Fué a partir del mes de septiembre cuando nos transladamos. Fecha sufuciente para que papá me inscribiera el el internado y así a comienzo de octubre del 1980 ingresé.
Al llegar ya tuve mi primer tropiezo.
Mi padre y mi Tata se despidieron dejandome dos maletas de ropa en mi nueva habitación y en la puerta de salida del edificio, en la despedida, me dijo mi padre que no regresara a casa hasta finales de mes. Cuando él viniese a recogerme, pero que no le llamase para tonterias que allí me cuidarían bien y me harían un hombre.
Yo lloré, no sé que mal me vino que salí corriendo llorando y me refugié en mi cuarto echando la llave para que nadie me molestase.
Mientras, ante tal espectáculo, alguien se reía, muchos se reían.
El pasillo de las habitaciones estaba repleto de bultos riendose de mí, de mi debilidad.
Aquellos insensatos serían mis nuevos compañeros con los que tendría que enfrentarme cada día.
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En Las Nubes
Ficção AdolescenteSalgo de mi casa y me dispongo a pasear. Veo siempre lo mismo, a las mismas gentes y los mismos sitios. No hay lugar en el mundo donde quisiera estar. Estoy ya aburrido, no se mueve un alma. Todo es rutina y nada me sorprende. Siempre me dieron lo q...
