Capítulo 43: Chad

19 2 0
                                    

Justo antes de que ellos comenzaran a disparar, el suelo de concreto comenzó a temblar, por lo que se detuvieron confundidos. Esa fue mi orden para atacar, no me importó en lo más mínimo aquel terremoto, me aproveché de su distracción para empuñar mi arma y apretar el gatillo alcanzando a matar a aproximadamente 5 o 6 guardias, y el resto del grupo me siguió.

Luego, de imprevisto, brotó del suelo el causante del temblor, era un gran y magestuoso árbol que creció con tanta rapidez que los guardias que estaban debajo no pudieron reaccionar a tiempo, siendo embestidos por el feroz ser, una reconfortante sensación se fue expandiendo por mi cuerpo al reconocer que sólo conozco a una persona que puede hacer eso.

Miré atónito la situación, el resto de mi grupo ya se encontraba sobre los guardias, y cada vez crecían más ramas en el árbol, atravesando los cuerpos de los primeros guardias que se cruzaban en el camino.

Luego empezaron a llegar disparos de un francotirador, todos a nuestro favor. Me guíe por el sonido de los disparos para saber de dónde venían y lo encontré, observé con dificultad por la poca luz a Sara sobre un alto árbol, con los ojos fijos en su próxima mira, y justo a su lado se encontraba la persona que me hizo sonreír de emoción y alivio, tuve que contenerme para no ponerme a saltar de alegría.
«Emma»

Como si hubiera escuchado mi pensamiento sus ojos se encontraron con los míos, y a través de las sombras de su rostro pude distinguir una sonrisa un poco más tímida y comprensiva que la mía, después hizo un gesto con la mano, miré hacia mi derecha y una rama atravesó a alguien que estaba a punto de matarme.

-----------------

Flashback
Emma's P.O.V:

A pesar de tener frío, el sudor me recorría por la espalda. Desperté tirada en el suelo, con las manos atadas y el lugar en donde estaba, daba la impresión de un sótano, se encontraba en plena oscuridad.

Mi respiración alarmada se hizo presente siendo demasiado sonora y en ese momento el cuarto se iluminó por completo, mi cabeza me dio vueltas y tuve que quedarme mirando a un punto fijo en el suelo hasta que mis ojos fueran capaces de resistir la luz.

Mi visión se acostumbró y cuando me di cuenta que habían unos pies justo frente a , un escalofrío me recorrió el cuerpo y me obligué a mirar hacia arriba y encarar al dueño de los pies, Adam.

-Hola, cariño- dijo con una voz irreconociblemente irónica, al ver que no contesté, se puso a rondar por la habitación con los brazos cruzados.
-¿Por qué me haces esto?- se hizo presente mi voz gastada y ronca, él se dio un momento para pensar lo que me diría.

Llamando a tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora