Capitulo 17

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Tras ese fantastico fin de semana en el que mi conciencia se amoldaba a la falta de mis padres en todo momento.

Y que mi vida se acoplaba a otra situación cada vez más  madura, donde nuevos personajes acababan formando pate de mí, de mis  intrigas, mis  preocupaciones y mis alegrías.

Fernando comenzó a ser un ser muy importante, pues con él podía contar para todo, eramos lo más semejante a hermanos.

Pero en mi conciencia cada vez más me pesaba un cargo. Su hermana, su dulce hermana Mila. Y yo no podía hablarle de mis sentimientos por ella.

Durante el resto del curso hasta Navidades, estudiamos, jugamos y nos divertimos.
Cada vez eramos más en un grupo de amigos que nos gustaban las mismas cosas y saliamos a divertirnos juntos. Cuando se podía claro. Aunque algunos estudiabamos más que otros.

Hicimos un gran equipo de futbol y no teníamos ribales que nos ganasen.

El profesor de deporte formó el equipo del colegio entre chicos de 3°, 4° y 5° curso. Pero Mateos de 5° y yo eramos los mejores.

Se organizaban pequeñas ligas entre los distintos colegios de Madrid e incluso jugamos otra liga contra algunos colegios de Segovia y Avila.

Lo importante fué que ese año el colegio me sirvio para afianzar cada vez más mi identidad, mi confianza en tenerlo todo y no echar de menos nada, aprendí a tener seguridad en mí mismo y aprendí a apreciar a los buenos amigos.

Pero claro la vida rueda a su antojo y hay cosas que cada persona descubre de cierta manera y a mí me sorprendió:

Llegada las vacaciones de Navidad nos fuimos todos a nuestras casas.

Yo las pase en casa de mi tía Amalia casi todo el tiempo, con mis primos. Hasta los días más festivos se venía mi padre a cenar y dormir con nosotros.

Pero el día 31 de diciembre, cuando felicité el fin de año a Fernando, me invitó a pasar unos días en su casa, pues quería que hicieramos un trabajo que teniamos que entregar al llegar de vacaciones y así saldríamos por Valencia.
Y yo encantado, pues en Madrid no me quedaban amigos todos eran de fuera.
Así que le propuse a mi padre irme el día 2 y regresar el 5 para las cabalgata de Reyes.
Mi padre no rechistó dijo que él mismo me llevaba y así veía a clientes de Valencia.

Mi alma en el fondo se colmó de alegría, pues volveria a ver y a estar cerca de Mila.

Pasado el día de inicio del nuevo año 2005, en la mañana del día 2 de enero, mi padre me llevó a casa de mi amigo.

Al llegar, sus padres esperaron para conocer al mío incluso lo invitaron a almorzar.
Toda la familia era muy hospitalaria y educada.

Después de comer mi padre se marchó. Yo estaba cada vez más nervioso,  en el interior de mi cuerpo tenía un fuerte nudo que me ponía irritable.
Desde que entré en esa casa, mi cara se puso roja y mi corazón no paraba de palpitar. Y todo era porque estaba deseando ver a Mila y ella no había llegado aún.

Había pasado la noche de fin de año y todo el día 1 de enero en casa de unas primas del pueblo y aunque estaba a 32 km. de la ciudad nadie había hecho por traérmela.

Yo, ni pregunté, no queria que nadie ni Fernando notara que tenía interés por verla.

Así que cuando sus amigos dispusieron dar un paseo, nos arreglamos y salimos.

Sobre las 19:00 recogimos a su vecino Miguel y quedamos con Esteban y Luis en la plaza de la constitución, donde estaba el local de videos juegos.

Allí aparecio Elena la amiga valenciana de Mila, junto a tres chicas más.
- Hola Marcos, me dijo.
- Cómo estas?
- Bien.
- Y tú?
- Esperando que llegue Mila.
Y se rió, de forma irónica y guiñandome un ojo.

Pero bueno, pensé.
Y esta chica que sabe?...

La intriga hizo que terminara pronto la partida y quisiera salir a hablar con ella más rato, quizás para ver que podía decirme.

Terminé y salí a la puerta. Allí delante se concentraban más chicos de nuestras edades y fué fácil encontrarla.

Me acerque y le dije:
- Que tal el fin de año?.

- Bien, aunque alguien me dio el coñazo.

- Sí.   Quién?

- Una buena amiga.

- Pues qué le ocurría?

- Que estuvo en una fiesta fin de año con el chico más persistente y pesodo del mundo que no la dejaba tranquila.

- Estuvo llamándome todo el tiempo disimulando que hablaba con el novio.
Asi que tenia que distraerla cada cierto rato y disimular que la echaba mucho  de menos.

- Ja  ja. Qué divertido.Bueno pero eso no es malo. Dije.

- Depende. Pues él quiere salir con ella y  ella no lo quiere. Es un plasta incansable.

- Pues que no salga más con él.

- Ya, pero además mi amiga tomó algo de alcohol y le dio por confesarme sus penas.

-Ah, Sí. Y cuales eran?. (Intrigado).

- Si hombre, a tí te las voy a cotar yo.

Y en esos momentos aparecio Fernan con los demás.

- Bueno, compramos algo para refrescarnos?.

- Vale, dije.

Eso conllevó  el que perdiera la ocasión de volver a hablar con Elena.

Compramos refrescos y nos fuimos a otro rincon de la plaza a tomarlo.

Chistes, chistes, anécdotas y risas. Pero a mí no se me quitaba de la cabeza si la chica de la que hablaba Elena sería su amiga, nuestra amiga Mila.
Además, quien sería aquel chico plasta?

De repente aparecieron las chicas.

- Hola. Y me puse de pié acercándome a ella. Fernando como celoso, saltó a mi lado diciendo:

- Y tú, Marcos de qué hablas tanto con Elenuki?      (Riendose).

- De tí.   Respondio ella y eclipsando cualquier intervencion mía.

- Por qué? Quieres enterarte?

- Pues hablamos de que eres un chico orgulloso, algo oscuro y de pocos amigos.

Además le he dicho que cómo él puede tenerte en estima, con lo borde que te portas por lo menos conmigo.

- Ah, bueno pues entonces te lo quito que no quiero que le influyas con cosas de niñas pequeñas.

Eso hizo que se marchara enfadada.

En verdad Fernan se había pasado y sin embargo yo sabía que había sentido algo de celos sobre mí.
Pues a él le gustaba que Elena lo cortejara y ese día, no le prestó nada de atención.

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