulé mi risa irónica, tal vez porque estaba demasiado molesto como para soportar todo ese teatro.

- No, amor déjalo -. Las palabras de mi madre me confundieron por lo que me digné a apartar la vista del vacío pasillo para mirar al interior de la habitación.

Algo se aferró con fuerza a mi cabello, mis manos automáticamente a la defensiva fueron a sujetar aquel brazo mientras era arrastrado hasta el baño.

- ¡Mírate! -. Me gritó la voz de mi padre.

En el espejo podía apreciar nuestro reflejo, mi torso desnudo mostraba pequeñas marcas de mordidas, me avergoncé de inmediato abrazándome a mí mismo.

- ¿No te da vergüenza?

Fruncí los labios mirando al suelo.

- ¿No te da asco?

- De Hecho, lo disfruté -. Contesté de manera hostil, ¿cómo se atrevía a pensar que Junhoe podría darme asco?

- ¿Acaso perdiste la cabeza?

- No - me volví hacia él dispuesto a afrontarlo - Yo lo amo, y eso no va a cambiar, no lo cambiarás tú, no lo cambiará mamá, no lo cambiará la iglesia... No pienso dejarlo.

- ¿Qué clase de ejemplo piensas darle a tu hermano?

- Si es eso lo que te preocupa, puedo irme ahora mismo.

Nuestros hombros chocaron fuertemente cuando me lo crucé, saqué mi ropa y empecé a meterla de manera desordenada a una mochila hasta que su firme agarre se aferró a mi muñeca derecha.

- ¡Se supone que deberías honrar a tus padres!

- Lamento el que no puedas estar orgulloso de mí ¿ok?... pero - señalé en dirección a la habitación donde se suponía estaba mi madre - a esa perra no le debo nada.