Ya no quiero vivir.

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-Señorita Cheng, tiene una visita nueva.

Suspiré desanimada.

-De acuerdo -respondí.

Pasé a la sala de visitas temiendo encontrarme con el rostro de aquél gato, pero al contrario, cuando entré allí ¡Alya me estaba esperando!

-¡Oh, Alya, cuánto me alegra verte! -fui hacia ella para darle un cariñoso abrazo-, no tienes idea de cuánto te he extrañado.

-Tú también me has hecho mucha falta amiga -me devolvió el abrazo-. Siento no haber venido antes, sólo que había estado muy ocupada.

-Oh, no te preocupes, lo que importa es que ya estás aquí...

Hablamos horas y horas ¡cómo extrañaba a mi amiga!
Claro, hasta que llega un pelirrojo y arruina tu charla.

-H...hola Marinette, creí que podría venir un rato a verte -me sonrió.

Me quedé en silencio viendo cómo la enfermera le indicaba a Alya que su turno había terminado. Me molesté, de no ser por él, seguiría hablando con ella.

-Nathanaël... -le lancé una mirada acosadora.

-Sé que tal vez me odias y que quieres seguir con Alya, pero no me vendría mal una oportunidad.

-Sabes que hay un "Gato" ¿no?

-Sí, pero si estás molesta con él, yo...

-Lo interrumpí-. ¿Cómo sabes que estoy enojada con él?

-Pues ayer Chloé llegó a la escuela contándole a todos.

《Me la vas a pagar Chloé》 -pensé.

-Pues aunque esté molesta, aún lo sigo queriendo, así que ni siquiera trates de que me aleje de él, ¿okay?

-¿Qué? Y...yo no intentaba hacer eso -tartamudeó.

-Ajá.

-Bueno, dame una oportunidad; estás loca, y aún así te sigo queriendo, no muchos chicos hacen eso.

-¡Cállate! ¿Cómo te atreves a decir eso? Vienes a joderme, y todavía me dices que estoy loca, ¡Mejor lárgate!

Llamé a la enfermera, salí de la sala y fui directo a mi habitación. ¿En serio estaba tan loca? Ya no era la primera vez que alguien me decía eso.

No importa lo que le haya dicho a Chat, aún así, ya no quiero vivir. Mi papá ni siquiera se había tomado la molestia en venir a visitarme ¿Que acaso una pastelería era más importante que yo? Chat, al único en quien confiaba y quería, me había traicionado, y...y Félix no me dejaría en paz. No tenía ninguna razón buena para seguir viviendo.

Comencé a golpearme contra las paredes de mi habitación, pero al final lo único que logré fue un desmayo...

Desperté en mi cama, a un lado mío se encontraba una enfermera.

-Ahh... ¿qué me pasó? -dije aturdida por los golpes.

-Nada, nada importante.

Estaba claro que lo decía para no angustiarme, pero luego de un rato me vi los moretones y recordé que en un ataque de depresión e histeria comencé a golpearme contra los muros de mi pequeño cuarto hasta que perdí el conocimiento.

《No sé cómo, pero debo dejar de vivir》


Marinette, Al Borde De La Locura [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora