Pasada las 23:30 horas Fernando y yo nos fuimos ya para casa. Nos cambiamos y pasamos cada uno a nuestro cuarto, al día siguiente teniamos previsto levantarnos temprano para realizar un viaje en barco con su tio Pedro y primos. Pasariamos todo el día de excursión.
Así que yo me cambie y no tardé mucho en quedarme dormido.
Sobre no sé, bueno eso no se olvida, pero en esos momentos no lo sabía.
Sobre una hora feliz de la noche, mi habitación se abrió mientras dormía y sin hacer ruido alguno alguien se metió en mi cama.Casi sin darme cuenta, alguien comenzó a acariciarme,. Noté una mano implantarse en mi ombligo y delicada y suavemente desplazarse recorriendo todo mi pecho debajo de mi camiseta.
Eso hizo que me despertara bruscamente. Pero sin darme cuenta aquella persona ya se había apoderado de mí, mientras dormía, ya había pasado debajo de la almohada su brazo rodeandome. Permitiéndole taparme la boca encuanto despertara.
Porque claro, en pocos instantes podría descubrir de quien se trataba y alborotar sobre la situación.La táctica le salió redonda pues durante unos segundos tuvo posesión de mi persona y yo sin responder.
En seguida descubrí de quien se trataba.
Era Mila, quien tras taparme la boca, me dijo:
- Muy buenas noches. Creías que me iba a dormir sin pasar a saludarte?.
No, no soy capaz de tenerte en la habitación de al lado sin haber hablado contigo y esperar a mañana.En esos momentos fue cuando miré el reloj y dije:
- Pero si son las 3:00 de la mañana.Aquella poderosa y decisiba mano, de repente bajó.
Bajó, introduciéndose en el final de mi bajo abdomen haciendose dueña de una parte de mí. Y acariciándome suavemente comencé a sentir placer. Un placer bisceral, algo que me inmovilizó e imposibilitaba mi capacidad de reacción.
Una parte de mí sentía aquellas maravillosas caricias de tal manera que me hacía olvidar mi existencia. Creí estar en el cielo.
Me susurraba en el oido "tranquilo, no digas nada para que nadie nos escuche" mientras que a la vez, de manera contínua y gradual en intensidad, me sostenía sin perderme.
Esa parte de mí estaba siendo suya y yo no me resistía. Jugaba a su antojo a la vez que su excitado cuerpo comenzó a querer fundirse conmigo.
Llegaron sus labios a los mios su pecho sobre mi pecho y su mano no cesaba de moverse. Hasta que de repente. Yo, exploté, mi orgamismo agradecio su dedicación a mí con un gratificante fluido que colmaba aquella situación haciéndome durante los siguietes dos minutos, la persona mas feliz de la tierra.
Pero al reaccionar y despertar de aquel episodio tan idílico, salté de la cama y maldije.
Sí, apesar de todo lo bueno y dulces momentos vividos, maldije la situación.
- Qué había hecho?. Había permitido a Mila la hermana de mi mejor amigo, cometer algo difícil de explicar, pues yo no podía tener relacion seria con ella. Y aquella situación había sido nueva hasta para mí.
En verdad, entendí que no conocía mi cuerpo y mi comportamiento. Sólo había oido comentarios sobre situaciones de hermitaño, pero a mí ni tiempo había tenido para experimentar tanta estimulación.Fernando no lo entendería.
Y mucho menos aquella situación dentro de su casa.
Y sus padres? Qué dirían si supieran.
Así que con un beso en mi mejilla se despidió.Sí, ella muy consciente de su actitud, tranquilizó mi reaccion diciendo:
- Mañana nos vemos. No hagas ruido. Que nadie sepa nada sobre la visita que te hice.
Y sin más, cerró sigilosamente la puerta y se marchó.Tras aparecer los primeros rayo de sol por los orificios de la ventana, me levanté. Me duché y me quité aquella sustancia de mis entrañas que al salir de dentro de mí, me produjo tan placentera sensación.
Me vestí y bajé en cuanto escuché abrirse la puerta de Fernando, que dormía en la habitacion de enfrente.
Al verlo, bajé la mirada, no era capaz de mirarlo a la cara.
- Buenos días, le dije.
Y me senté en la mesa del comedor esperando que sirvieran el desayuno.
- Estas muy silencioso Marcos?.
Dijo Fernando.- Sí, me he acordado del trabajo que tenemos que hacer para clase.
- No te preocupes. Mañana lo haremos. Hoy tenemos viaje en barco con mis primos. Verás que bien lo pasamos.
Y efectivamente, lo pasamos genial. Visitamos la playa de Gandía y hasta estuvimos pescando.
Mila estuvo con nosotros y actuaba como si no hubiese ocurrido nada. Es más, su actitud demostraba respeto y actividad.
Quiso participar en todo, de hecho fue la que más peces pescó, la que más alegría desprendió y la que más nadó.Todo lo pedía por favor, respetuosa y diligente. Desde que me vió en la mañana actuó con un primer saludo impoluto, como si no nos huvieramos visto antes.
Y todo el día se dirigió a mí como a uno más de los amigos que cualquier persona tuviese. Sin tomarse demasiadas confianzas.
Nadie diría que en la noche habíamos intimado de tal manera que su voluntad había paralizado la mía y que sus sentimientos habían sido mis sentimiemtos.Pero sin olvidarlo y con pocos deseos de hablar sobre lo ocurrido, pasó todo el día normal y de forma correcta.
Llegamos a casa una vez cenados. Sus tíos hecharon todo el día con nosotros y sus primos Juan y Felipe se portaron genial. Uno tenia 15 años y el otro 11.
Al llegar a la casa nos despedimos en el pasillo distribuidor y cada uno nos metimos en nuestro cuarto.
Yo me tumbé en la cama y puse detrás de la puerta una silla, por si Mila se tomara la libertad de repetir la situación de anoche.
Pero no, esa noche ni las siguentes.
Mila se portó correctamente y no volvió a invadir mi intimidad. Yo en el fondo lo deseaba, pero no quería correr riesgo alguno.
Así pasaron los días de manera familiar y amigable.
El día 5 por la mañana, un conductor de mi padre vino a recogerme y todos se despidieron con un hasta pronto.
Mila al vesarme me dijo:
- Te quiero, eres mi vida aunque haya metido la pata.
- Perdóname.Yo no pude contestarle y me limité a confiarle un " tenemos que hablar de nosotros".
Y marché a Madrid.

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En Las Nubes
Teen FictionSalgo de mi casa y me dispongo a pasear. Veo siempre lo mismo, a las mismas gentes y los mismos sitios. No hay lugar en el mundo donde quisiera estar. Estoy ya aburrido, no se mueve un alma. Todo es rutina y nada me sorprende. Siempre me dieron lo q...