Capitulo 4 " El día del baile"

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Jack no comprendió que significaba aquél abrazo de Elsa. ¿Solo me abrazó para que no me sintiera mal? No importa, presiento que hoy lo averiguaré. Ya había pasado el mediodía y solo él estaba despierto. No quería despertarla después del agotador día que tuvieron ayer. Además ese día sería especial. Elsa aceptó ir a un baile en un pueblo cercano con Jack. No tenían ropa de gala pero con sus poderes de hielo los fabricarían.

Él estaba enamorado de Elsa, no supo cómo, simplemente pasó, aunque ella no lo sabía y se pasaba la mayor parte del tiempo admirándola. Lo que Jack no sabía es que Elsa también lo amaba solo que tenía miedo de confesárselo ya que ella pensaba que nadie podría amarla por ser un "monstruo".
Cuando Elsa despertó en la cama de Jack, primero se sorprendió por no verlo a su lado. Alzó la mirada y ahí estaba él, observándola. Se puso nerviosa y apartó la mirada, no le resultaba muy cómodo que alguien la estuviera observando mientras dormía.
-¡Hey! ¿Como te has despertado, Elsa?
-Bien, por suerte ninguna bola de nieve me ha golpeado todavía.
-Descuida, no lo haré.
-Pero.. está muy oscuro para ser la mañana. ¿Es muy temprano o es muy tarde?
-Pues no quería molestarte mientras dormía, así que te dejé dormir.
-¿Y el baile?
-Tranquila, tienes horas para arreglarte.
-¿Y tu no te arreglarás?
-Yo ya estoy guapo, ¿no lo crees?
Elsa se rió nerviosamente, sonrojándose, un poco incómoda porque sabía que tenía razón, pero luego siguió diciendo:
-Pues, se supone que para un baile debes arreglarte.
-No te preocupes tengo todo resuelto, tú si quieres ya puedes empezar a arreglarte, ya sabes... Las chicas tardan una eternidad en eso...
Elsa solo se dignó a enarcar una ceja.
-Estoy bromeando contigo, Elsa. -rió - Ya, enserio, tu vete arreglar y yo me armaré mi traje. Oh, y además te tengo una sorpresa, pero la verás cuando termines.
-¿Una sorpresa? ¿Para mí? Wow, vaya Jack, no puedo esperar, tu piensas en todo.
-Solo si esa persona realmente me interesa.
Jack alzó su mano hacia la mejilla de Elsa para acariciarla. Luego le indicó un lugar para que se cambiara. Durante la noche él estuvo trabajando en un cambiador de hielo para que Elsa se cambiara.
-¿Eso... lo hiciste tú? Oh gracias Jack no se como agradecerte.
-Luego me lo agradecerás. Ahora ve y cámbiate.
-De acuerdo.

Pasaron al rededor de cuatro largas horas arreglándose para el baile, y el resultado fue estupendo. Elsa se creó un hermoso vestido azul, largo, acampanado, con detalles blancos y celestes, el pelo suelto con pequeños copos de nieves como apliques que brillaban como diminutas estrellas. Hermosa era poco para lo que se veía.
Jack, por su lado, tenía un traje blanco con algunos detalles dorados, todo un caballero. Parecía un príncipe. Cuando Elsa salió de su vestuario de hielo, Jack se quedó sin aliento.
-¿Elsa? Wow, estas... estas... Hermosa, ¡pareces un ángel! Uh.. yo lo siento, estoy gritando... otra vez, pero es que estas... wow...

Elsa se rió tímidamente, ocultando su sonrisa con su mano. Sus ojos se abrieron como platos al ver lo guapo que estaba Jack, quién estaba corriendo hacia ella. Jack la tomo por la cintura, la aferró hacia su cuerpo y la besó.
Ella no lo podía creer, parecía un sueño lo que estaba pasando. Jack era como un príncipe azul, y ella quería más que nadie ser besada por él. Luego de unos instantes, él apartó su cara para mirar la reacción de Elsa y se dio cuenta de lo que había hecho. Se arrepintió por su impulso pero no daba más. Él sentía la necesidad de besarla, si no creía que podía perderla. Jack se apartó un poco del rostro de Elsa y tontamente dijo:

-Yo.. em, oh, lo siento, fue un impulso al verte así, lamento si te molesto es que yo...
Esta vez fue Elsa quién lo besó. Se sentían tan felices al ver que ambos se sentían de la misma forma, enamorados.
Se besaron y se abrazaron un largo rato hasta que él le dijo:
-Tengo otro obsequio para ti.
Levanto la mano y transformó un gran copo de nieve en una hermosa tiara de hielo que parecía hecha con un bello cristal.
-Oh, Jack. Es... hermosa...
-No tanto como tú.

Y le colocó su tiara que tenía un pequeño corazón en el centro que tenía tallado el nombre "Jack".
-Yo... también quiero darte algo. Sus palabras eran tan dulces que ella misma se sorprendía del amor que sentía por aquél joven, pero aún así, sabía que era amor verdadero.
También levantó su mano y de ella se desprendieron pequeños cristales d ehielo que dieron forma a un precioso collar de hielo con un dije de corazón sobre un copo de nieve, y que en él estaba tallado "Elsa". Con el collar en sus manos, ella abrazó a Jack y se lo colocó. Él le robó un tierno beso para mostrarle su agradecimiento.
Jack tomó la mano de Elsa con mucho cariño y la llevó a la puerta del palacio donde había un hermoso trineo de hielo con bellos copos de nieves tallados, tirado por dos fantásticos alces cuyo pelaje era blanco, como la nieve.
Al verlo, Elsa casi lloró de la emoción.
-Esta es una ocasión muy especial, y volar hasta el castillo donde se celebra el baile no sería apropiado, así que no se me ocurrió mejor idea que...
Elsa lo interrumpió, saltó hacia sus brazos, enroscó sus brazos en su cuello y lo besó con tanto amor que casi se caen pero Jack no permitió que algo como eso arruinara el momento, y menos que menos, el beso.
Se subieron al trineo y se fueron de las montañas para el pueblo donde se celebraba el baile. El viaje duró dos horas, pero el tiempo no importaba para ellos, mientras se tuvieran el uno al otro.
Al fin llegaron al castillo, las puertas estaban abiertas de par en par, y se presentaron con nombres diferentes para que no los reconocieran. Eso fue una travesura de Jack por supuesto. El presentador gritó los nombres de "la señorita Nieves y el señor Aquiles Va Esta" Cuando bajaron las largas escaleras que llevaban a la gran pista de baile, no pudieron parar de reírse por los nombres que se les había ocurrido a Jack. La sala se encontraba iluminada por inmensos candelabros, ventanas enormes con cortinas rojas de seda que caían de las alturas como cascadas. Estaba llena de personas con elegantes vestimentas pero no tan deslumbrantes como la de los jóvenes recién llegados. La música era alegre e hipnotizante, ni bien ingresaba en la mente de uno les incitaba a bailar.
-¿Me permites esta pieza?
-Por supuesto señor "Va Esta" - Elsa recibió su mano derrochando una espléndida sonrisa,
Se rieron y bailaron al rededor del salón toda la noche. Aunque no lo sabía, Jack era un muy buen bailarín , quién guiaba a Elsa por que ella no sabía bailar. Sin embargo se divertieron como nunca. Cuando los músicos terminaron su tercer canción, Jack le robó otro beso travieso a Elsa y siguieron con el baile. Todo era muy divertido.
Era un sueño, esos de los que ninguno quería despertar nunca.
Jack... Elsa estaba segura que él es la persona indicada, quien la aceptaba tal como era, con quien podía ser ella misma sin reservar su verdad. Le hacía sentir libre, tan solo con tenerlo cerca. El mundo parecía perfecto cuando estaba junto a él. Sus besos eran inexplicablemente cálidos y perfectos, era un sentimiento extraño al que nunca había sentido por nadie más. Como... derretirse.
No quería que eso, ese momento, esa magia acabase nunca.
Pero el mundo es cruel e imprescindible, porque Elsa no puedo prevenir lo que pasará después, que acabará despertándola de su hermoso sueño, a una realidad, posiblemente, sin Jack.Fin del Capítulo 4

Jelsa, Una Historia de Amor Verdadero (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora